galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

AVIÓN, EL REPOSO DEL DINERO

HOMBRE RICO, HOMBRE POBRE

Avión es pueblo de afortunados emigrantes a México, en donde los veranos suenan a ranchera y los inviernos a viento del sur, de esos de temporal que dura meses. Te asombrarán sus mansiones, esas que comparten espacio urbano con viejas casas de arquitectura popular, humildes, pero preparadas para la dureza de la sierra.

Sí, Avión está en la sierra pero sus veraneantes llegan en “jet” privado a Peinador, desde siempre, todos los veranos y sus lugares nunca morirán abandonados como algunos que vas descubriendo si te atreves a hacer cuatro por cuatro por las pistas del Faro, que no se yo de donde le viene tal nombre al monte,  si no es por lo que nos orienta su cumbre en medio de la nada.

La nada es la parte nordeste del Suido, nombre de una sierra donde abundaban los cabreros, pero ahora solo queda uno. Le llaman Manuel, “el de las cabras”; es famoso porque dejó sus muebles en México D.F. para cuidar de su rebaño como antaño hicieron sus progenitores. Es un gran tipo, muy apreciado y…

—- Yo aquí soy feliz con mi mujer y mis cabras. De vez en cuando vienen mis hijos a verme y ya está… me conformo.

La primera vez que visité Avión, la capital del municipio, fue para presentar un desfile de modas. ¡Como lo lees!

No era yo muy dado a hacer este tipo de historias que me ofrecían por mi trabajo en la radio; pero aquella señora, Benicia, que había pasado media vida en México, me convenció hablándome de Avión y de la conexión entre Galicia y el país azteca.

—– Te encantará. Es una tierra preciosa con una gente que no sabe qué hacer para que te sientas bien entre nosotros.

Hasta entonces yo creía que a nosotros, al México lindo y querido y a esta Galicia tradicional,  nos unían exclusivamente algunos afectos y comunes devociones. Los afectos, ya sabes, provienen de los fraternales lazos que estrecharon los protagonistas del éxodo; y el misticismo más acusado es el que profesan miles de devotos de la misma virgen moreniña, la Guadalupana que aquí llamamos Rianxeira. También, quizá, esa cultura gallega allí nacida… que celosamente conservamos en nuestras bibliotecas.

Aquel día, en aquella sala repleta de señoras elegantes para las que me puse un smoking, me di cuenta de que entre México y Galicia había también dos acentos entrelazados con gracia y distingo: el galaico-mexicano y el mexicano-galaico.

En Avión, esa vez, nació también mi pasión por las rancheras que aún canto bajo la ducha y mi admiración por las matriarcas de la emigración, esposas de los grandes triunfadores de este cuento de hadas que por aquí te cuentan…

—– Ese es Olegario; míralo, que sencillo es, ¿verdad?; y es dueño de medio mundo.

Y caminas por aquella carretera por donde apenas cabe el Rolls Royce, desde el que saludaban al del Bentley, mientras te fijabas en los Mercedes y BMWs de alta gama que estaban aparcados en fila, a lo largo de la vía, en donde se concentran sucursales de absolutamente todas las entidades bancarias.

Cuando he vuelto fui un poco más allá, abandonando esa carretera,  siguiendo la imaginaria estela del Faro. Y encontré un paraíso. Es el entorno natural que perseguimos cuando queremos vivir rodeados de verde, en ese lugar próximo que conserva el sabor a aldea.

Porque poco más arriba de donde vive Manuel nace el río Avia al que alimentan otros ríos pequeños que solo los viejos del lugar saben cómo se llaman.

Hay uno, especialmente, que atraviesa una fraga pequeña en dirección a Beariz, cuyo encantamiento es obra de las hidras que aquí habitan. Nadie sino ellas pueden conseguir que crezca tanta belleza.

Te pasarías horas contemplando como los árboles salen de su frondosidad para nadar sobre el agua limpia y cristalina, mientras salta algún pez contento por la presencia de los pájaros cantores, de las nutrias y hasta de las serpientes nadadoras.

Mirándome en este espejo entiendo porqué Manuel dejó sus muebles en México.

Manuel no es el único que volvió a la patria movido por la morriña; pero son muchos más los vecinos que se quedaron en tierras mejicanas, en donde también hay mucha gente del Beariz próximo y de A Lama, municipio que se asienta a la sombra de A Paradanta donde cuento con estupendos amigos y amigas. Verás.

Entre los años finales del siglo XVIII y la primera mitad del XX, emigrar era encontrar un salvavidas en medio del océano al que te tirabas para escapar del hambre que golpeaba duro aquella Galicia más rural que urbana.

Luego vino la guerra civil española y la gente de bien no solo huía de la muerte segura… También de lo que se avecinaba en una España con un dictador dispuesto a no dejar vivo ni a uno solo de sus rivales políticos. Fueron tiempos de exilio y México, hermanos, acogió a mi gente como si fuera la suya.

Allí nacieron las películas de Carlos Velo, la revista “Vieiros” de Lois Soto, las artes plásticas de la escuela de Seoane, y muchos símbolos que resultaron ser los pilares base de la actual cultura gallega.

A México le debemos mucho los gallegos de mi generación, los que fuimos a una escuela “nacional” gratuita, a un instituto público y a una universidad también pública.

Tiene Avión poco más de dos mil habitantes censados pero está considerado el municipio más rico de Galicia y, desde el año 2004, uno de los mayor renta “per cápita” por habitante. Es dato que aporta la Unión Europea sorprendida porque, en ese año, se matricularon en Ourense,  con domicilio en Avión:

—-  108 Mercedes Benz E320; 25 BMW 320; 24 Audi A8 y 12 Porsches Cavenne Turbo.  Esto supone el 23 por ciento de los coches de lujo con matrícula turística de España.

Pero aún hay más:

—-  Hay siete jets privados que habitualmente vienen de México a Peinador cuya propiedad es de gente censada en Avión.

Para que te des una idea de la macroeconomía de este municipio te diré que en él se asienta la mansión de mayor precio de Galicia y para que veas que esto no es una leyenda,  citaré también lo que me confesó el director de zona de una de nuestras cajas de ahorros, que hoy forman juntas A Banca:

—-  Si se cierran las cuentas corrientes de las sucursales de las entidades financieras de Avión, temblará la economía gallega…

Así que no hubo mal que por bien no llegara a esta Serra do Faro, de donde un día partieron cientos de emigrantes en busca de fortuna y parece que con mucha suerte para la mayor parte de los protagonistas de aquel éxodo.

Aunque algunos se distinguieron no por su dinero sino por su labor. Te pondré dos ejemplos:

El patriarca de la familia Vázquez Raña, se llama Olegario. Llegó a México bien avanzado el siglo XX y pronto creo el familiar grupo de empresas GEA, uno de los más consolidados en los sectores de la salud, la industria, el comercio y el turismo. GEA, está dirigido en la actualidad por Mario Vázquez Raña, hijo mayor de Olegario y uno de los más populares de la familia, ya que es vicepresidente del Comité Olímpico Internacional.

He aquí algunos datos, no todos,  de las empresas del grupo:

“Angeles Servicios de Salud” cuenta con 12 hospitales con más de mil camas y atiende cada año a unas 65 mil personas. Es uno de los principales proveedores –o “prestadores”, como dicen en México– del Instituto Nacional de la Salud y el Trabajo.

En junio del año 2000, su división hotelera compró Real Turismo, operador y dueño de los 19 hoteles “Camino Real”, situados en los principales centros turísticos del país.

“Best Parking” –empresa creada en el 2002- tiene 5.500 aparcamientos distribuidos por todo México.

GEA es propietario de “American Airlines” y tiene una alta participación en el Grupo Aeroportuario del Pacífico, que posee, entre otras terminales, las de Puerto Vallarta y Guadalajara.

Un último dato: la familia Vázquez Raña posee la mayor flota de coches de lujo y de aviones privados de España.

A mí, sin embargo, me encanta esta otra historia personal. La de Ildefonso Graña Cortizo, al que la historia convirtió en, simplemente… Alfonso Graña.  No tuvo jets ni coches de lujo, pero fue O Rei dos Jíbaros

Nació en Amiudal, una parroquia de Avión y emigró a Brasil porque, entonces, 1896, el gobierno del país carioca “te pagaba el viaje”. Allá se fue a los 18 años recién cumplidos este admirable aventurero, sobre el que me contaron dos historias distintas.

Una dice que fue raptado por los indios jíbaros brasileños para que se casara con la hija del jefe. Terminaría de rey cuando fallece el padre de su esposa.

La otra, más verosímil según gente tan experta como el periodista Víctor de la Serna, Alfonso Graña se fue al Amazonas brasileño a trabajar en el caucho como tantos emigrantes gallegos. Sin embargo, por diferencias laborales y malos tratos, mató al patrón de la cuadrilla y se refugió entre los indios aguarunas,  que le recibieron como a uno de los suyos y terminó casándose con una india.

Alfonso Graña hizo varias expediciones por el Amazonas entonces más desconocido llegando a Iquitos y regresando a los dos años a su antigua tribu, con dos balsas cargadas de alimentos y otras mercancías, entre remeros jíbaros…

Sus antiguos amigos le nombraron Rey y su poder se extendió entre los ríos Nieva, Santiago y Alto Pastaza, donde aún habitan algunos de aquellos temibles guerreros, disecadores de cabezas y dominadores del arte de la magia.

La historia de Alfonso Graña es fascinante pero poca gente va a Amiudal a preguntar por aquel rey que murió sin tesoros porque sus ambiciones personales las había ahogado en aquellos ríos que pusieron límite a su reino.

Todo lo contrario de lo que ocurre en Avión, donde todo el mundo pregunta por la casa de los Vázquez Raña y mas aún cuando se supo que había venido el hombre más rico del mundo, Carlos Slim, al que la revista Forbes adjudicó una fortuna de 73 mil millones de dólares. De su grupo de empresas depende un cuarto de millón de personas.

Slim llegó en su avión privado a Vigo y en un Rolls Royce a Avión por segundo año consecutivo, invitado por el patriarca de los Vázquez Raña, para celebrar a lo grande el cumpleaños de Gela, la matriarca de esta familia inevitable en las vacaciones de esta Sierra.

A la fiesta no asistió Manuel, muy ocupado ese día con sus cabras.

Desde luego Avión es el lugar ideal para refugiarse. Sobre todo para las personas que se dedican a las altas finanzas. Aquí tienen la paz de los pájaros cantores  y el mundo, cualquier lugar, muy cerca. Fue el primer municipio de España que tuvo Internet vía satélite, que vio mejoradas sus comunicaciones terrestres y que estuvo a punto de contar con aeropuerto privado.

Y eso que solo se utiliza, todo, durante dos meses. Los otros diez del año aquí viven solo unas mil personas en sus 36 aldeas, con su ganado de compañía. De las mil, casi la mitad cuida las mansiones de verano de sus convecinos ricos.

Es en julio y en agosto cuando rugen los motores de los coches de lujo de padres, hijos y nietos de la emigración a México

Las mansiones de esta gente contrasta con las humildes casas de aldea, esas de techo de pizarra sujeta por piedras, que pertenecen  a los jubilados del campo.

No sé si Benicia sigue haciendo sus desfiles de moda, pero si ella ya no puede seguro que sus herederas sí. Ignoro si el ayuntamiento pasa por los mismos apuros económicos que el mío, que no tiene ni un euro en las arcas. Tampoco sé si este turismo de emigrantes deja mucho a sus vecinos de siempre…

Pero todos me hablan maravillas de esta gente de negocios que se hizo tan rica en México.

Bueno, todos menos Manuel, el de las cabras… que calla su felicidad para que nadie la descubra.

Me pondré, para terminar la visita, aquella canción de Jacques Brel que cantaba Paco Ibañez:

—- Poderoso caballero es don Dinero…