LA MAYOR CRISIS DEL NAVAL GALLEGO

PREPARADOS PARA LA RESISTENCIA

        Por el norte, el Ferrol marinero nos da la bienvenida con gritos de resistencia y también Fene, donde las grúas claman al cielo por una crisis incomprensible, que afecta otra vez a los mejores astilleros del mundo, capaces para la guerra y también para la paz.

        Lo mismo ocurre en las ribeiras viguesas de Bouzas y Teis, barrios populosos gracias a una especializada docena de factorías navales, donde por construir, te construyen lo mismo un ferry moderno que una plataforma petrolífera.

        En Ferrol y Vigo los astilleros son las venas por las que fluye la sangre de su economía. Por eso no podemos permanecer impasibles ante el último atropello de esta Europa que nada hace por la Galicia del trabajo, muy honesta, que quede claro, en todos sus sectores de producción.

        Estamos que mordemos todos los ciudadanos de bien por la última hazaña política de un comisario europeo, Joaquín Almunia, -español y socialista por más señas- que, ya le vale, quiere obligar a los astilleros españoles a devolver los “tax lease”, es decir, la bonificación fiscal de la que disfrutaba esta actividad.

        Si eso ocurriera sería injusto y sobrevendría “la muerte por inanición del sector naval español” según el cluster gallego del sector; porque, aunque no pagase directamente la exigencia del “tax lease”, provocaría el mayor embrollo judicial de la historia…

        España tendría que revisar uno por uno los 273 expedientes que en su día autorizó y cuantificar lo que reclamaría a cada armador, con el argumento de “donde dije digo, digo Diego”; estos podrían demandar al Estado, que a su vez podría recurrir el fallo de la Comisión.

        El presidente del Cluster Galego do Naval, Fernando Alcalde, declaraba en Madrid:              

       —- Si entramos en la pirámide juidicial, nuestros clientes no repetirían y los nuevos saldrán espantados. El naval español ha sido “juzgado y sentenciado de antemano”, en el momento en que la Comisión de la Competencia le abrió un expediente al anterior “tax lease”.

        A mí no me extraña que los trabajadores del sector, ferrolanos y vigueses, se hayan formado en la resistencia, porque han aprendido la palabra crisis de sus abuelos, mediado el pasado siglo; y ya no tiemblan cuando suenan otra vez los tambores de guerra…

        Muy presentes en su memoria, recuerdan siempre a los asesinados en  sus protestas, Amador y Daniel; pero resisten como las viejas grúas, clamando al cielo. Porque es su vida.

        Esta semana tomaron las calles nuevamente y sus gritos llegaron hasta el propio presidente del gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo,  quien se puso a la cabeza de la protesta generalizada pidiendo…

        —- Máxima unidad, máximos argumentos y máxima presión para evitar una decisión incoherente y discriminatoria por parte del comisario de la Competencia, Joaquín Almunia, con el sector naval.

         El presidente gallego utilizará todas las armas a su alcance para paralizar la posible devolución del “tax lease” y está dispuesto a llegar “a donde haga falta”.

         Almunia –cuentan sus compañeros del PSOE, también en contra de su actitud- “es cabezón” . Por eso…

         —- No puede matar a uno de los sectores más productivos de Galicia y que dedica el noventa por ciento de sus trabajos a la exportación, mientras Bruselas exige a España que disminuya el paro.

         Una razón de peso, ya que el cierre de los astilleros supondría la pérdida de 80.000 empleos en Galicia.

         En esta opinión coinciden todos los frentes, unidos esta semana contra Bruselas, tras la reunión que mantuvieron los presidentes de Galicia, Asturias y el País Vasco con el ministro de Industria, José Manuel Soria.

         Me gusta el liderazgo del presidente Feijóo en este tema, por su optimismo y la alusión a un caso anterior, el francés:

         —- Hay argumentos sólidos y antecedentes similares en los que no se condenó a un país a cumplir esa ley Almunia. Sus astilleros no fueron obligados a devolver las bonificaciones fiscales.

         Hay veces que yo me calmo mirando al mar al mismo tiempo que camino por esos paseos de madera hechos especialmente para gente como yo, bordeando la playa. Veo pasar los barcos a lo lejos y siempre me acuerdo de un procónsul romano cuya afición era la de hacer de cronista de la época…

           Se llamaba Rufo Festo Avieno y en una carta al emperador Augusto, narraba:       

            —-  Hay aquí un pueblo de gran valor, notable inteligencia y grandes habilidades, que construyen sus naves con pieles cosidas; y a bordo de ese cuero recorren habitualmente el vasto mar…

            Me acuerdo de Rufo Festo porque esta suya, es la primera crónica que se conoce en la que se habla de los astilleros gallegos. Fue escrita hace nada menos que 2017 años…

            ¡Ni tú ni yo ni Almunia habíamos nacido aún!