galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

A CORUÑA CON PASIÓN.

Nunca pensé que un bicho miserable me impidiese seguir uno de mis ritos invernales: viajar hasta la orilla del mar de A Coruña para ver como las olas del temporal se deshacen en la playa de Riazor, mientras el arco iris se asoma por detrás de la Torre de Hércules. Aunque nunca he vivido en la ciudad, A Coruña es una de mis grandes pasiones porque, frente a su mar, pasé la primera noche de aquella romántica luna de miel con Gloria… que nos llevaría a recorrer España entera, entre grandes nevadas, hermosos días de sol, lluvia de chaparrón y noches de Luna llena asomándose por la ventana. Pasaron los años, cincuenta y pico, y siempre vuelvo a contemplar el mismo paisaje invernal que nos pintan para los que sabemos gozar de las cuatro estaciones.

Pero hoy estoy perimetrado como la mayoría de los gallegos, por lo que tendré que dejar pasar estas dos próximas borrascas, al menos.

Sin embargo dejaré volar la imaginación y la memoria para hacerte partícipe de la hermosura de la ciudad marinera que creció desde su puerto y desarrolla su futuro en los barrios bonitos.

Esta vez te invito a descubrir rincones muy especiales de una hermosa capital que mima sus entornos, trabaja y…  claro, también se divierte como reza su viejo tópico.

Posee A Coruña un rico pasado escrito en el faro más antiguo del mundo y en las murallas que guardan los secretos de los tesoros galaicos, con forma de torques y cascos de oro del noble guerrero.  Pero ahora se nota un presente de ideas y de estilos, representados por los nuevos símbolos y por los barrios, nacidos para que crezca el espacio urbano, habitado por gente con talento.

Hay también una nueva arquitectura que se atreve a construir esa ciudad de los barrios y propone, de manera transversal, la creación de espacios públicos añadidos para tejer una red de lugares humanizados y poner así en valor lo que antes llamábamos periferia y ahora se reconoce, simplemente, como casco urbano.

Además, en A Coruña, como telón de fondo, aparece siempre ese mar al que rodean las anchas avenidas, alguno de sus más emblemáticos parques y los paseos marítimos que le ponen límites.

El “viejo barco” de Fernández Flórez tiene nuevos motores; y al mismo tiempo que navega por su mar vaga por su cielo, el techo inacabado de la ciencia. Pero sobre todo se mece en la libre imaginación de las gentes que aquí habitan.

La pasión de sus habitantes es atlántica: un faro de leyenda, puertos que configuran su mejor espacio litoral, una hermosa playa urbana y galerías de cristal, espejo de cada tarde que cae sobre su bahía.  Eso es, esencialmente, A Coruña, pero la ciudad ofrece también, como te decía, una agradable vida en común en sus barrios, que son los de siempre, pero transformados por la modernidad.

La ciudad se ha ido estirando de la proa a la popa, pero mirando siempre a babor.  Monelos, el Barrio de las Flores y Los Rosales son el triángulo mágico de la transformación urbana coruñesa.

Monelos y sus nuevos espacios son los más turísticos de la urbe. El Barrio de las Flores es comercial, la ciudad del bullicio, indispensable para estar al día en sus grandes almacenes. Y el Barrio de Los Rosales es puramente residencial, encaramado a lo alto de la colina que se alza sobre Riazor, con ocio propio y una configuración moderna.

Diríamos que estas tres grandes barriadas configuran la modernidad de A Coruña, una ciudad que sin embargo busca también su despegue industrial en tiempos difíciles. 

Esta es una ciudad cervecera, que refina petróleo y fábrica moda para el mundo. Su industria textil viene de viejo y el diseño ha sido su mejor arma, porque convirtió la moda en arte. A Coruña es ciudad de moda y su vanguardia industrial apunta ahora más al sector textil. Cuando me refiero al textil coruñés lo hago como uno de los tejidos empresariales más creativos y con mayor proyección exterior que jamás haya tenido Galicia. Porque aquí nació y aún crecen algunas de las empresas líderes del mundo en lo que se refiere a confección.

La ciudad del futuro sin embargo vuelve a buscar, como siempre, sus entornos marineros. Sus puertos están a punto de sufrir la mayor transformación de su historia y algunos de los actuales espacios quedarán libres para que A Coruña reviva y sea protagonista del resurgir de Galicia, cuando salgamos de esta crisis provocada por un coronavirus.

Porque lo que hoy es puerto pesquero será mañana zona residencial y de ocio. Y como esta ciudad no se entiende sin su mar, el ocio ha llegado ya a la gran dársena donde moran los barcos deportivos, a donde llegan los grandes buques cruceros y por donde sus habitantes prolongan sus paseos.