galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

CUESTIÓN DE NOMBRES

Por el cielo de Carreira las urracas vuelan en parejas y cuando se cansan buscan las palmeras o las glicinias del jardín a las que el viento está desposeyendo ya de sus hojas. Los gallegos les llamamos pegas.

Son unas presumidas porque se dejan ver para que admires el elegante frac de plumas que se han puesto para la ocasión.

De vez en cuando emiten un sonido horroroso…

—– ¡Crrruuuaaac, raccc, raacc!

Ellas deben pensar que cantan bien pero enseguida las callan los mirlos con su amorosa sinfonía para flauta. Además, dicen los ornitólogos que reconocen los rostros de las personas porque son muy inteligentes.

Esta semana te hablo de ellas porque dice el INE que en España ya no queda nadie con ese nombre. La última Urraca murió en Madrid y puede que ya nadie se llame más así, pese a ser uno de los nombres más comunes del Medioevo, como bien sabes.

Urraca, nombre egregio característico de la alta Edad Media, fue utilizado por numerosas reinas españolas y damas de la alta nobleza peninsular.

La primera mujer documentada con este nombre es la reina Urraca, segunda esposa del rey de Asturias Fruela II, en el año 917.

Es decir, que hasta su desaparición en 2013 con la muerte de la última mujer española que lo portaba, y según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), Urraca ha dado nombre a miles de mujeres a lo largo de más de mil años.

En España apenas quedan una veintena de mujeres que se llaman Canuta, otras tantas que llevan Prepedigna por nombre, y cerca de cuarenta Afrodisias.

Y, también rondando los 80 años, quedan 28 Servilianas, 32 Parmenias, 29 Exiquias, 22 Domicias, medio centenar de mujeres que se llaman Fraternidad, 35 Segismundas y otras tantas señoras con el nombre de Ermerinda.

El hecho de que la esperanza de vida sea mayor para las mujeres que para los hombres salva de la desaparición, al menos durante algunos años más, nombres como Procopia, Teodula, Edna May, Nicefora, Eutiquia o Tiburcia, ya que las niñas que fueron bautizadas con ellos ahora superan los 75 años.

Un límite de edad en el que sobreviven unos setenta nombres de mujer y tan sólo cinco de hombre: Frumencio, Ángeles, Progreso, Ursicio y Eusiquio.

Además, de los nombres de chico, los que tienen más papeletas para que les pase lo mismo que a Urraca son Quinciano, Auxilio, Acindino, Prudenciano y Vítores, ya que los señores que se llaman así superan los 74 años.

Y son mayores de 71 todos los Proculo, Exuperio, Eutiquiano, Teolindo, Teotimo, Donatilo, Auspicio, Abencio o Crispiniano.

Junto a estos también desaparecerán algunos, que pese a que pueda parecer que tienen similitud con ciertas marcas de mahonesas, salchichas, desodorantes o cuchillas de afeitar, se trata de nombres de origen inglés y alemán como Hans Hermann, Hans Gunter, Ronald Frederick, Arthur William o Hans Wilhelm, señores todos ellos mayores de 71 años.

En el otro extremo, es decir, frente a los nombres cuya edad media supera los 74 años, se encuentran los «más jóvenes», aquellos cuyos portadores apenas han aprendido a pronunciarlos.

Así la edad media de los niños que se llaman Neymar, Yadel y Eiden no llega a los 2 años, y no alcanzan los 3 los que registrados como Edahi, Jeyko, Jaden, Hao Xuan, Jadel, Bruc y Neizan.

En el caso de las niñas, las más pequeñas son las que se llaman Arya, Rimas, Ritaje, Ritaj, Yu Xuan, Alesia María, que no han cumplido los 2 años, así como las Evolet, Layan, Rodayna y Mia Valentina, que están a punto de cumplir 3.

Todos estos nombres muestran que los tiempos han cambiado y las modas con ellos y, actualmente, Hugo y Lucía son los más frecuentes entre los recién nacidos en España.

Así 5.369 niños fueron registrados en 2013 con el nombre de Hugo, seguido por los Daniel (4.931), Pablo (4.658), Alejandro (4.354) y Álvaro (3.972).

En el caso de las bebés, Lucía fue el más habitual, con 5.206 niñas a la que se les ha puesto ese nombre, al que sigue María (4.931), Paula (4.359), Daniela (3.818) y Martina (3.620).

Datos que abundan en la idea de que los nombres que algunas mujeres y hombres han portado en España durante cientos de años se extinguirán con la desaparición de quienes fueron bautizados con ellos hace mas de siete décadas.

Además en los últimos años han ganado terreno los nombres simples y cortos.

Y de este grupo, los más frecuentes entre quienes no llegan a los 5 años son Leo, Gael, Teo, Xavi, Cesc, Cloe Izey y Lier.

Unos nombres que chocan con los de mayor longitud datados por el INE: Predestinación, Abdourahamane, Espiritusanto, Contemplación, Glorificación y Conmemoración, y cuya pervivencia depende de la esperanza de vida de las algo más de trescientas personas que los portan.

Mucho más numeroso es el grupo de quienes tienen los nombres catalogados como los más cortos: Fe, Ot, Li, Iu, Yu, Yi, Bo y Li, con más de cinco mil personas que se llaman así.