galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

CUANDO PASE TODO ESTO…

…VOLVEREMOS A LOS PARAÍSOS COMUNES

Desde el mar, la Tierra es un paisaje donde se refugia el arco iris para escuchar la música de las olas. Desde tierra, el Mar se asoma a la ventana, inmenso, hasta el horizonte.  

Por el mar pasan barcos a lo lejos que estrellan su proa en el océano, del que emergen y se sumergen, como cabalgando sobre el agua. En tierra suceden sueños y milagros porque aquí habitan fantásticos seres que protagonizan nuestra historia.

Desde la montaña al mar, la Tierra Única canta con acento propio y  el paisaje tiene magia.

Ahora que tenemos tiempo e imaginación para volar he pensado que a ti y a mí nos vendría bien atravesar los ríos y cruzar los valles, de pueblo en pueblo, hasta que lleguemos al exotérico lugar de la leyenda. Así que, vayamos en busca de los paraísos comunes, esos que nos hicieron pronunciar tantas veces la palabra morriña.

Ya sé que cada uno tenemos nuestra perspectiva favorita pero, si me sigues, te prometo que alcanzarás los paisajes que hacen posible la magia de la Tierra Única.

O CEBREIRO

Son varios los caminos a Compostela que atraviesan las tierras de Lugo, pero solo el peregrino que llega desde Francia a la iglesia do Cebreiro, por el alto de Pedrafita, habrá elegido el verdadero “camino de estrellas”, al que García Lorca llamó “Ruta de los Sueños”.

Porque esta es la senda que aún pisan año tras año millones de pies encallecidos, para postrarse ante el cáliz que protagoniza la leyenda, en la iglesia de Santa María la Real, nacida de un milagro ya contado en el siglo XI.

Los sueños están escritos en el cielo con guirnaldas de verdes luceros, que este es el Camino de la espiral mística y de la fábula artúrica. De don Gayferos y de los caballeros del “rojo lagarto” en la capa blanca…

Aquí en O Cebreiro, -que ya fue aldea prerromana-, es donde se inicia la magia y la alquimia de la ruta xacobea

Aquí, donde la nieve pinta inviernos y la primavera de agua dibuja el paisaje del verde más intenso, está la puerta gallega de la traza francesa de los caminos a Compostela.

BAÑOS DE MOLGAS

Tal vez el balneario más antiguo de Galicia. Un río para pintar acuarelas, además de para pescar. Una virgen “milagreira” a la que venera con devoción gente peregrina. Y el mejor humorista de España, Moncho Borrajo, el único que me hizo reír al mismo tiempo que me ponía a parir.

El balneario es el motor del turismo. El río Arnoia es su gran perspectiva. La Virgen de los Milagros su reclamo. Y Monchiño tiene museo.

Baños de Molgas, te digo, es uno de los lugares próximos a Ourense que tengo entre mis favoritos.

El Río Arnoia es como un sedante. Río abajo, desde el Coto dos Medos hasta el Parque de Ansuiña, vas de sorpresa en sorpresa.

El Parque en sí es uno de los lugares más emblemáticos del trayecto y punto ideal para el baño veraniego. Sorprende ya el mimo con que se cuida este bello entorno y sorprende la cantidad de alisos que pueblan ambas márgenes del río.

Luego está el puente, de origen romano, que se alza sobre el río como sin sentir el paso del tiempo.

COMBARRO

Combarro conserva íntegra la magia de los pueblos marineros y mantiene viva su peculiar arquitectura de piedra; la de sus hórreos, cruceiros y casas antiguas.

Las calles empedradas de este Combarro, artístico y monumental, se llenan siempre de turistas, a los que siguen asombrando los 30 hórreos de cantería que posee, y esa mezcla armónica del paisaje de pueblo y mar.

Combarro sigue oliendo a concha de marisco y las olas aún se suavizan para no despertarnos de este sueño de puerto pequeño, que se mira en el espejo de la Ría.

Enfrente,  Tambo emerge del agua de plata. Es isla pequeña pero hermosa, en la que destaca la playa bonita. Ya se escuchan voces que piden forme parte del gran Parque de las Islas Atlánticas.

En los días de primavera es cuando Combarro nos ofrece la calma en su admirado paisaje urbano.

CAMPOBECERROS

Campobecerros es la puerta de entrada a un espacio natural protegido, que vive encaramado a mas de mil metros de altitud provocando todo un universo natural, el Parque do Invernadeiro. Este es mi retorno a la vida misma, en donde solo se escucha la melodía del silencio para que podamos sentir el murmullo del agua y la sinfonía de la libertad animal.

El pueblo creció con la construcción del ferrocarril Zamora-Ourense, en la que trabajaron más de cuatro mil carrileros y dinamiteros a partir de 1928 y durante treinta años, lo que tardó en inaugurarse la obra. Antes del ferrocarril, los habitantes de Campobecerros eran carboeiros; fabricaban el carbón quemando las turbas o turbeiras, las raíces de toxos e xestas, que abundaba entonces el monte bajo.

En la actualidad, todo cambió.

El turismo aprecia no solo el paisaje sino también la gastronomía, la carne de vitela y el cabrito son exquisitos. Y en el mismo pueblo de Campobecerros encuentras excelentes alojamientos rurales.

El Parque Natural, la belleza del paisaje, la caza y la pesca, los senderos que nos descubren la libertad del espacio perfecto; y la amable hospitalidad de las gentes que habitan y trabajan estas tierras, suponen sobrados alicientes para visitar esta parroquia de Castrelo do Val, uno de los ayuntamientos encuadrados en la comarca de Monterrei.

NEGUEIRA DE MUÑÍZ

La Galicia más oriental está llena de matices. Es la que se encuadra en las suaves montañas de Negueira, lugar de importancia comunitaria.

Hasta aquí se han venido a vivir gentes del mundo urbano para suplir a las que un día emigraron. Aún así, Negueira de Muñiz, es el municipio de menor población de Galicia pese a ser uno de los más hermosos lugares que puedas conocer…

Yo le debo la excursión a mi inolvidable amigo e ilustre pediatra Manolo Basanta, nacido en A Fonsagrada, crecido como universitario en Compostela y médico de todos mis hijos en el gran Vigo, de donde partió al espacio hace ya algunos años, por no aguantar a esa puñetera enfermedad que es maligna y cruel con la buena gente como él.

Cuando sales de A Fonsagrada por la vieja carretera de serpiente sabes ya que esta es tierra con sabor a aldea vieja, de casas de ladera; que vas a un lugar propio del paisaje de montaña y el más distante del núcleo provincial.

Porque, lo ves. En la distancia ya ves como se asentó Negueira de Muñíz entre nieves de invierno y flores silvestres de primavera en este territorio quebrado está cerca, mismamente, de las montañas que fueron fracturadas por los cataclismos geológicos.

Y vas descubriendo en el trayecto hogares de techo de pizarra que escalan la pendiente de vértigo, cerca del árbol sagrado nacido en souto que desafía precipicios.

ILLA DE AROUSA

Este es el paraíso perfecto y habitado. Lo laman A Illa de Arousa.

Por un lado, suaves olas besan la playa espaciosa ya en el paseo de salud que, por el sur, busca Punta Carreirón, lugar de encuentro de aves viajeras y de humanos ojos que buscan conciliar la luz contraria, paso a paso, mientras escuchas solo las dulces voces del mar.

Por el otro, esta isla es un hermoso lugar elegido para recomponer el cuerpo y el espíritu, donde es recomendable caminar por tierra buscando la calmosa sobremesa del mar, aquietado y sorprendido por la intensa luz del sol ardiente, en las dos ensenadas que son puerto de embarcaciones menores.

En la plaza del Ayuntamiento verás a los niños que traen vida y escucharás a los sabios hombres que hace tiempo fueron de mar, marinos de aquella vieja estirpe marinera, cuando todo esto era solo mar.

La última postal derrota toda trasparencia en el azul del agua entre las bateas. Vamos poco a poco, buscando el final de la tarde hacia esa playa de sol, faro, luz y arena.

RUBIÁ

Dicen que esta es la más antigua puerta de entrada a Galicia desde el Bierzo, al pié de la gran montaña da Lastra, en donde se alzan al cielo los Penedos de Oulego y cuyas entrañas recorren misteriosas cuevas, que el hombre utiliza para hacer deporte.


Rubiá se abre al turismo del tercer milenio y ofrece al viajero pan y vino para seguir haciendo camino: vino de Valdeorras, los sabrosos godello y mencía. Y una variada y rica gastronomía de media montaña, que se agradece estos días de frío.
Historia y naturaleza imprimen carácter a este municipio valdeorrés, en el que sierra, río y cuevas ofrecen mágicos paisajes que nos resultarán inolvidables.

Rubiá es uno de los más bellos municipios de Galicia a la que pone lindes con León. Es el extremo nororiental del país. Sus diez parroquias forman compactos núcleos en los que se asientan dos mil habitantes, cuyo carácter hace aún más agradable la visita.

O ROSAL

Es mi paisaje favorito, este del Baixo Miño. Sur de Galicia y norte de Portugal. En él pasé momentos increíbles rodeado de amigos de los que nunca se olvidan, por eso ahora peregrino con frecuencia hasta sus santuarios, para que me inviten a disfrutar de su compañía y de los manjares exquisitos que nos regalan el río y el valle.

El Miño inunda de belleza este territorio, el más bello Jardín de Galicia; y baña con agua esmaltada, de plata, su valle arcoiris. Porque en él nacen flores y frutos de cuatro estaciones, que aquí se viven siempre primaveras, incluso cuando seguimos el trayecto del sol de otoño, que es el de la vendimia del vino que te encantará compartir con esta mi gente.

También crecen cumbres hacia el cielo, desde las que se descubren los senderos de la frondosa Valga, el mirador inigualable del Atlántico más perfecto.

En la sierra revives historia y tradiciones y al lado del río siempre te tardan las lunas de invierno porque añoras, impaciente, lampreas y angulas.

RIBADEO

Ribadeo es viejo pero entrañable, y se asoma de forma permanente al Cantábrico, con aires mestizos entre lo asturiano y lo gallego, que por algo es límite entre las dos comunidades y a la vez puerta de ambas. Es villa histórica, monumental y colonial.

Posee edificios levantados por indianos y casas blasonadas que hablan de su nobleza. Iglesias y viejos conventos medievales. Un puerto que fue antiguo, origen de todo. Una ría magnífica para mirarse en su espejo. Y un mar que dibuja el paisaje mágico de su costa.

Nació en un castro con tesoro, cuyos vestigios siguen mirando al mar. Y creció como centro urbano para admirar el “art déco” de la Casa de los Moreno, levantada en la misma Plaza donde jugaba de niño, Manuel García. Enfrente, el versallesco pazo de los Ibáñez, es hoy Casa Consistorial.

Ambos son los símbolos del ambiente fiel de cada verano, que persiste y subsiste en la modernidad del siglo XXI, cuando ve sensiblemente cubiertas las plazas del parador de Turismo, de sus varios hoteles y de los numerosos alojamientos de tipo rural.

Mi lugar mágico de Ribadeo está donde el Cantábrico magnificó su arte construyendo catedrales de roca, en medio de la arena blanca, donde canta suaves melodías de olas, para que nos perdamos aquí entre la ficción y la realidad, animados por la luz marinera y la belleza que provoca el grandioso escenario final.

TEIXIDO

Es aquí donde el sol de la vida se esconde cada noche…  Donde las creencias tienen tanto arraigo que las gentes llegan, peregrinas, a través de diferentes caminos de tierra y mar. El lugar que aún habitan druidas celtas, magos como Merlín o dulces meigas… Porque este es el reino de las hadas.

Es la Galicia de bosques sagrados, del mar con costa de aguja, del irremediable verde favorito del caballo en libertad y también del santuario del apóstol Andrés

Cuenta la leyenda que a Teixido va de muerto quien no fue de vivo

Aquí habita todo el año poca gente hostelera, campesina y ganadera, cuidadosa de que sus caballos y vacas gocen de su misma libertad en la sierra que llaman de A Capelada; sin embargo su mirada se pierde día a día en el Atlántico mágico desde el balcón incomparable que es este pueblo blanco, al que turismo presta atención panorámica y también religiosa.

Porque con San Andrés, el apóstol, se encuentran aquí muchos miles de devotos; y hasta lo saludan desde la inmensidad oceánica marineros de la vieja estirpe, buenos conocedores de los peligros de esta costa de agujas afiladas, de la que se cuentan muchas historias de muerte.

Te he procurado hoy… solo una pequeña muestra de una Galicia hermosa, en la que yo he depositado buena parte de mis sentimientos patrios. Ahora solo hace falta que nos curen de este mal sueño que nos hace sufrir.

Entonces, cuando esto pase, podremos desquitarnos de los días de clausura entre cuatro paredes para huir de un bicho. Volveremos a descubrir la belleza y disfrutaremos de lo que más merece la pena: la salud… sentados en el regazo de la madre Naturaleza.