galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

HISTORIAS DEL RÍO ULLA – Tramo I

LA TRASLATIO

        Esta semana te propongo buscar el mar desde la montaña siguiendo el curso de un río. Pero, verás, no es un río cualquiera…

        Este mar es la  puerta atlántica de Compostela por la que sus discípulos, Teodosio y Atanasio,  hicieron pasar la “Barca de Piedra” que trajo a Occidente desde Jaffa los restos de Santiago, el Apóstol

       Una aventura,  esta de la Traslación,  que las crónicas cuentan como legendaria historia, que es la mejor forma de contar las cosas de la Fe.

       La Barca de Piedra era… de madera, a la usanza de la época. En realidad se trataba de un mercante que transportaba  “piedras de oro y  minerales preciosos”, desde la  Gallaecia hasta otros lugares del Imperio Romano.

      La Barca “transportaba la Piedra”, no era una “embarcación hecha de piedra”. 

                                

      Siguiendo esa vieja ruta marítima, aquella barca penetró desde el Atlántico por la Ría de Arousa y remontó el Río Ulla, por los establecimientos romanos de “Turris Augusti” para llegar hasta el puerto que el imperio llamó Iria Flavia.

      Aquí, en el occidente del entonces mundo conocido,  – según cuenta el “Liber del Sancti Jacobi» del «Códice Calixtino»-, se reencontró definitivamente el Apóstol Santiago con la Tierra donde dejara en vida, años antes, su legado evangélico…

      El Río Ulla es el Río del Apóstol. No solo por ser el escenario fluvial  principal de la “Traslatio”, sino también porque una buena parte de su trayecto transcurre muy cerca de los antiguos caminos de peregrinación a Compostela.

        Te invito entonces a seguir el curso del Río Ulla desde el mítico Monte Farelo, en donde nace, hasta la Isla de Cortegada, en donde se vuelve femenino para convertirse en ría.

      Este trayecto nos llevará por tierras legendarias en las que confluyen la espiral mística, la aventura peregrina y el encanto natural del caminante a Compostela.

LAS TIERRAS DE ULLOA 

   

       Al seguir las arterias peregrinas que atraviesan la Ulloa, camino de las Tierras del Deza,  aparecen otra vez las cruces de piedra del culto a la muerte; las románicas iglesias construidas por los maestros canteros anónimos; los nobles pazos de romántico señorío; y los paisajes de aldea que comparten con nosotros el relato, al pie del fuego de una lareira…

     Este del Alto Ulla es un territorio que cruzan caminos de piedra y de polvo aplastado por millones de pasos,  a lo largo de un milenio.  El invierno se debate aquí entre la nieve del  sagrado  Monte Farelo y la niebla que penetra en el bosque que habitan los protagonistas de sus leyendas. 

      Atravesamos  un paisaje de piedra y agua.  La piedra es el alma que da vida a la arquitectura del espíritu, materia vivificada en el arte monumental del trayecto. Y   el agua, de los pequeños ríos y del Río Ulla, es el espejo de  la más viva naturaleza.

     Esta del Alto Ulla es natural comarca serena en la que reinan la placidez y el sosiego, reverdecida tras las lluvias mil de este invierno, donde revive el paisaje de leyenda, que volvemos admirar bajo la luz plomiza de la lluvia invernal, la luz que atraviesa esa bruma mansa que empapa la Tierra.

     Entre el monte de la Vacaloura y la Sierra de Lingonde, ya en Monterroso, crea el Río Ulla un frondoso valle, paisaje armonioso propio de los territorios eminentemente agrarios.

     Abundan las carballeiras, los soutos de castaños,  y los abedules en las riberas de los pequeños ríos que van a morir en el Ulla.

     Entre las carballeiras destaca la de A Pena do Corvo, que tiene ruta propia: transcurre por las riberas del Ulla y nos descubre una curiosa formación de rocas singulares a su término.

LOS MEGALITOS

       Antas significa piedra o dolmen. En Antas de Ulla los restos megalíticos son abundantes. Su Patrimonio histórico y monumental está vinculado especialmente a estas dos etapas: la megalítica y la medieval, con interesantes muestras de la arquitectura religiosa y  paciega.

      Además, este municipio ofrece numerosos atractivos para los amantes de la naturaleza: rutas de senderismo y lugares de ensueño para disfrutar de los paisajes del Río Ulla y de las viejas tradiciones.

LOS PAZOS RURALES

       Seguimos descendiendo con el Ulla y estamos en Santiso a donde llega la cola del embalse de Portodemouros, creador en sus márgenes de bellos lugares que ya esperan veranos impacientes.

       Arcediago es la parroquia de mayor importancia y es ahí donde un hermoso puente sobre el Ulla ofrece la estampa característica de este lugar.

      Hacer turismo en Santiso es, además de contactar con el más hermoso medio natural, disfrutar de sus cruceiros y demás elementos etnográficos populares. Encontrarse de nuevo con el románico de sus iglesias. Poder admirar los pazos. E incluso poder dormir en uno de ellos, hoy dedicado al Turismo Rural.

LAS LEYENDAS

       A Valle Inclán le inspiró sus «Sonatas de Otoño» y a la Pardo Bazán su mejor obra, Los Pazos de Ulloa. En las riberas del río nacieron poetas de fácil verso… Pero al pié de las lareiras que hacen humear las chimeneas de las aldeas, ante el fuego que todo lo purifica, surgen aún relatos mil de esta legendaria Tierra de la Ulloa…

       Leyendas que, en Monterroso,  hablan  de gentes con extraños poderes y de diablos peludos con retorcido rabo, capaces de crear tormentas en los días claros y más luminosos del verano. Son los «nubeiros» o los «tronantes», a los que la tradición popular aleja con un repique de campanas de la románica iglesia parroquial…

   

      En el Castillo de Sirgal, en el antiguo castro sobre el que se erigió la fortaleza, hay un sepulcro cuya losa acumula agua de lluvia, que permanece incorrupta todo el año… hasta que los vecinos acuden a lavarse en ella, cada noche de San Xoán.

      Encontraremos en el trayecto más de cien fuentes con propiedades curativas, pero es la del Campo das Antas la que tiene un manantial mas “milagreiro”, por eso se llama ahora o «Rego do Santo».

       Los castros son lugares propicios para la magia y el de Santiago de Amoexa, en Antas de Ulla, es el lugar de los más crueles encantamientos sufridos por los «mouros».

      Y Ulla abajo, en el Castro Marcelín  de A Golada, habitan los guardianes de Merlín, vigías que alcanzan cien horizontes y todos los tesoros, que son los que la Reina Marcelina escondía detrás de una puerta de piedra. 

       

       Entre la historia y la leyenda, pero también sobre las piedras,  se sitúan los rituales druídicos, que se realizaban en el Pico Farelo, al que aún hoy se atribuyen sobrenaturales poderes.

      Al pié de cada lareira, en cada pequeña aldea de estas Tierras de Ulloa y del Deza, el fuego ensimisma a cada contertulio, con viejos relatos que la tradición nos legó.

     El fuego que, además, es el elemento bajo el que, en Vila de Cruces, se escondía una deidad protectora:

     Si alguno de los habitantes de estos valles profundos se siente afligido por pena o tribulación, le bastará avivar el fuego y pronunciar el ritual:

     «Tennos sempre na prosperidade, sempre dichosos, ti que eres eterno, fermoso, sempre xoven…¡Lume do fogar…!»

«Irei ao monte do Faro, en Maio, cuberto de toxos esguíos.

E na fonte da Ortiga sentirei a verdade da auga

devanando polos beirais da costa ca túa cantiga.

Irei a Ermida o día de Santa María, á percura da voz de antano…

Moito antes que a canícula beba o orballo,

atenderei o cramor da miña amiga”…

(XOSÉ LOIS IGLESIAS)

 

ENCUENTRO CON EL DEZA

      El Monte do Faro es el símbolo natural de las Tierras del Deza.  El Deza es un río que le da nombre a media docena de municipios antes de morir en el Ulla.

      Uno de esos ayuntamientos es A Golada, histórico punto de encuentro que aún lo sigue siendo. Y tuvo mucho que ver su desarrollo con la feria que desde comienzos del siglo XX aquí se celebra, cumpliendo su vieja vocación agropecuaria.

      Los «pendellos» de la antigua feria siguen despertando curiosidad turística, aunque el territorio municipal está lleno de atractivos, como el Museo de Arte Moderno de A Solaina.

      La Sierra del Farelo, el río Arnego y el Ulla, marcan sus espacios naturales más apreciados de A Golada. Y  serán los «sobreirais» o bosques de alcornoques  que encontraremos en el último tramo del Arnego, por su peculiaridad, los que más atención despierten.  

 

DONDE SE CONVIERTE EN LAGO

      El Río Ulla te lleva ahora hasta Vila de Cruces, que ha recobrado el esplendor perdido en  tiempos de la emigración a América, cuando se agotaron las reservas de wolframio de sus importantes minas, recuperadas para otros usos: las antiguas viviendas de los mineros han sido rehabilitadas y conforman actualmente una moderna villa.

      Y seguro que te encanta el Balneario “Baños de Brea”, en Merza, uno de los más antiguos de Galicia pero con instalaciones y alojamiento modernizados.

     Si sigues las rutas de senderismo marcadas llegarás espacios de singular belleza. En sus ríos pequeños, puedes disfrutar del  barranquismo, el raffting o el piragüismo.

     Este último deporte es precisamente el más practicado en el espacio abierto del embalse de Portodemouros, en donde funciona un club náutico y en donde entrenan los grandes equipos españoles.

       Esta vez tú y yo hemos cubierto, más o menos, la mitad de este bello y singular trayecto.  La semana que viene, a partir del viernes  8, retomare para ti la otra mitad de esta ruta fluvial que nos llevará desde Vedra hasta Carril, donde el agua del Río Ulla se hace salada al mezclarse con la de la Ría de Arousa.

      ¡Espero que me acompañes!

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