galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

AMORES DE LEYENDA

Galicia también tiene “julietas y romeos”. Son personajes que forman parte más de la fábula que de la historia, aunque algunos de nuestros mitos protagonizaron grandes poemas de amor.

Os ofrezco esta semana algunos ejemplos:

Teucro se enamoró de la Leucoiña que habitaba en el mar de las Illas Cíes y navegó a su par para fundar Pontevedra.

A su estirpe pertenecen algunos de los príncipes que se prendaron de las hijas de la musa Melpómene, es decir, de las sirenitas de Sálvora; y por su amor hicieron la guerra a los vikingos invasores que llegaban por el mar de Arousa.

Otra sirena, la que posaba su belleza en la Isla Miranda,  dejó de serlo cuando la besó el Príncipe de los Ártabros de Ares, quien la convirtió en princesa.

Otros antiguos pergaminos describen mágicos amores…

Como el de una noble Doncella que huyó del moro salvaje penetrando en la mortal “Cova da Serpe”, en la Sierra Central de Galicia, de donde fue rescatada por un vasallo enamorado.

Vasallo era Roxín Roxal quien con un simple puñal dio muerte al jabalí de Ancares cuando atacaba a su amada Condesa, mientras su cobarde prometido huía aterrorizado por la bestia.

De Ancares era la Princesa de Donas, de quien se enamoró el mismísimo diablo. La salvó  un campesino zoela, el joven Aras, el único capaz de engañar a Belcebú.

Una “xacia” del Miño contó a un pescador que era una princesa encantada y que su encantamiento pasaría con solo ser bautizada. Así fue y así se enamoró Gonzalo de Bezoucos de la bellísima joven que renunció a un reino para ser campesina.

Y  esto es historia: No hay relato más romántico que el del amor que Isabel de Castro sentía por el Mariscal Pardo de Cela, ejecutado en Mondoñedo, mientras su esposa, portadora del indulto de los Reyes Católicos, era retenida en el puente del “Pasatempo”, así llamado desde entonces y por este trágico hecho.

Sean realidad o ficción,  hay escritas  muchas más historias de amor en el libro del tiempo. Y todas, por su romanticismo y pasión, desmienten a esas encuestas que nos tachan a los gallegos de ser los ibéricos mas infieles…