galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

EL IMÁN GALLEGO

Abdulashib Castiñeira en un acto

 

     Nació como Ramón en la Pontevedra de los cincuenta, cuando de Vigo aún salían los barcos con carga humana hacia el sueño americano. Pero ahora es Abdulhasib. Castiñeira Pardo, para más detalles y como definición original de su galleguidad.

Es el único gallego que yo conozco islámico e imán por más señas. Dirige actualmente la  emblemática mezquita de Granada. Las  que hay aquí las mantienen vivas solo musulmanes de condición emigrante, principalmente marroquíes, y las comunidades con mayor número de fieles al Islam son  las de Vilaboa y Carballo.

Es curioso, pero antes de ser Abdulhasib, Castiñeira tiene una larga lista de enseñanzas religiosas en colegios de Pontevedra y Madrid… Las Doroteas, las Calasancias, Los Salesianos… Dice que al principio “tenía gran fe y un tremendo amor a Dios” pero le decepcionaron», según cuenta, “la religión como sistema y la jerarquía”.

Se convirtió al Islam con Franco muerto, en el año 1977 cuando aún andaba  metido en “movimientos sociales pero no violentos” y la decisión le produjo “un shock mayor que si se hubiera hecho travesti”.

 Supongo que en aquella época, el año en que Adolfo Suarez ganó por goleada las primeras elecciones democráticas, el joven Castiñeira era un poco hippie, como yo. Era la época de los Hare Krishna y estaban de moda las costumbres y religiones orientales. Rechazábamos lo católico por los planteamientos carcas de la Iglesia y nos apuntábamos a la ecología y a la lucha a favor del medioambiente.  En Galicia acababa de nacer ADEGA.

Ramón se fue a vivir  a Menorca.  Allí, al parecer, empezó todo:

“Conviví en una comunidad musulmana de compañeros míos de juventud; luego conocí a otros musulmanes europeos en Inglaterra y reconocí al Islam como la vía de justicia social y de sabiduría que estaba buscando…”

Abdulhasib,  es un personaje único que se reconoce culturalmente gallego y europeo. Para nada se ve raro cuando se mira al espejo y no se viste como el de “Las mil y una noches”. En lo que no coincido con mi paisano Castiñeira, entre otras cosas,  es con que “se hace un caldo muy rico sin cerdo”.

Abdulashib Castiñeira, un gallego en la corte de Marruecos