galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

¿DE QUE DEMOCRACIA ME HABLAS?

Ocurrió como en Ribadeo: cada un foi polo seu.

Uno quería llevar el barco a las piedras para que naufragara, otro solo quería salvar sus muebles tras la gota fría y el tercero estaba empecinado en tener coche oficial para pavonearse ante los vecinos de Galapagar, en donde vive ahora, junto a aquel burgués que fue comunista.

—- ¿Y Él?

Él se colgó el revólver al cinto creyendo que iba a ser El Bueno de esta película, pero, el que sigue siendo el Rey, se subió al trono para decirnos a todos que no teníamos candidato y que deberíamos elegir presidente, otra vez, allá para el 10 de noviembre, cuando las nieves regresen a las montañas.

—- Yo paso.

—- Y yo.

—- Y yo.

—- Y yo…  

Ocurre que ya pasamos todos de esta democracia mentirosa donde un rey no electo nos dice que tenemos que volver a las urnas para elegir un presidente que tampoco votamos, porque solo se nos permite optar por unos cuantos diputados, que serán quienes realmente señalen al Elegido. Y aún encima tienes que escucharles aquello de…

—- ¡Esta Cámara es la máxima representación del pueblo!

¿De qué pueblo me hablas? Porque, en el juego de esta partidocracia, son los Cuatro Jinetes del Apocalipsis los que dictan las órdenes por encima de los criterios de las personas, aunque se inscribiesen como militantes y por muy valiosos pensadores que resulten ser.    

Lo del Apocalipsis viene a cuento por la situación que vivimos y las amenazas externas que nos llegan: somos el estado con mayor índice de paro de Europa con una deuda que se aproxima al cien por cien de su PIB; y los pronósticos económicos hablan de una próxima recesión que, al sobrevenir en plena recuperación, nos resultará mucho más dura que la reciente crisis.

Por si esto fuera poco España necesita refinanciar el próximo año 200 mil millones de deuda y precisa por lo tanto, mantener la fiabilidad que tenía en los mercados. Si la gente que nos gobierne tras las elecciones de diputados y senadores del próximo 10 de noviembre no resulta creíble propiciará la mayor depresión de nuestra historia reciente y allá se irán al garete todas esas mejoras prometidas por un presidente en funciones que, junto a sus oponentes, nos ha decepcionado a todos.

—- ¿Y había soluciones?

Las ofrecieron de una y otra parte…

—- El PSOE debería ofrecer al PP la posibilidad de formar un gobierno de coalición. (Feijóo).

—- Pónganse de acuerdo PSOE y Unidas-Podemos y déjense de historias. (Rufián).

—- Lo normal sería un pacto estable PSOE-Ciudadanos. (Javier Nart)

Pero, sinceramente, la sensatez para este asunto la puso Eduardo Sotillos en Facebook, rememorando la revolución portuguesa:

“En la Revolución de los claveles se produjo un episodio muy simbólico -y poco conocido- del modo de ser portugués.
Dos columnas de tropas, una revolucionaria y otra leal a Caetano, confluyeron en la gran plaza del Terreiro do Pazo. Cuando la lucha parecía inevitable, el oficial al mando de los revolucionarios se acercó a parlamentar con el militar de la dictadura.
Uno y otro analizaron sus fuerzas respectivas, incluso sus posiciones estratégicas, y convinieron en que la victoria caería del lado de los sublevados.
No hubo ni un tiro y los soldados se integraron todos en el Movimiento 25 de Abril.
Pienso en este comportamiento racional como una metáfora para resolver el problema, que parece irresoluble, de llegar a un acuerdo para formar gobierno y evitar heridas y daños…
—- Mira, tengo todas las de ganar, pero los dos saldremos mas debilitados si luchamos. Sumemos fuerzas y no miremos atrás. En nuestra mano está construir un nuevo tiempo…”

Esto también pudo ser y no es por nada, debería de ser cuando allá para enero volvamos a las mismas. Porque las urnas reflejarán los mismos deseos que los ciudadanos ya expresaron el pasado 28 de abril. Tiempo al tiempo.

Lo peor de todo es que estos adolescentes se gastarán una millonada de euros que podían haber sido destinados, por ejemplo, para asuntos sociales.