galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

GALICIA TROPICAL

Me pregunto que se le perderá a mi vecino en la leira para sufrir un sol de justicia que alumbra 37 grados a 23 de Maio…

El hombre ahí está cuando es media tarde, cuidando la tierra como si fuese oro, limpiándola de las malas hierbas y mimándola como si fuese su amante. No, no es por necesidad –dicen los suyos- es por puro vicio de labrego viejo, que de lechugas está lleno el supermercado; y de pimientos, guisantes, tomates, patatas y que sé yo que mas plantó este año el buen José.

Un poco más abajo,  escucho el chapoteo de los gemelos en la piscina, que no paran de nadar a gritos para que nos enteremos todos de lo buenos deportistas que son. Es el contraste de esta mi aldea que siempre me sorprende.

Me asomo a la ventana para ver dónde anda Manuel y veo que sus ovejas, pobres, se metieron debajo del toldillo que les puso en el prado, que ellas no pueden quitarse el abrigo.

Digo yo que con este día Manuel estará dormitando frente a una tele encendida en el canal de todos los deportes.

Fíjate como estará el día de caluroso que hasta el lagarto que pasea el jardín se me ha metido en casa buscando el frescor de la piedra. Y ahí está, en una esquina, refugiado, tras haber sorteado los peligros del monte das Pedras.

Sentando en el salón me estaba preguntando hace un momento si lo de plantar tres palmeras fue por estética o para ir aproximándonos al paisaje tórrido…   

—- ¡Non é normal!

—- ¡Non se para!

—- ¡Na vida pasei esto!

—- ¡E que é moitísima calorísima!

—- ¡Imos arder!

En su recta final… este maio es agosto: La tierra está seca, los embalses semivacíos y las playas llenas; ya se ven los frutos con hueso, las mapoulas volvieron al agro, mis pájaros cantan cansado y no se ve ni un alma fuera de las casas.

Desde que las chimeneas dejaron de echar humo tengo la sensación de vivir ya los calores caribeños…

¿Será verdad que esta es la Galicia tropical que nos anunciaban?

Conozcamos algún dato.

Los registros de lluvia de los últimos meses fueron insólitos. 2017 es por ahora el año más seco de los últimos cincuenta y si buceamos en la estadística veremos cómo abril ha sido el menos lluvioso de los últimos cien años tanto en Pontevedra como Santiago de Compostela.

Pero según los expertos, años secos como éste no son un síntoma claro del cambio climático. Lo que sí parece que varió en los últimos tiempos ha sido el régimen de lluvias.  Aunque, verás…

En total la cantidad de agua caída este año sobre Galicia podrá ser la misma al final de diciembre; pero durante la última década, en lugar de llover siempre y de manera suave, las precipitaciones han sido torrenciales y en períodos de tiempo más cortos. 

Sí queremos hallar un rastro del cambio climático lo encontraremos solo en el progresivo ascenso de las temperaturas. Sin embargo, tampoco es alarmante; solo un 0,16 grados por década y de momento.

Claro que esta “calorísima” debe ser solo cosa de mayores imitando al lagarto; como el bichiño buscamos refugio detrás de la piedra. Sin embargo tengo a los nietos tumbados sobre la hierba, al sol y disfrutando de una primavera que sí, tienes razón, no es normal…

Una última advertencia: si has tenido calor estos días prepárate para el verano porque, según todos los pronósticos, viene caliente.