galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

«EL NIÑO DE LA ESTRELLA»

José María López Pérez es un tipo entrañable que llegó a bisabuelo tras una ajetreada vida en la que pasó por encima del hambre, al igual que tantos vecinos de la Galicia del año 1936, como soldado, peleando en aquella guerra maldita.

Le llamaron siempre “El Niño de la Estrella”. En su modestia no habla de sus méritos pero sus vecinos te cuentan siempre que José María es un luchador, que volvió a su patria tras la guerra portando dos sueños nacidos en sus noches de insomnio de aquellas batallas: construir un observatorio astronómico y morir en su Vila de Cruces natal.

El primero de aquellos sueños, el de construir un observatorio, se convirtió en realidad en el año 1993. Fue cuando le conocí.

Ahora Zarragrande, que así se llama el observatorio,  es mucho más que un gran telescopio para mirar la infinidad de los cielos y las estrellas que lo pueblan. Es un pequeño museo y también una fundación. Pero José María pide el relevo…

—- Porque yo ya no puedo atenderlo bien.

Eso me dijo hace unos días, antes de las elecciones municipales, con la esperanza de que el alcalde haga gestiones para que alguien “preparado” atienda su observatorio.

—- Pero igual cambia el alcalde, José María…

—- Nooooo. ¡Este lo tiene seguro!

José María López tiene 95 años e insiste en el relevo solo desde hace un par de ellos. Sin embargo yo creo que no le llega porque sus vecinos, incluido el alcalde, Jesús Otero, no quieren que se cumpla aún el segundo de sus sueños, el de morir en Vila de Cruces.

Me parece a mí. Aunque a lo peor le sirve de ejemplo a los políticos y nos fijan en los noventa la edad de jubilación.

Pero José María te tiene el coco muy ordenado y da gusto conversar con él. Hace solo un par de años que publicaba su libro “Divagaciones astronómicas y algo más”. Es una mezcla de sus conocimientos del cosmos y de su filosofía vital, en la que se notan las vicisitudes de este lugar mágico de Zarragrande.

—- Esta fue para mí una bendita locura porque veo como descubre el cielo a los niños e interesa a los mayores en el Universo.

Zarragrande está a 500 metros de altitud y desde allí se domina buena parte del paisaje de media comarca. El Observatorio lo administra hoy la Fundación Astronómica de Vila de Cruces, que lo mantiene abierto al público, ya que también funciona como una especie de pequeño museo del espacio, con una muestra en la que no falta un meteorito cuyo origen se desconoce.

En ocasiones puntuales –cuando se han producido eclipses o lluvias de estrellas- se dieron cita en Zarragrande cientos de observadores. Dicen que es el lugar ideal.

Te recomindo que leas las “divagaciones astronómicas” de José María, porque descubrirás a un crítico de los grandes genios de la Astronomía que afirma tajantemente:

— Aún no está claro como se creó el Universo.

Su formación la debe a su propia tenacidad y su origen es de lo más humilde. Nació en cuna campesina,  creció como soldado en la guerra civil, se hizo carpintero y terminó su vida laboral como practicante.

Jose María es un autodidacta de todo lo que hace e hizo, al que admira gente como la astrofísica Ana Ulla, profesora de la Universidad de Vigo, toda una eminencia entre los astrónomos.

Pero… ¿Cómo surge de la nada una obra de tamaña envergadura? Simplemente porque la Astronomía es la gran afición de José María López, desde que era un niño. Lo cuenta así:

—- El causante fue un lucero que observé de niño, con mi abuelo, en Rebordáns. Paseando por las cumbres de Chamor para asistir al Rosario de la Aurora en la clausura de una misión, alrededor de la capilla de la Santa Cruz, en la parroquia de Insua, apareció una impresionante estrella que parecía un misterioso ojo vigilante. Le pregunté a mi abuelo qué era aquella luminaria y él, con cierta solemnidad, me dijo que era el “Lucero del Alba”.

Aún recuerdo aquel día que en Zarragrande me contó su secreto…

—- Yo leí muchos libros de Astronomía, pero los que más me enseñaron fueron los del maestro don Manuel Constenla Fariña, al que leí desde muy joven… Por un libro suyo supe que el “Lucero del Alba”, que le decía mi abuelo, era el planeta Venus.

—-  ¿Y por qué le llamaron siempre el “Niño de la Estrella”?

—- Porque desde aquel amanecer en Rebordáns siempre hablaba con los demás de aquella “estrella”.

 Desde aquel día de sus recuerdos, José María López mira todas las noches el cielo…  Actualmente aún sigue escribiendo…

—- Quizá me dé tiempo a publicar algún otro libro…Ven más por aquí que yo tengo muchas cosas que contar…

Fue lo que me dijo por teléfono ayer,  cuando le llamé para saber cómo andaban esos noventa y cinco años de tremenda humanidad y de conocimiento adquirido a base de experiencia.

(Encontrarás estupendas fotos de Zarragrande en el Blog: http://josedominguezphotography.blogspot.com )