galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

EL EMIGRANTE

Angel Lourido Pena es un joven de 32 años que hace tres se fue a Alemania.  De Múnich salió,  aún no hace uno, para Dublín; y de allí, recientemente, para Manchester, esa “ciudad horrorosa” según la eurovisiva Edurne,  la novia de David de Gea, el futbolista.

El asunto es que Ángel lleva dando tumbos por esta Europa “unida”, haciendo uso de su derecho a la “movilidad geográfica”,  en busca del trabajo que le niegan en España.

Tres carreras, algún master, varios cursos del INEM, el alemán, el inglés, el portugués… todo eso solo le sirvió para encontrar trabajo de camarero, dependiente en unos grandes almacenes, trabajador social y chofer de una señora de bien.

De lo suyo, filólogo, licenciado en derecho y economista, nada de nada…

—– ¡Pero este tío es un lumbreras!

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No, es un emigrante más, es tan solo uno del casi un  millón y medio de jóvenes que han engrosado el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero, el famoso PERE. Un militante de la legión de “sobradamente preparados” a los que se les abrió la puerta de salida. Es un emigrante que, eso sí,  se mueve en avión mientras otros lo hacen en tren.

—– ¡Qué suerte! Antiguamente se iba la gente en barco…

Como decía, es un emigrante.

Para vergüenza de Rajoy y sus mariachis, uno más de ese 48% que ha subido el PERE desde el año 2.009. Entonces figuraban en este registro 1.400.000 personas y hoy están empadronados 2.183.043.

—– España va bien.

Muy bien… Un uno por ciento de la población tiene el mismo dinero que el noventa y nueve restante.  

Por eso se van los jóvenes… y algunos no tan jóvenes que no dan salido del negro túnel del desempleo.

La mejor y más preparada de las últimas generaciones emigra como en la época del hambre, tras aquella guerra. Algunos de los que vivieron los días difíciles posteriores a aquellas batallas te cuentan que hoy…

—– Es peor. Mucho peor. Antes el emigrante se iba contento, seguro de su éxito…

Pues hoy no.  Estos chicos se van casi con lo puesto, ligeros de equipaje y sin ganas de marchar. Se creen perdedores de salida y nadie les garantiza la vuelta. Te dan ganas de ponerles aquella canción de Juanito Valderrama que nos hacía llorar cuando escuchábamos los discos dedicados de la SER.

Dice el chico este de PODEMOS, Errejón, el que tiene cara de listo y usa gafitas de alumno superdotado aunque ya sea catedrático…

—– Lo mínimo que debe garantizar un gobierno a los ciudadanos es el derecho a un trabajo digno y la Ley de Reforma Laboral que hizo el PP solo garantiza a los ricos ser más ricos a costa de la explotación de los trabajadores.  

Tiene más razón que ese Papa argentino que destapa las vergüenzas de los gobiernos, cuando permiten que la gente emigre en busca de un futuro que les niegan en su país.

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Hoy, mis amigos, he querido que supierais que hay dos millones ciento y pico de seres únicos que ejercen mas allá de esta España del PP. Por ellos siento un cóctel de rabia, impotencia y admiración que me empujan a sobrevolar el nido de la gaviota y desde lo alto de la cumbre gritarle al mundo lo buena gente que son. 

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11ESPIRAl celta