galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

CATALANES DE GALICIA

FABRICA-CONSERVAS +++

Mientras algunos gallegos, aquellos que llamábamos “indianos”, comenzaban la conquista de América, a Galicia llegaba toda una oleada de catalanes a los que debemos en buena parte el desarrollo de nuestras industrias del mar, especialmente las actuales conserveras y algunos de nuestros más importantes astilleros privados.

Eran empresarios ilustres en su origen, como lo eran también sus apellidos: Massó, Curvera, Molíns, Sensat, Alfageme, Portantet y sobre todo Barreras, en cuyo árbol genealógico se entroncan nada menos que siete generaciones y al menos 824 descendientes.

Los catalanes llegan a Galicia, en realidad, en la segunda mitad del siglo XVIII aunque su influencia socioeconómica no se notará hasta mediado el siglo XIX, cuando protagonizan el cambio industrial del mar, ayudados por la importancia de las pesquerías gallegas. Comienza en esa época la transformación de las antiguas fábricas de salazón en  industrias conserveras.

Si seguimos la pista de la familia Barreras, que el pasado verano llegó a reunir en su Pazo de Nigrán a nada menos que 200 de sus miembros actuales, nos daremos cuenta de la importancia de la aportación catalana al desarrollo de Galicia y sobre todo de la evolución positiva de las industrias del mar, tanto en lo que se refiere a las conserveras como a la construcción naval. El patriarca,  Mateo Barreras, se traslada a Galicia con otros empresarios catalanes como los que hemos mencionado ya,   movido por la crisis que origina en Cataluña la escasez de sardina en la costa mediterránea, puesto que era el elemento esencial de su negocio.

Los actuales descendientes de aquel pionero cuentan que Mateo crea en A Pobra do Caramiñal, en 1818, una de las primeras fábricas de salazón y prensado de pescado, técnica catalana para su conservación en salmuera.

Posteriormente y a la vista de la importancia que adquiría Vigo como puerto pesquero, los Barreras se establecen en esta ciudad, en la que creció una excelente pesquería especializada, base del actual puerto número uno de Europa, el popularmente conocido como Berbés.

Es en ese momento, a principios del siglo XIX, en el que la ciudad se asienta la llamada “aristocracia de la sardina”, cuando Vigo adquiere su mayor relieve económico en el contexto del estado español. Los Barreras adquieren aquí dos fábricas de salazón y comienzan a desarrollar el negocio de los efectos navales.  Es en 1853 cuando los Barreras crean en Vigo la primera fábrica de conservas de pescado, concretamente en el edificio número 14 de la Plaza de Compostela, hasta donde llegaba el mar por aquel entonces. Curiosamente, ese mismo año nace el diario Faro de Vigo, el decano de la prensa española, y la ciudad tiene ya 8.000 habitantes.

Al año siguiente, comienzan a salir vapores repletos de emigrantes cara a Buenos Aires y al otro lado de la ría de Vigo Salvador Massó Palau, oriundo de Blanes, como el patriarca de los Barrera, inauguraba en Bueu una de las más populares fabricas de conservas del mundo.

En 1865 los Barreras inician el negocio del transporte de pescado prensado para lo que construyen tres veleros y adquieren en Inglaterra tres vapores, denominados  Barreras Primero, Segundo y Tercero, que destinan al tráfico de carga y pasaje con Canarias,  y las islas de Cuba y Puerto Rico, a donde habían emigrado otros miembros de la familia.

Es curioso como ambas familias se unen. José Barreras se casa con Esperanza Massó, en 1880. Tienen dos hijos, Federico y José, que era ingeniero.  Y es a ellos y a su madre a quienes Vigo debe una de las empresas más importantes de su pujante construcción naval, fundada en 1892 y aún en plena actividad: “Astilleros Hijos de J. Barreras”, que comenzaron su actividad entre las actuales calles Colón y Oporto, para trasladarse a Bouzas a principios del siglo XX. Hasta 1918, los astilleros Barreras construyeron 400 unidades de un vapor que llamaron Vigo, técnicamente desarrollado a partir de los buques sardineros.

La historia de la conserva gallega y la de la industria naval, no se concibe sin la aportación de los catalanes de Galicia, de los descendientes de aquellos emigrantes-empresarios aquí llegados por culpa de la sardina.

ASTILLEROS BARRERAS 1920 +++

Espiral Celta FIRMA (2)