galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

EL VIGO DE CUNQUEIRO

Para el Cunqueiro periodista Vigo siempre fue una ciudad marinera marcada, por la grandiosidad de su bahía; un navegable mar de poesía que mejor se entiende desde los aledaños de la isla de los poetas, esa que llaman de San Simón y que Martín Codax descubrió navegando.

A LA ORILLA DE UN VERSO

Para Cunqueiro…

—- Vigo fue fundada a la orilla de un verso de Martín Codax.

Hoy es un placer recorrer esta pequeña isla a pié y comprobar cómo sus viejos edificios, que lo fueron todo, han vuelto a la vida y como se ha recuperado su magnífico entorno.

Desde esta isla, Cunqueiro contemplaba…

—- El mar del tesoro en el estrecho donde la historia nos dejó la crónica de la madre de todas las batallas navales por los años de los años.

Una vez navegado el estrecho hacia el océano, aparecen las playas hermosas de Cangas, ya citadas por el Rey Sabio, -recuerda Cunqueiro-, en las más famosas cantigas de Galicia

—- Hay al otro lado de Vigo todo un paraíso a donde ir a bañarse con la amada…en la dulzura de sus aguas.

Y no es de extrañar. Navegando sobre los espejos que ocultan los tesoros nuestro asombro se llena de Ría. La misma ría que obligaba a Cunqueiro a dejar vacío su despacho del “Faro”, en la calle Colón, para sentarse frente a Cangas y contemplar,  como de la Ría…       

—- Emergen Islas y en sus riberas crecen puertos. Nacen  a flor de agua cada vez mas bateas. Esta es la cuna de las vocaciones marineras que se notan  sobre la gamela. Espacio de reposo, para el gran barco crucero. Placer de viajeros de mar tranquila que buscan el verano al otro lado. Campo de regatas de veleros bien arbolados. Y grandes o pequeñas playas bajo techo azul de cielos claros…

Cunqueiro ya nos convencía entonces de que Vigo lo preside todo mirándose en el espejo de su ría, porque, como escribió el poeta…      

—- La  ciudad es hija de Neptuno…

Este mar… es su razón de vivir. Pero el Cunqueiro periodista solo fue testigo del nacimiento de Citroen y del crecimiento de algunos barrios como el Calvario, Teis o Bouzas, como consecuencia del desarrollo industrial de la ciudad.

No vivió el gran fabulador de Mondoñedo la reconversión industrial que hizo más pujante a esta gran ciudad y la convirtió en el epicentro de la modernidad de Galicia.

Ni la movida aquella que un joven alcalde Soto apoyó desde el primer ayuntamiento democrático.

Y mucho menos el prestigio de una universidad donde se investiga el futuro… ¡Ese que los agoreros presagian en Alemania!