galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LA MUERTE DE JESÚS TIMOTEO* NO ES UNA FAKE NEW

 



Por Alberto Barciela

IN MEMORIAM

En estos tiempos de fake news, la única información definitivamente contrastada, invariable y, por lo mismo, verdad sin intención se escribe en ceniza, con lágrimas de amistad que hacen prevalecer lo negro sobre lo blanco. Un negro luto, doloroso, del que tan solo nos podremos recuperar por la ilustración que supuso una vida ejemplar de humanidad, de realismo, de naturalidad, de confianza, de enseñanza, en definitiva, de ejemplaridad. Jesús Timoteo Álvarez ya es un hermoso recuerdo.

 A los profesionales y a los medios de comunicación nos atañe hacer valer la deontología profesional, avalar con una firma o con una cabecera una línea editorial, trabajar en favor de la verdad y explicar sus matices. Eso nos enseñó durante muchos años Jesús Timoteo, entre otras cosas Catedrático de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, Presidente del Instituto de Pensamiento Estratégico, Doctor Honoris Causa y Profesor Honorario en la Escola Superior de Comunicaçao Social de la Universidad Politécnica de Lisboa, y miembro del Patronato para Escuelas Superiores de Comunicación de Portugal.

 En sus clases, en sus conferencias, en sus libros, en el ejercicio práctico de la profesión, Jesús hacía realidad su pensamiento diáfano. Con cierta coquetería masculina, elegante en fondo y formas, ejemplarizaba cómo estar, cómo actuar y, desde el conocimiento profundo de la materia, cómo comunicar. Lo hacía con naturalidad de saber que su aldea natal, Garaño, en León, allá por la hermosa Babia, cerca del Valle del Oro, los caminos, los bosque y sus árboles le habían transmitido ya en la niñez la savia necesaria para llegar al teórico gran mundo de las capitales mundiales con un bagaje innato de saberes prodigiosos, proclamados con genialidad, desde perspectivas particulares, visiones genuinas, y siempre con una sonrisa.       

 La  familia, sus compañeros y alumnos de la Universidad, los amigos, los políticos, los empresarios, los socios, podemos dar testimonio de cuanto digo, y lo haremos con la trasparencia de saber que somos muchos los que haríamos desaparecer cualquier atisbo de tergiversación o manipulación. Timoteo fue un ser queriente y querido, un ser transitivo y mundano, un profesional honrado y muy eficiente.

 Jesús permanecerá vivo en nuestro recuerdo. Sus pensamientos y escritos le harán permanecer en las hemerotecas como una referencia de valor culto. Sus aportaciones seguirán vigentes en tesis y debates. Su autoridad académica continuará como un ejemplo para cátedros y profesores. Y eso que él nunca buscó la notoriedad.   

Nuestro amigo era creyente, campechano, familiar y bonachón. Pudo disfrutar de su madre Angelina hasta hace bien poco, y a ella le dedicó todos sus cuidados. Amó a sus hijos Rodrigo y Elisa. De ellos conoció a cuatro hermosos nietos españoles: Marcos, Carlos, Miguel y Olivia. Y compartió años felices con Rita Sionis, su última compañera, una psicóloga italiana cariñosa y culta, y con la hija de esta, Laura, y sus queridísimos nietos italianos, Antonio y Giulio. Cada año llegaban tantas veces como podían hasta Santiago de Compostela, para abrazar al Apóstol y a sus muchos amigos y alumnos gallegos: Lois Celeiro y Meri, Paco Campos y Angelines, y Xosé López.

En sus frecuentes viajes a Galicia o en los míos a Madrid encontrábamos la oportunidad de filosofar, de hablar de arte y visitar exposiciones, de pasear o de almorzar en un buen restaurante. Jesús era un diletante y un gastrónomo exquisito, un anfitrión perfecto. Lográbamos dedicarle vida a unas horas que acabarían por resultar propiciatorias para nuevos debates y encuentros. Nos quedó pendiente la visita a la sublime restauración de la obra del Maestro Mateo en el Pórtico. Pude ofrecérsela a través de las redes, en fotos. Mantuvimos y ejercimos una amistad hermana.

En uno de sus trabajos más celebrados, Neurocomunicación, propuesta para una revisión de los fundamentos teóricos de la comunicación y sus aplicaciones industriales y sociales, el catedrático analiza cómo y por qué toda la comunicación de masas se está quedando hoy inútil, obsoleta e incapaz de cumplir sus objetivos. En sus palabras, los medios, los agentes y los mercados generan desconfianza mutua y buscan alternativas no sólo en la red, sino en tecnologías y fórmulas de relación directa, personalizada y postmediática con los usuarios y consumidores finales. En sus propuestas destaca que son múltiples las causas de esta situación fin de época, pero, como hipótesis, la razón fundamental está relacionada con los fundamentos mismos, teóricos y metodológicos, de todo el sistema de comunicación en la sociedad red.

 En la segunda parte de ese trabajo, Jesús se propuso estudiar la probabilidad de que estos nuevos fundamentos lleguen a la Comunicación Teórica desde la Genética y la Neurobiología. Termina diciendo que en la Neurocomunicación  nos interesan los análisis relativos a la Comunicación en dos aspectos importantes. Uno tiene que ver con los nuevos modos de acceso a la información y al conocimiento. El otro se refiere a las nuevas concepciones del hombre, de la sociedad y de los mercados en cuanto lo son de la información, al ocio, al consumo y similares. No se puede ser más actual.

 A Jesús le gustaban las anécdotas. Una de sus preferidas era aquella que narra cómo a George Bernard Shaw le publicaron la noticia de su muerte cuando todavía estaba vivo y bromeando. Un periodista se plantó ante la puerta del insigne dramaturgo y se encontró con que él mismo le abría la puerta. Cuando le plantó en la cara el periódico con la noticia de su fallecimiento, el octogenario comentó con su típico humor flemático: “Me parece una noticia prematura y exagerada”.

La muerte de nuestro profesor ha sido prematura, exagerada y dolorosa. Pero los que le conocíamos sabemos que no es una fake new, ni una broma del destino.

Nos reencontraremos con él en el Pórtico de la Gloria, ahora definitivamente restaurado, para reírnos con Daniel y discutir por qué la iglesia se perdió un ser que sería un perfecto Cardenal. Arrivederci, querido maestro.

*Jesús Timoteo, Catedrático de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Presidente del Instituto de Pensamiento Estratégico, Doctor Honoris Causa y Profesor Honorario en la Escola Superior de Comunicaçao Social (Universidad Politécnica de Lisboa) y Miembro del Patronato para Escuelas Superiores de Comunicación de Portugal

Falleció en Madrid el 14 de diciembre de 2018

UN PEQUEÑO ÁRBOL DE NAVIDAD PARA TI

Es Navidad.

Mi regalo es un árbol lleno de meditaciones.

Junto al Belén, parte esencial de nuestra cultura, he puesto un abeto que replantaré al finalizar las fiestas. La tradición es importante, pero también lo es la preservación de la naturaleza.

En el árbol hay guirnaldas, bolas y luces de colores. Entre ellas cuelgan fotografías y algunas palabras. Recuerdan momentos emotivos, resaltan algunas alegrías y desean lo mejor para todos. Hay entrañables instantáneas de familiares y amigos.

Bajo la estrella de Belén, en lo más alto, hay una gran foto de una patera, al lado de recuerdos de ancianos que viven solos; de niños que padecen guerras y hambre; de enfermos curables o no; de mujeres maltratadas y de las que defienden la igualdad; de minusválidos, de refugiados, de drogadictos, de discriminados o perseguidos por razón de sexo, ideología o religión; de presos, de condenados a muerte; de pobres; de los compañeros periodistas que han muerto cumpliendo con su trabajo. Las hay de voluntarios y de miembros de ONG, de sanitarios, religiosos misioneros y de militares en misión de paz. Me emocionan las de los familiares y amigos dedicados a cuidar de ancianos y enfermos, suelen ser los grandes olvidados. Me acuerdo especialmente de los que han perdido a sus seres queridos.

He resaltado algunas fotos de mis amigos catalanes, que son muchos y muy queridos, con el afecto y el afán del entendimiento y la convivencia en una España democrática. Los lazos son comunes y los únicos colores son los del respeto. Discrepar no es esencialmente malo, discriminar a los que piensan diferente sí lo es.

Un buen propósito para cada día del nuevo año 2019: recordar que el otro existe.

En el abeto hay tarjetas en blanco, para que cada uno aporte aquello que crea que puede resultar efectivo para el bienestar común.

Un mundo un poco mejor depende de cada uno. A veces es suficiente con un pequeño cambio de actitud, con un refuerzo de las acciones en favor de lo común, con el reconocimiento de una equivocación.

Enciende tu luz interior e ilumina con ella a los demás.

¡Feliz Navidad!