galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

Energía

Las amenazas del clima son bendiciones energéticas

Playa y acantilados de Loiba-Ortigueira.


Los dos mares son uno mismo desde La Estaca,  donde contemplamos su inmensidad y asistimos a ese abrazo que se dan para batir juntos, con bravura, los acantilados de rocas puntiagudas que distinguen los espacios del Cabo Ortegal y de Bares.

Atlántico y Cantábrico generan aquí el paisaje espléndido de nuestro norte marino, tan especial y tan distinto a todos los mares del mundo. Porque, juntos, se tragan la ramificada ría de agua de juncos origen de Ortigueira; se acuestan ambos sobre la playa de Espasende; y los dos entonan la canción de mar en los acantilados de Loiba.

En un mismo horizonte, los dos mares provocan tres perspectivas diferentes.

Ahora, de los dos mares de Galicia se obtendrá la energía maremotriz precisa, que eso es posible en la bahía donde se mezclan las aguas dulces con las saladas, o en el espacio próximo a las rocas de aguja, lo mismo que en la cercanía de la playa del surf.

Marejada, marejadilla, mar gruesa, fuerte marejada… Las amenazas marinas del clima son, por otro lado, bendiciones energéticas, porque hacen fructificar las olas reconvirtiendo en energía la fuerza de las mareas.

Es de esperar que el invento respete playas, puertos y rías y la música de olas siga sonando como una sinfonía natural sobre el mar resplandeciente que embellece esta tierra litoral.

Porque, como recitó el poeta Bernardino Graña…

“O mar mais longo e o meu sangue…”