galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

CAMEL EN GALICIA

CAMEL 1 +

AQUEL PRIMER CONCIERTO INTERNACIONAL

Fotos de JUAN MARCET

De retirada y con unas ganas tremendas de tirarme en la piltra paré el ascensor en la planta tercera del hotel, toda nuestra esa noche, para que los chicos de la banda y su gente descansaran a gusto… Pero a esas alturas, cuatro de la madrugada, las habitaciones no tenían puertas, las puertas eran vallas en el pasillo y como si se tratase de un estadio olímpico allí estaban compitiendo Andy y Andrew, envueltos en sendas sábanas a modo de sacos…

Esa fue la última vez en mi vida que vi de cerca a los  Camel, el grupo londinense que viniera a alegrarnos aquel frío diciembre de 1979 con  su rock, que unos definíamos como sinfónico y otros como progresivo.

CAMEL 2 +

En aquel tiempo estaba yo en Radio Popular de Vigo y en “Galicia de Noite” ya me atrevía a compararles con Yes, King Crimson o Génesis. Reconozco que los comentaristas “indis” de la época –es decir, los que gozábamos de libertad plena para desarrollar nuestro trabajo-, influíamos bastante en los gustos musicales de la gente. Quizá por eso, DECCA me invitó a presenciar en el Albert Hall, el 17 de Abril de 1975, un concierto de Camel y la Orquesta Sinfónica de Londres. El grupo presentaba “The Snow Goose” que para mí es su obra perfecta, de las pocas que conservo en vinilo como oro en paño. Reconozco que aquella vez me enamoraré de la espectacularidad de un directo…

CAMEL 3

Pese a que mis favoritos del género eran y aún son los Pink Floyd, aquella madrugada de mayo del 79 decidí aceptar el reto que me propuso Luís Rubira, mi viejo amigo y  “compañero” de Gay Mercader: se trataba de, con un concierto de Camel, abrir camino para que Galicia acogiese en el futuro a las grandes formaciones e intérpretes internacionales que solo actuaban en Madrid, Barcelona y si acaso en Euskadi.

CAMEL 4 +

Antes de la carrera de vallas que provocaría mi huida del hotel Rías Baixas,  habíamos estado todos en la discoteca donde trabajaba mi cuñado Julio, al que su Dios llevó prematuramente a su Gloria. Andrew Latimer estuvo especialmente encantador con la gente, lo mismo que Kit y Collin, aunque a Andy Ward ya se le notaba un no sé qué por el efecto de una sola, me dijo, “estrellita azul”. Aquellos jóvenes, sin embargo, en privado, nada tenían que ver con los que llenaron a rebosar el Pabellón de los Deportes de Pontevedra…

La organización de un concierto internacional es muy compleja, tanto por los leoninos contratos que firmas, con toda suerte de exigencias, como por el halo que rodea a estos eventos que no gustan nada a las autoridades de orden público. Y si es la primera vez que te metes en el fregado, imagínate. Aunque lo que puede ocurrir en el Back Stage momentos antes es inimaginable cuando preparas  el concierto…

CHAPMAN  5+

Todo el mundo estaba, detrás del escenario, con los nervios a flor de piel. El recinto ya se había llenado y aún faltaban quince minutos para que Michael Chapman abriese la noche como “telonero”, un término que se utilizó siempre para definir a los que rompen ese fuego del directísimo en los conciertos, algo que a mí me parece más que meritorio porque, la gente quiere disfrutar del grupo principal y corres el riesgo de que nadie te escuche.

Pero aquel día, Chapman y su guitarra fueron suficientes para comenzar una fiesta que no decepcionó a nadie. Michael era más compositor que intérprete y cuando desde su Australia natal llegó a Londres, a principios de los setenta escribió varios temas que fueron singles de éxito para las grandes figuras del pop británico, como por ejemplo Suzi Quatro. Conservo un grato recuerdo de él y me hubiera gustado que alguno de los grupos gallegos de aquella movida de los ochenta hubiera grabado uno de sus temazos.

CAMEL 6 +

En esto, que faltaba el tequila aquel que habían pedido de cuya marca no me acuerdo y que no tenía ni El Corte Inglés. Andy estaba furioso porque no le gustaba la botella que le habíamos traído y gritaba como loco que sin su tequila no tocaba…

Chapman había terminado y el público se impacientaba. Yo tenía los nervios destrozados. Un señor me estaba comiendo el tarro con no se que de autores. El sargento de la Policía Nacional, por otro lado, me advertía que, si pasaba algo en el recinto, era cosa nuestra no de ellos…

En esto, me acordé de cómo calmaba sus nervios un amigo mío cuando su bella novia le sacaba de quicio y me puse a imitarlo…

Le chillé como un loco al manager de la gira de cuyo nombre ni quiero acordarme, traspasé el umbral del camerino y le grité a Andy:

—– Si tardáis más de un minuto en salir me subo al escenario y le digo a mi gente que no queréis tocar porque os falta una copa de tequila de una marca que aquí no hay… Además, les doy vía libre para que os corran a patadas… ¿Queréis que pase eso?

Salí de la estancia y conmigo los cinco del grupo, uno detrás de otro…

No sé si el concierto fue un éxito musical porque no pude escuchar ni un solo tema: me estaban volviendo loco los de los bares, los de las taquillas, el jefe de seguridad, el de la sociedad de autores, el director del Pabellón…

AMANECER 7

Me fui de aquel hotel de locos sobre las cinco de la madrugada en busca del mar. Llegué hasta la Playa de A Lanzada donde reinaba la calma y el silencio. Necesitaba ese tiempo de paz que solo te proporcionan las leyendas que lees en los espejos del océano, abierto aquí hasta el horizonte para que lo naveguen los marinos de Noalla, a los que vislumbraba junto a la Onceta… Así estuve, metido en el coche, esperando la hora mágica del amanecer que inunda de oro este espacio lleno de misterios…

Cuando llegué a casa, en Vigo,  más allá del mediodía, me quité las botas y me di cuenta de que anduve toda la noche, de aquí para allá, con doscientas mil pesetas metidas en ellas. Fue lo que se recaudó en taquilla y los beneficios obtenidos. A pesar de ello, le dije a mi santa…

—– Jamás volveré a meterme en un fregado como este.

Obviamente, le mentí para que se quedara tranquila. Organizar conciertos es un vicio. Sobre todo si te permiten, como a mí en el Xacobeo, echarle imaginación al asunto y marcar diferencias.  Como por ejemplo aquel año 2004 en Santa Cristina. ¿Te acuerdas?

Pero ese es un tema del que hablaremos otro día.

FORMACION de CAMEL EN 1979:

KIT WATKINS, COLIN BASS, JAN SCHELHAAS, ANDY WARD Y ANDREW LATIMORE.

(Mi especial agradecimiento a ANTONIO GÁNDARA, mi muy estimado compañero de  CANARIAS 7, por haber despertado en mí estos recuerdos).

espiral amuleto prosperidad