ANTONIO MÍNGUEZ, “SIN DISTANCIAS”

           Esta misma mañana me he puesto un tango, de esos que siempre hemos cantado todos en una noche de “garufeo”. Elegí a Gardel y aquel “Volver” suyo, el de la “frente marchita”, el que “adivinaba el parpadeo de las luces a los lejos…”

          Lo hice para entender mejor a mi personaje único de la semana, al que escuchábamos todos en la radio de Vigo y que en televisión es todo un ídolo de la vida local de la mayor de las ciudades de Galicia conduciendo su viejo “Tranvía”.

           Antonio Mínguez, locutor, presentador, voz inconfundible y latino como tú hasta la médula. Ese es el hombre que unió por primera vez América y Galicia a través de las ondas de una emisora local –fíjate, Eiroa, amigo, hasta donde puede llegar una radio local-. Y yo, que estaba en la competencia, admiraba aquella manera de hablar contigo, mi gente de la Argentina…

           Antonio Mínguez consiguió puentear a los de aquí con los de allá hace treinta y muchos años por lo menos… Un tipo único, te digo.

           Porque Mínguez no es solo uno de los grandes de la radio de Galicia, esa especie de Saturno que a veces nos ama pero casi siempre nos devora. Antonio es también un profundo conocedor de la gente que vive o vivió su vida intensa en el exterior. Y siempre le rinde su particular homenaje…

           Lo hace utilizando el tango como vehículo cultural común desde 1978. Y le pone la misma pasión que los bailarines del callejeo bonaerense que tanto me fascinaron. O los del “Querandí”, local abierto en la Ciudad Autónoma por un gallego de Tomiño.

           Sí, Antonio Mínguez es del anual “Homenaje a Gardel” y no hay local ni en su Vigo ni en Galicia que llegue para tanta gente que quiere asistir al evento. Es en junio, claro, para conmemorar la muerte del ídolo, de su ídolo. Vamos, que es mañana sábado, día 30 y ya no hay invitaciones.

              En la radio o en la TeleVigo, Mínguez ha sabido ganarse el afecto de la gente, de su gente; y lo que es más difícil, te digo, la de todos los que estamos o estuvimos en la profesión.

              Hace algún tiempo ya, le grabé una entrevista para TVE Internacional sobre su “Sin Distancias”, aquel programa pionero que consiguió cruzar el Atlántico en ambas direcciones y que no veas cuanto se escuchaba allá y aquí.

              Este Antonio es tan modesto que se pasó media entrevista, aquel día,  diciendo lo guapos que éramos los que le entrevistábamos…

              El entorno era el del Lago Castiñeiras y la grabamos de nuevo porque…

              — Antonio, mi amigo, habla de ti y no hables de nosotros porque la gente de allá va a creer que esto es un cambalache…

              Y me respondió…

              — Pero es que tengo que decir lo que siento.

              Te cuento la anécdota para que sepas de su tremenda generosidad; la misma que derrocha desde hace 34 años en ese homenaje de Vigo a Gardel, que es en realidad, una manera de honrar a la gente que nos abrió de par en par las puertas de su casa y nos permitió vivir en ella…