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EL “PRESUNTO” PEQUEÑO NICOLÁS

¿Quién es realmente el Pequeño Nicolás? ¿El hijo ilegítimo del Rey Juan Carlos? ¿El sobrino del presidente de los empresarios madrileños? ¿El amigo íntimo del secretario de Estado de Comercio? ¿Un dirigente joven del Partido Popular?… ¿O simplemente un estudiante más o menos espabilado que quiso jugar a espía y como no le dejaron se hizo de los malos?

PEQUEÑO NICOLÁS

Verás. Se ha demostrado por parte de los investigadores –es lo único que trasciende de un sumario secreto- que la única verdad que hay  en lo que cuenta… es él; sí,  el «personaje» del Pequeño Nicolás. Un jovencito dotado de unas cualidades especiales para el engaño y si se tercia, la estafa.

No le des más vueltas, no hay más… por mucho que rasques en una historia que ha adquirido notoriedad pública, gracias al afán de ganar audiencia,  que es lo mismo que dinero, de la Tele Circo. Pero ya no va a suceder más que lo que ya sabemos todos.

Es decir. Que este muchacho tenía un amigo que era y aún sigue siendo, Secretario de Estado de Comercio. Que ese amigo, Jaime García Legaz, se corrió algunas juergas con él y recibió en su despacho oficial a empresarios que le habían sido recomendados por Nicolás.  Que a su vez era amigo de Arturo Fernández Álvarez, presidente de la patronal madrileña, al que prometió que lograría venderle a los chinos sus negocios de restauración, en situación difícil. Y que intentó obtener beneficios pingües –y algunas veces lo logró- como intermediario entre empresarios en apuros, algunos de ellos extranjeros, y la Administración.  

Es decir, este estudiante de derecho con solo cuatro asignaturas aprobadas en tres años, se dio la gran vida gracias a su papel de “conseguidor”, que le permitía obtener fuertes comisiones de los empresarios. Muchos de ellos callan y ni denuncian porque sienten vergüenza de haber sido engañados por un crío que lo único que les enseñaba era un móvil que contenía una serie de “selfies” con personajes públicos.

SELFIES NICOLAS +

 Ahora bien. Este madrileño veinteañero consiguió colarse en actos de Estado de mucha relevancia, como la recepción tras la coronación del Rey Felipe; o, sin ser siquiera militante, en actos políticos importantes del PP y de la Fundación FAES.

Las fotos de esos actos sí que le han servido al Pequeño Nicolás para cometer lo que la Policía y  el juez consideran son presuntos delitos de falsedad, estafa y usurpación de identidad. Porque tras su detención el 14 de Octubre pasado está “en libertad provisional sin fianza y bajo investigación judicial”.

Las fotos de esos actos sí pudieron servirle para sus engaños y ahí es cuando todo el mundo se pregunta… ¿Cómo un jovencito, por mucha labia que tenga y muy listo que sea, es invitado a ceremonias y conferencias a las que solo unos cuantos españoles tienen acceso? ¿De quién o quienes parten las invitaciones para asistir a ellas?

El Pequeño Nicolás también pone su punto de mira en la vicepresidenta del gobierno, pero para nada es creíble que Soraya Sáenz de Santamaría haya tenido el más mínimo trato con uno de los presuntos más populares del Estado.

No quiero yo cargar las tintas sobre quienes tienen un concepto diferente al mío sobre lo que debe ser el mundo de la comunicación, tanto audiovisual como impresa. Pero solo estos colegas son los culpables de que el Pequeño Nicolás permanezca en pantalla sembrando dudas en la opinión pública, cuando lo que tenía que ocupar era un espacio en la crónica de sucesos.

Puede que a muchos de vosotros, mis amigos, os haga gracia el personaje y su entorno, la Pechotes incluida… Pero no es ningún Robin Hood y según cuentan ha hecho daño a mucha gente en apuros.

Dice su biografía que se crió en el barrio madrileño de Prosperidad, quizá eso haya marcado su futuro. Desde los catorce años –cuentan sus amigos más íntimos-  lleva buscando esa notoriedad que ahora tiene como “conseguidor” que ya no consigue nada… pero que sigue afirmando ser un “Charlie” –colaborador- del Centro Nacional de Inteligencia. Es decir, un aprendiz de James Bond.

El médico forense, escribió en su informe…

—– Francisco Nicolás Gómez Iglesias posee una florida ideación delirante de tipo megalomaníaco…

Este es el personaje al que seguirán dando pábulo la Tele Circo, alguna revista y algún periódico dedicado a la “alta investigación”. ¡Que le vas hacer! ¡Esto es lo que hay!