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EL PAPA, NI TAN PROGRE NI TAN FACHA

La conversación con el Papa Francisco, el domingo noche, olía a entrevista pactada… pero Jordi Évole salió indemne de lo que podría haber sido un sermón más del jefe de la Iglesia, que no es ni tan progre ni tan facha, si no un argentino con labia que se mostró ante el periodista como buen conocedor de sus argumentos.

Si alguien esperaba que el número uno de la Iglesia Católica defendiese el aborto en televisión es que no vive en este mundo.

—- ¡Casi le sale un Suárez!

Tampoco se iba a mostrar encantado con la normalización de la homosexualidad por eso sugirió a los padres que llevasen a los niños al psicólogo en cuanto notasen el menor síntoma de desvío sexual, aunque también dijo que “eso no es una rareza”.

Supo rectificar aquello de que “el feminismo acaba siendo un machismo con faldas” y se disculpó por haber pronunciado esa frase “en un momento de mucha intensidad”, en el que quiso decir…

—- Todo feminismo puede correr el riesgo de convertirse en un machismo con pollera.

La pollera es la falda en su español, pero, por lo demás, la diferencia entre lo que dijo y lo que quiso decir tampoco es como para aplaudirle.

Otra cosa que me llamó la atención fue que supiera tanto de impuestos, parecía estar asesorado por Rouco Varela. Le pregunto Évole:

—- La Iglesia debe de pagar el IBI?

Y respondió…

—- Los hombres de Iglesia tienen que pagar impuestos. A algunas personas, cuando les confieso, les pregunto si pagan impuestos.

—-  ¿Se ha encontrado con algún defraudador?

—-  Eso es secreto de confesión.

Cuando el periodista insistió en el IBI el Papa dijo que “la institución debe pagar por todos aquellos bienes que no estén dedicados al culto o a las labores sociales y al magisterio”. Nada que no supiéramos por aquí.

Évole también se refirió a los pobres que duermen en la Plaza de San Pedro y Francisco le dijo que “tenían la enfermedad de dormir al aire libre”, porque “el Vaticano tiene hospedería y restaurante para los humildes”.

No le incomodó hablar de pobreza en el Vaticano, pero matizó…

—- Yo vivo en un Museo y lo más aburrido es vivir en un Museo.  

También reconoció que en el Vaticano “hay mercaderes” y “chismorreo”…

—- Como en todos los sitios, no se salva de los límites y de los pecados y de las vergüenzas de otras sociedades. Acá somos hombres y tenemos los mismos límites y caemos a veces en la misma cosa. El trabajo es ir limpiando.

Al ser cuestionado por los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, Jorge Bergoglio explicó…  

—- Una época hay que interpretarla con la hermenéutica de esa época. No puedo interpretar la conquista de América con una hermenéutica de hoy, me tengo que ir a la de la época.

E insistió…

—– Sobre este asunto pasa lo mismo y hasta que explotó el escándalo de Boston, la hermenéutica era la de que conviene tapar, evitar males futuros…Y al tapar, se propaga; una vez que entra la cultura del destape, las cosas no se propagan.

Francisco animó a denunciar futuros abusos ante la autoridad judicial y dijo entender a las víctimas.

Como se sabe, tras la cumbre de presidentes de conferencias episcopales que se celebró en febrero en el Vaticano, las víctimas de los curas y obispos pederastas no quedaron satisfechas con las conclusiones.

De lo único que no quiso hablar de cuanto Évole le preguntó fue de Franco y del lío que hay montado con el traslado de sus restos, pero si dijo alto y claro que en España tenemos el deber de enterrar en los cementerios, debidamente identificadas, a las víctimas de la dictadura que aún permanecen sepultadas en las cunetas.  

Tras la entrevista del domingo sabemos que el líder de la Iglesia Católica no ve la televisión ni tiene redes sociales ni navega por Internet. Su tiempo de ocio lo pasa “leyendo y escuchando música clásica”. A mí eso me sonó a pecado venial, a una mentirijilla, porque sigue el futbol argentino y a Messi especialmente, aunque dejó claro que no debemos llamarle Dios…

—- No Messi no es Dios. Tiene grandes habilidades profesionales pero no debemos llamarle Dios. 

Está bien que el Papa se preste a ser entrevistado en un programa como “Salvados”. Yo no me aburrí en la hora y media que duró la conversación y confieso que me llegó al corazón cuando, con una “concertina” entre sus manos, me dijo lo que yo quería oír sobre eso de poner vallas y muros contra la migración.

—-  Nos hemos olvidado de llorar…

La entrevista tuvo cuatro millones de espectadores. Évole pasará a la historia del periodismo por hablarle de usted a un Papa al que todos llaman Su Santidad. También esta vez me creí su lenguaje.