galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LA MANZANA ESTÁ DE LUTO

Escuchando la radio me entero de que, en toda España,  solo hay un informático pijo que no quiere elevar a los altares a Steve Jobs.

A todos los demás, al parecer, incluso les preocupa muy mucho que va a ser de sus miles de millones de dólares y lo que sucederá con Apple, su compañía.

Los muy imbéciles. Como si les fueran a dar a ellos la pasta y en la empresa de la manzanita quedaran solo tontos.

Seguramente esta gente es la que eyacula cuando aprieta el botón de la maquinita y juega a tener la vida resuelta a base de tarjeta de crédito, porque están acostumbrados a caminar por la vida haciendo funambulismo,  el atajo por el que pretenden llegar muy, pero que muy lejos.

Estos son los que utilizan no la cabeza, sino las nuevas tecnologías. Y solo eso, claro.

Por eso lloran a un señor que ni conocían ni saben a ciencia cierta lo que hizo…

Esto explica que el machote que se ha comprado un caballo para jugar a vaqueros por mi aldea, me diera la noticia en nuestro cruce matinal, el día de autos, como si se hubiese muerto su padre…

También Manuel, que no es de este mundo, me preguntó aquel día si “morrera alguén importante”.  Y yo, como es lógico, aluciné, porque Manuel solo se entera si muere alguien si es del pueblo.

Caminando por la prensa matinal, con la noticia de la muerte de Steve Jobs en los talones, me acordé de los hackers y crackers que hace un par de meses dejaron en pelotas a miles de usuarios de tarjetas de crédito…

Al doblar la página, me enteré de que una conocida actriz del país estaba toda preocupada por si aquí iba a haber “corralito” a lo argentino, que vaya susto se había llevado en el cajero automático porque no le salía la pasta…

Más vueltas y llego a donde cuentan el apagón de Vigo: eléctrico, informático, mecánico, burocrático…

… Y seguía el periódico opinando de Steve Jobs, de su gran obra, de que sería de nosotros ahora, de qué íbamos a hacer sin él…

Pensé entonces en el día en que mi mujer me compró otro móvil y tuve que hacer el jilipollas metiendo número a número en la agenda…que eso tiene tela.

Como cuando a dos amigos ricos no les dieron de comer en el restaurante, porque no funcionaba el ordenata que regulaba los dispositivos de no sé qué historias de las que dependía su cocina…

O aquella vez que en París no le funcionaba el chisme de las tarjetas al mismísimo Dior y mi amiga americana montó la de Dios…

Entonces… ¿Qué inventó el tal Steve Jobs que se nos murió estos días que no inventara el Bill Gates que ahí sigue forrándose a nuestra costa?

¿Algo que solucionara los problemas informáticoeléctricomecánicos?

¿O “fijándose mucho en las demás” solo desarrolló una plataforma diferente?

Yo utilizo Windows y ya me cunde. Y uso el móvil poco y solo para hablar. Pero tengo la sensación de que este rey muerto, al igual que el rey puesto, contribuyó con sus inventos, grandemente y sobremanera, a complicarnos la vida un poco más.

Así que no seré yo quien le entronice en la red de los cielos…

Sin embargo puede que a estas alturas ya tenga esos cielos bien informatizados…

¡Vete tú a saber si allá arriba también forman parte de la espiral de engreídos que se gastan más de medio sueldo en sus inventos!

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