galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

Miño, la playa grande.

Playa Grande de Miño y estuario del río Vixoi.

Hasta hace bien poco, Manuel Fraga, el que fuera presidente del gobierno gallego y hoy senador popular, amanecía nadando en las aguas de la playa de Perbes, donde mantiene casa para sus vacaciones.

Un ex alcalde de Miño me decía que ese era el secreto de su gran capacidad física, cuando ya había sobrepasado la barrera de los ochenta; es decir, la de la esperanza de vida de los gallegos.

Hace ya algún tiempo que Fraga dejó de nadar a hora temprana y la playa de Perbes, como la Grande o las otras de Miño, comienzan a ver vidas humanas sobrepasadas las once de la mañana, cuando es verano.

Aquí lo disfruta la gente de Madrid y de Lugo, que así lo dispuso siempre la tradición.

Municipio turístico por excelencia, Miño es “Playa Grande” de la ría de Betanzos y seguro que les sorprenderá la belleza de sus espacios litorales y el paisaje arcoíris de interior, en la ruta hacia Bemantes.

Sin embargo el mar es su valor principal y así lo entienden sus cinco mil habitantes que lo buscan todo el año; y los más de veinte mil veraneantes que engrosan su población durante el tiempo de estío.

Este es el centro veraniego más importante de esta comarca, por eso el turismo se ha convertido en uno de sus pilares económicos, superando a las actividades más tradicionales de esta zona, la pesquera y  la agrícola. En el centro urbano bien se ve la influencia del turismo, por la proliferación de establecimientos y la abundancia de edificios de apartamentos.

Miño, está excelentemente comunicado, a 45 minutos de Santiago y de Lugo, y a un poco menos de A Coruña. La Autopista A-9 le acerca a todas partes y la Autovía del Noroeste ha situado el municipio a cinco horas de Madrid.

El verano transcurre con pasmosa tranquilidad a lo largo de la franja costera, pero en cualquier época podemos disfrutar de sus parroquias interiores, fascinantes por su vegetación y las formas que la naturaleza nos muestra.

En Miño hay que ver  la Iglesia románica de San Xoan de Vilanova,  construida en el año 1040 y el Pazo de los Condes de Vigo, en Bañobre que conserva en su fachada elementos originales del siglo XVIII. Son las dos joyas monumentales del municipio.

Por cierto. Haga tiempo para disfrutar de la gastronomía que ofrecen los restaurantes, con cartas muy especializadas en la cocina tradicional gallega, donde mariscos, pescados y carnes son una baza fundamental para conquistar a los más exigentes.

Las Rías Altas configuran juntas el Golfo Ártabro de la costa coruñesa. Las provocan los ríos Mandeo, Eume y Xubia. Justo encarando el golfo está el litoral de Miño, entre las rías de Betanzos y de Ares.

Tiene el municipio playas magníficas en las que el mar se calma para que las mareas disuelvan en ellas los azules marinos, mientras al fondo, cabalgan barcos sobre olas para que obtengamos el efecto de la luz contraria, la que concilia el esplendor del mar.

Merecerá la pena sobrevolar la ría de Betanzos y llegar hasta el Ponte do Pedrido, para seguir luego la vieja carretera que nos lleva por la costa hasta Miño, de playa en playa.

Primero nos detendremos en la pequeña playa del estuario del Lambre, un lugar bellísimo que nos obliga a llegar hasta la Ponte do Porco, uno de los siete que mandó construir Fernán Pérez de Andrade y hoy una de las referencias del Camino Inglés a Compostela, en esta zona.

A medida que avanzamos hacia Miño, el paisaje de ría se hace mar, el que navegaban los ártabros, de costa abrupta con pequeñas calas refugio de aventureros.

Pero el verano se escribió siempre en la que se conoce como Playa Grande, excelente por su configuración y por los servicios que ofrece al turismo.

Esta playa es de arena limpia, acogedora, con un mar que ofrece el mínimo peligro, y con una concentración importante de bares y restaurantes.

En su extremo norte es una delicia pasear junto al bello estuario que crea el río Vixoi, generador de marismas de un gran valor ecológico.

En la Isla Carboeira termina la costa de Miño y comienza la de Pontedeume, donde resalta la Playa de Ver, de similares características a la Playa Grande de Miño.

Pintoresca casa marinera en la Ponte do Porco.