galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

Esperando el amanecer – por Matilde López Camelo*

Levantaron el rancho a la sombra de un sauce frondoso. El amor estaba allí, ellos estaban y la noche y los ruidos de la calle y el silencio pidiendo paréntesis de a ratos.

No estaban las sábanas de seda ni cálidos y finos perfumes, ni música melódica, ni la cercanía de un libro de Neruda. Es más, hubiesen preguntado quién era Neruda. ¿Por qué habrían de saberlo, además? Sin embargo, el espíritu del “Chileno” estaba presente como el amor mismo, decía:

—Yo escucho entre el disparo de los besos, escucho entre respiraciones y sollozos.

Para ellos la poesía y los poetas comenzaban y terminaban con Riqui Maravilla, colgado medio torcido, sonriendo desde un clavo en la pared.

La frazada limpia de color «colimba» fue estirada sobre la cama, bien prolija. En el centro el almohadón regalo de su patrona y la muñeca con vestido bordado, nacida desde hacía tiempo desde las manos de la abuela.

Luego, acompañando  los ruidos de afuera, el acompasado de la bomba del patio; arriba, abajo, arriba, abajo…cada cual a su turno, para que el otro se refrescase, percibiendo con deleite el aroma a lavanda del jabón que él trajera por docenas. Enseguida el otro aroma, el de las tortas fritas en la grasa que él también aportara. Mientras «ensiyaba» el mate, ella se llegó hasta los fondos de una corrida en procura de hojitas de cedrón…Reían por todo y por nada. Eran felices.

Y…sí, sería lindo que leyeran a Neruda y más lindo todavía si supiesen leer… Pero el amor seguía estando allí y ellos y las risas. Una cigarra trasnochada ensayaba serenatas, mientras un zorzal anunciaba un nuevo amanecer, desde el sauce que cobijaba los dos nidos.

* MATILDE LOPEZ CAMELO es una entrañable amiga, escritora y argentina, que siempre firma con una rosa… Yo le regalo una de mis orquídeas por deleitarnos con sus relatos.


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