LA PUERTA DEL INFIERNO
Las Ons son, como las Cíes, Illas Atlánticas y Parque Nacional. En ellas habitan –junto a cormoranes y gaviotas- los mejores mariñeiros de este mar, conocedores del secreto refugio del mejor marisco y del pulpo.
Tiene su paisaje un aire entre el azul y el verde, que destaca en los días de los cielos claros.
Ons es un edén reservado para unos pocos, porque es espacio protegido. Se accede a él desde Bueu o desde Portonovo, en una de las embarcaciones de ría.
Son, en realidad, dos islas. La de Ons es isla habitada desde remotos tiempos y tiene historia: la de los protagonistas de los primeros asentamientos en un lugar de inviernos duros. Gentes que construyeron allí sus vidas, pioneros de los que nos quedan recuerdos imborrables y la herencia de unos pocos entusiastas por mantener viva la memoria.
La Onceta, por el contrario, es la isla salvaje, nido de aves y que se basta sola para protegerse, con sus hermosos pero inaccesibles acantilados.
A uno de estos le llaman, “o burato do inferno”, porque hay una cueva que según la leyenda termina en el averno.