galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

HEREDEIROS DA CRUS YA SON VIEJOS ROCKEROS

     Y digo yo… ¿Qué son 20 años?

     Aún los recuerdo en aquel pazo de Boiro con aquellas pintas, haciendo un rock casi perfecto, tan irreverente como ellos mismos y yo grabándoles para la tele…

     O aquella otra vez en la que  Gerardo Rodríguez, mi junior, los subió a la única pared que queda de las Torres de Altamira para retratarles como eran, en su primer clip…

     O en aquel concierto suyo en la frontera, “Acudide Visiños”, en el Verín xacobeo, en el más medieval, el del Castillo de Monterrei, ese que nos cedió a los gallegos la Duquesa de Alba para que se lo cuidemos…

     ¡Joder! ¡Aquel día sí que se lo cuidamos!

     O… cuando, allá por 1994, me llegó su primer disco a la redacción del DGPM.

     Pues sí, pasaron veinte años desde que nació como grupo “Heredeiros da Crus”, esos chicos “rebeldes” que el domingo pasado, llevaron a Ordes,  el espíritu del -¿ya viejo?- rock and roll,  haciendo bueno el refrán.

     Javi Maneiro, Tucho Novo, Tonhito de Poi y Fran Velo allí se subieron al escenario para decir aquí estamos y aquí seguimos…

     La discoteca de siempre se llenó hasta los topes, me cuenta el Junior, pero no es nada extraño,  puesto que habían vendido hace varias semanas las tres mil quinientas entradas del aforo…

     —  «Volvemos por el dinero en la misma medida que un ebanista hace un mueble o un periodista escribe un texto», le cuenta Fran Velo al periodista amigo, a Manolo García Solano, sin duda el que más sabe de música de todos mis amigos periodistas en ejercicio…

     En los espectáculos de Heredeiros da Crus podía suceder cualquier cosa y eso es lo que llamó a este concierto, al de la vuelta,  “a los impenitentes seguidores de la banda  y a muchos jóvenes que oyeron campanas sin saber muy bien como sonaba el mejor grupo de rock en gallego de todos los tiempos”.

    Así que veinte años fue una excusa para “hacer caja”  y lo dicen sin el más mínimo sonrojo…

    Yo pensaba que entre estos chicos ya no era posible nada y mucho menos tocar; pero, ya ves, han vuelto, reconciliados por su música, después de ocho años de desencuentro en los que Javi se montó “Jabón Blu”, que suena bien, muy bien; Tonhito de Poi tuvo una mala experiencia a la portuguesa, que también sonaba bien, francamente bien; y Novo se montó “Recambios Tucho”, un buen taller musical.

     Con Heredeiros no hay crisis en una época en la que dice Manolo que es de “precariedad económica, con poco dinero público para avalar grandes conciertos y escasas ventas de discos”.

      —- Tienes razón, mi amigo, muy difícil que interese un concierto de la cartelera y menos que llene, que los malos tiempos para la lírica son estos, no los de Siniestro.

      Pero Heredeiros da Crus llenaron y seguirán llenando si siguen juntos, que parece que se avecina al menos un verano, bolo a bolo, “on the rock”.

        Los cuatro miembros “originales” de la banda han superado la frontera de los cuarenta, que el tiempo no corre sino que vuela. Unos son padres de familia y los otros padrinos. Tienen dos nuevos colegas, Marcos, a la batería;  y  a los teclados, en los que también es un faquir, mi amigo Quique “Crebisnky” Otero.

        Manolo García Solano se pregunta si tendrán ahora “más sentidiño” pero yo creo que eso, un rockero que se precie, nunca lo recupera…

       Porque en el fondo y en la forma, el dinero es lo de menos y el placer de tocar lo de más…

       Me alegro mucho de este resurgir a lo Ave Fenix, que dice Velo, de esta vuelta que según Tonhito de Poi, quedó marcada a fuego…

       La próxima vez, mi querido Fernando Castaño, bajaremos juntos la lamprea peleando rock and roll  con Heredeiros da Crus y te presentaré al Junior