El Son

La costa de las vírgenes

La playa interminable de Corrubedo.

Hay más de una playa virgen en esta Costa del Son que aguarda en soledad el ir y venir de las mareas.  Y hay mil vírgenes con capilla junto al mar que curan los meigallos.

La Virgen de las vírgenes es la del Carmen, cuya fiesta dobla la mitad de julio en el calendario,  cuando navega marinera en los barcos engalanados de los puertos del Son.

Pero la playa Virgen es un desierto junto al mar que crece hacia el cielo, como producto del misterioso amor entre la arena y el viento.

La Virgen de las vírgenes es la Fé, que mueve montañas.

La playa virgen es una montaña de arena rodeada de lagos que resplandecen ante el infinito mar…

El milagro, sin embargo, es el sol, la arena caliente, el yodo, los surfistas, los bañistas, el top less, las olas, los barcos, el nordés…  El agua verde que se torna azul más allá de la cresta de la ola…  La luz intensa que hace brillar el horizonte…  El cielo limpio, sin nubes de tormenta…

Y el milagro final. El sol escondiéndose mientras quema el salitre del mar…

Detrás de él, en la playa virgen, solo queda oscuridad.

Porto do Son

Porto do Son esta habitado por gente curtida con el ir y venir de las olas en las horas frías, a las que se les ha metido la mar en el alma, sin permiso.

Ellos, los mariñeiros, son la marea humana de este Atlántico del Son, los que izan la vela de los sueños para que navegue el barco de la vida, cuando el mar atardece y se enciende la hora de la primera luna.

Gente que vive el día al revés: que se va con el viento de la tarde y vuelve al amanecer, cuando las luces del puerto son luces de agua que flamean como secreta grímpola en el mástil mas marinero.

Mariñeiros de piel de salitre. Protagonistas de la aventura de algún naufragio…y héroes de la mas hermosa historia, que solo ellos saben contar en la taberna del puerto, la vieja escuela donde se aprende el misterioso lenguaje de las mareas.