galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

«GALLEGUITA», UNA LÁGRIMA DE GARDEL.

JJ GARCIA PENA +

“Extraigo una cuenta negra en la que el cantor retrata la suerte de una joven inmigrante gallega”.

 

Los tangos rioplatenses, como las coplas españolas, suelen ser una especie de cápsulas del tiempo que nos dan testimonio fidedigno de épocas, lugares y  vidas  que los poblaron. Tienen la virtud de compendiar, en tres minutos, un relato que no puede dejarnos indiferentes.

La Parrala, La Salvadora, Antonio Vargas Heredia o Lola Puñales, en alas de las coplas y tal vez con otros nombres, presiento que fueron seres de carne y hueso.

El tango, canción ciudadana por excelencia, nace en ambas orillas citadinas del Plata por la necesidad de expresarse dos corrientes migratorias: la externa, proveniente principalmente  de Europa y la interna, compuesta de parias desplazados de los campos alambrados, sentencia de muerte del gaucho, jinete inquieto. No en vano su presencia rural es una constante desde siempre en la criolla canción.

Carlos Gardel, además de ser el mayor intérprete del tango -platense queja cantada- abarcó todos los géneros en boga por entonces, desde la cifra y la milonga  al foxtrot, sin desdeñar la canción andaluza o francesa, la canzoneta italiana, el pasillo colombiano o la rumba.

Sin embargo, cuando pensamos en su obra, se nos aparecen, repetitivos, los temas más popularizados en sus filmes. Bien poco sabemos de su largo y fecundo repertorio.

Sus grabaciones son equivalentes a una enorme pinacoteca en que desfilan, dibujados  por el pincel de su mágica voz, cientos de  personajes tan reales como la vida misma.

De ese extenso rosario, hoy extraigo una cuenta negra en la que Gardel, con su voz siempre solidaria con los protagonistas, retrata la suerte de una joven inmigrante gallega.

Al escuchar a Gardel desgranar, como nadie, los sentidos versos de Galleguita  se nos hace carne la frase que mejor lo define: Gardel canta con una lágrima en la garganta.

Escuchemos, entonces, atentamente al Mago.

Pincha aquí para escuchar la canción:  https://youtu.be/T8AkJsxmZ1k

GALLEGUITA +++

«Galleguita»

(Letra de Alfredo Plácido Navarrine)

Galleguita, la divina, la que a la playa argentina cayó una tarde de abril
sin más prendas ni tesoros que tus negros ojos moros y tu cuerpito gentil.
Siendo buena eras honrada, pero no te valió nada, que otras cayeron igual.
Eras linda, galleguita, y tras la primera cita fuiste a parar al Pigall*.

Sola y en tierra extraña tu caída fue tan breve que, como bola de nieve, tu virtud se disipó.
Tu obsesión era la idea de juntar mucha platita para la pobre viejita  que en la aldea solita quedó.
Pero un paisano malvado, loco por no haber logrado tus caricias ni tu amor,
ya perdida la esperanza, volvió a tu pueblo el traidor

y envenenando la vida de tu viejita querida le contó tu perdición,

y así fue que el mes pasado te llegó un sobre enlutado que enlutó tu corazón.

Y hoy te veo, galleguita, sentada triste y solita en un rincón del Pigall*
y la pena que te mata claramente se retrata en tu palidez mortal.
Tu tristeza es infinita; ya no sos la galleguita que llegó un día de abril
sin más prendas ni tesoros que tus negros ojos moros y tu cuerpito gentil.

CABARET 2 +++

*Pigall o Royal Pigalle era el nombre de un cabaret de moda en los años ‘20 y ‘30 del pasado siglo en la calle Corrientes de Buenos Aires.  A él se refiere la letra del  letrista  Navarrine. Simultáneamente, Montevideo tuvo su Pigall o Royal Pigall, (sin la e final) vecino al teatro Royal de la calle Bartolomé Mitre entre Buenos Aires y Reconquista.

ESPIRAL-EN-AZUL