galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LA GRAN RESERVA DE LA BIOSFERA

 

      Desde las montañas próximas se alcanzan mil paisajes diferentes, en esta Galicia Única. Son los refugios naturales de la “reserva verde de Europa”, siempre envuelta en el círculo mágico de su historia y de alguna leyenda.

       Las suaves cumbres se alzan hacia la cúpula del cielo desde la profundidad de los valles, atravesados por  ríos y regatos, espejos de un invierno de aguas cristalinas.

       En busca de uno y otro paisaje, por entre los árboles milenarios que hacen posible la frondosidad del bosque encantado, van los senderos de aventura que nos conducen a hermosos paraísos.

       La UNESCO los llamó “Reserva de la Biosfera” por sus hábitats de interés científico y  cifró en cinco las grandes áreas  geográficas a conservar y proteger en este nuestro país. Ese territorio ocupa actualmente la mitad de la superficie natural de las provincias de Lugo y Ourense. En él, el hombre y la biosfera conviven esbozando ese concepto tan actual del desarrollo sostenible. 

TERRAS DE MIÑO

 

          Terras de Miño fue la primera gran área designada  “Reserva de la Biosfera” en Galicia, en  el año 2002.  Comprende nada menos que veintiseis  municipios de la cuenca alta del más grande de los ríos gallegos. Abarca desde su nacimiento, en el Pedregal de Irimia y Fontmiñá, hasta el sur de la capital. E incluye también la Serra do Xistral y los dos humedales de la Terra Chá, la Lagoa de Cospeito y  la Lagoa do Rei.

       FONTMIÑÁ, DONDE NACE EL MIÑO

           Nace el Miño y es ya fuente de vida.  A lo largo de su trayecto se le unen cientos de ríos medianos y pequeños.  Por eso crece rápido para llegar a los espacios mejor cuidados y convertirse en el verdadero protagonista de la verde tierra que ocupa el occidente de la sierra central de Lugo, donde dibuja un paisaje inigualable que el invierno envuelve en mil tonalidades verdes.

          Los ríos, especialmente el Miño, han sido aquí los creadores de la cultura del agua, que así le decimos los gallegos de lluvia, preocupados por la conservación del ecosistema y la protección de nuestro pequeño paraíso.

         Cada uno tiene el suyo, que por algo esta es la reserva más grande de España. Lo mima, lo cuida y lo comparte con quienes, como él, aman la Naturaleza.

         Te dejo un dato: el sesenta por ciento de la provincia de Lugo es Reserva de la Biosfera

ENTRE PORTUGAL Y GALICIA

 

    En el año 2005, Allariz, en la provincia de Ourense, fue declarada la segunda Reserva de la Biosfera de Galicia, por su labor en la recuperación ya no solo de los entornos naturales del río Arnoia, sino de los recursos económicos que en torno a esta área resultaban básicos en el pasado. Entre otros, la puesta en valor para fines turísticos de la etnografía más propia de la zona, basada en los antiguos talleres de curtidos de pieles.

ANTIGUA FABRICA DE CURTIDOS DE ALLARÍZ

       Antes, Portugal había creado el Parque Nacional Peneda-Gerés, concretamente en 1971, absorbiendo gran parte del turismo de naturaleza del sur de Galicia y despertando una sana envidia entre los gallegos que lo conocíamos.

      Galicia tardaría veintidós años en conseguir la declaración de Parque Natural para la Baixa Limia y el Xurés, pero en él se incluía también la Serra do Leboreiro.

      En 1993 se puso en marcha el gran Parque gallego, pero con los ojos puestos al otro lado de la frontera y con la ambición de que ambos espacios naturales fuesen uno. En ese mismo año de gracia se cumplió el sueño y  el transfronterizo Gerés-Xurés es, desde entonces, el mayor parque natural de Europa.

 

             RESERVA DEL XURÉS

      Y aquel sueño para el Parque del Xurés se completó en el año 2009 al ser declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera internacional.

      El primer gran parque transfronterizo europeo y la gran reserva de la biosfera está lleno de atractivos y de todo tipo de recursos turísticos: cascadas, valles, ríos, montañas y aldeas dan vida a uno de los espacios más hermosos del continente, en el que reinan el lobo, el lince, el corzo y la cabra montesa, entre otras más de dos mil quinientas especies animales.       

RESERVAS DE MONTAÑA

 

               En el año  2006, fue la comarca de Os Ancares quien mereció la distinción como Reserva de la Biosfera, premiándose el esfuerzo de sus habitantes, a quienes se debe no solo la conservación de la biodiversidad natural, sino de toda una cultura y formas de vida que estaban a punto de morirAncares es tierra con sabor a aldea vieja, de casas de ladera; de lugares distantes del núcleo parroquial. Un territorio quebrado y un pueblo pintado al pié de montañas que fueron fracturadas por los cataclismos geológicos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     

 EL HOMBRE Y LA BIOSFERA. MAZO DE FERREIRO.

           Un año después, en el 2007, la Unesco decide ampliar la Reserva de la Biosfera lucense y concede este título al territorio que comprende la comarca gallega de A Fonsagrada y la asturiana de Los Oscos.  Este paisaje común está lleno de muestras de un pasado de ingenio de subsistencia en la gran montaña; en  aquellos tiempos en los que lo único posible era subsistir…

             En esta reserva, a pié de río, en el valle profundo, se asientan, sin embargo, pueblos de campos de maíz y amplias praderías.  Con iglesia parroquial y cruceiro y tierras cultivadas con aperos de labranza de diseño. Están próximas al molino que mueve el agua del río pequeño, que aún muele por placer de molinero anciano. Y también junto a la ferreiría, que este nuevo paraíso fue de hierro de minas en medio de los bosques frondosos.

             Hasta Galicia también llegaron los monjes del Císter, los primeros maestros de aquel arte de moldear el hierro.  Dicen que fueron los inventores del Mazo, artilugio movido por aguas rebeldes de regato impetuoso, que también era de ferreiro.

            En las ferreirías se fundía el hierro en lingotes y en los mazos se trabajaban hasta convertirlos en útiles y herramientas.

            Cuantos visitamos de cuando en vez estas reservas de la biosfera gallegas bien sabemos que el hombre vive aquí en perfecta simbiosis con esta tierra que habita.

           Por eso nunca la olvidará

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