galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

HISTORIAS DE TOÉN

El Capitán Toxo era un gran caminante. Se hacía ver con sus medallas de latón, viejo uniforme de combate y engalanado con la chorima primaveral de sus montes de proximidad. Todos en Ourense le guardábamos un especial respeto cuando hacía su marcial recorrido por la calle del Paseo.

Un día, hace tiempo, me lo encontré en Toén. Era cuando mi amigo Santiago Lamas dirigía el sanatorio psiquiátrico. Esa vez el capitán Toxo,  en estado muy cuerdo, me contó que aquella era su casa, porque ya era muy viejo para bajar a la ciudad. Entonces ya vestía vaquero y jersey de lana y no llevaba encima ninguna flor de toxo.

—– Estou triste porque seica van a pechar todo isto…

Él fue quien me dio la noticia de que pronto cerrarían el sanatorio y estaba muy preocupado porque…

—– Dín que me levarán a Conxo pero eu alí non teño familia. Toda está aquí.  

Toén siempre fue un lugar famoso por su psiquiátrico y cierto alcalde solía decir que, sin sus “locos”, este municipio se habría muerto de olvido, enfermedad muy común en algunas tierras ourensanas.

A pesar de su importancia para enfermos y sanos aquel sanatorio cerró sus puertas, como todos los psiquiátricos de Galicia a excepción hecha del de Conxo. Se cumplió el pronóstico de aquel entrañable Capitán al que supongo convertido ya en viajero del espacio.   

Menos mal que Toén, vosotros ya lo sabéis, es algo más que la mirada perdida del Capitán Toxo. En la atalaya del Miño los días primaverales transcurren en calma aunque está muy cercano el bullicio de la ciudad de las Burgas.  A nadie que visite el municipio se le escapa su riqueza arquitectónica popular y el pintoresquismo de un bello paisaje de vino y río.

El escritor Manuel Rego Nieto, omnipresente en mis recuerdos, fue quien me descubrió Moreira, uno de los pueblos más bellos que puedes encontrar en Galicia. Moreira es lugar preferido por los visitantes curiosos que prefieren el turismo cultural. Es un pueblo de piedra, reconstruido para el presente pero conservando una buena parte de su historia. La más importante está en su iglesia, de fachada barroca, con algunos restos del románico inicial y también renacentistas; el retablo de su altar mayor es del siglo XVI.

La iglesia más antigua, sin embargo, es la de Santa María de Feá, del siglo XII, románica, de planta tan bella como su entorno, en la ribera del Miño. Siguiendo el curso del río, más al sur, nos sorprende la Torre de Puga, el único resto de un pazo del siglo XVIII.  Y en Mugares, hay una iglesia de estilo plateresco, con pinturas murales del siglo XVI.

Luego está esa gente magnífica que te ofrece o “viño da casa” é un pouco de tetilla…

Eso le hacía mucha gracia a Blancoamor. No sé si por lo erótico que suena o tal vez por el sabor inconfundible que combina con los caldos ribeiro de Alongos. Con Eduardo, con el ribeiro y desde Toén, brindamos más de una vez por los ausentes… Esta es la bella proximidad ourensana y eso se nota especialmente en la configuración de algunos de sus lugares.

Alongos, por ejemplo; mira hacia el Miño y es parroquia conocida por su banda de música, de las míticas, y porque aquí nació Juan Antonio Saco y Arce, considerado padre de la Lingüística gallega y uno de los primeros directores que tuvo, a finales del siglo XIX, el Instituto de Ourense. Su gramática aún tiene aspectos vigentes.

También te diré que muchos de los habitantes de Toén fue gente de circo.  Algunos aún te cuentan que se salvaron de la emigración gracias al Circo Feijóo, uno de los más afamados de los años sesenta del siglo pasado.

Porque, allá por los años cincuenta, la mitad de la gente que aquí vivía se fue en barco o en tren en busca de mejor fortuna. Es decir, a América y a Centroeuropa.

Ya ves, nuestros pueblos guardan muchas historias además de seguir siendo referencia indispensable para quienes aman la naturaleza.

En Toén hay una casa dos Fantasmas y una fervenza do Inferno. Son los restos de un pasado de emigración y la leyenda heredada de nuestros ancestros, que situaban el infierno bajo la ciudad de Ourense. La casa nos recuerda el superado pasado de miseria y la cascada que esta es tierra fértil, porque el agua abunda.

La llevan por todo el territorio numerosos regatos como el Rego de Puga, el Rego de Xestosa o el Rego de Fragoso. eL destino final de todos es el gran Miño.

Los paisajes de vino nos recuerdan que esta es la otra orilla del Ribeiro del Miño, que dibuja sus paisajes de agua. Te recomiendo especialmente tres lugares muy diferentes: el área de Xestosa, Alongos y el mar interior de Castrelos.