galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LA RUTA DEL GRELO

El grelo es una verdura popular, sabrosa, amarga como la vida pero buena compañera del lacón y el cocido, los invernales platos de Galicia, cuando el frío aprieta. Tiene su propia IGP, Indicación Geográfica Protegida, además de un Consello Regulador.

Con este trámite, los grelos de Galicia están registrados como producto de calidad reconocido en toda la Unión Europea y con registro en su diario oficial.

Así pues, el modesto grelo, la verdura más tierna de la nabiza, esa que sale justo antes de florecer, se nos ha puesto el traje de gala para alcanzar la internacionalidad que, por sabor, bien se merecía.

Pero el grelo ya era uno de los frutos de referencia de nuestra tierra que es la mejor despensa que poseemos. Y especialmente en las Tierras de Santiago, en donde esa amargura que posee nos la pasa de forma sublime, para que se note su existencia al lado de las grandes viandas que suele acompañar.

La periferia compostelana está sembrada de grelos, en esta época; en todos los agros destaca el verde de la nabiza.


El paisaje de los seis municipios que circundan la ciudad universal te emocionará con su relato. Verás la alquimia del pasado escrito en los caminos que conducen a los espacios naturales bañados por el Tambre, el Sar y otros ríos menores que bañan esta estancia saludable.

En la ruta del grelo, que va de agro en agro, te apasionará la perspectiva de la pequeña aldea en donde se hallan las raíces y la vida más humanizada.  Me refiero al lugar amado en donde se acaba el cansancio de tantas idas y venidas. 

Estos lugares que te digo huelen hoy a tierra cultivada y los días que pasan saben a eternidad verde y serena. Busca pues el grelo allá donde nace y goza de su sabor cocinado un ciento de platos diferentes.

 

A BAÑA

Lo que moverá tu curiosidad en A Baña será la leyenda de la villa sumergida. En la parroquia de San Xoan de A Riba, sobre todo un lugar indeterminado entre las aldeas de Carballeira y Ferreirós,  ahí, en medio de los campos cultivados existió una laguna que rodeaban cuatro mámoas; bajo ella está sepultada la población de Ferreirós, que era la más importante del concello.

Hoy, el caminante curioso no encuentra ni laguna ni mámoas ni villa, solo el hermoso paisaje rural que rodea a estos pueblos de A Riba. A poco que imites al gavilán que ronda estos cielos, descubrirás como los pequeños ríos se encajan en el territorio para llevar sus aguas al Tambre.

Los grelos que crecen en sus campos sirven para lograr un excelente caldo. Un buen plato ya te anima a emprender aventuras por los senderos menos conocidos.  

AMES

Dicen los mayores del lugar que estas de Ames fueron las mejores tierras de cultivo y por lo tanto el granero de Compostela, aunque ahora no sea famoso su trigo y sí sus grelos. Yo vivo aquí, en la aldea de Carreira, imitando a miles de urbanitas que buscaron la paz de los vivos en el gran Val de A Mahía. Cada uno tiene aquí su paraíso perfecto y sus lugares magníficos.

El mío es la pequeña fraga de los molinos de Vilar. Parece un lugar extraído de un cuento de hadas, en el que imagino a las leucoíñas de agua dulce disfrutando del agua fresca y clara del Riamonte. Cuando lo descubrí me asombró ese silencio roto por una sinfonía natural interpretada por el salto del agua y los animales del bosque.

La capital de este trozo vibrante de las tierras de Compostela es Bertamiráns, en donde hallarás ofertas culinarias inimaginables con el grelo de protagonista. Yo me quedo con un plato típico de la noche de Reyes: el bacalao con grelos. El contraste lo logra esa cierta amargura de esta verdura mezclada con el sabor a mar. Tampoco es despreciable con merluza del pincho.     

TEO

Decía mi inolvidable amigo Diego Bernal que el encanto natural de Compostela está en su verde periferia, mezcla de salvaje naturaleza y agros poco cultivados. Y tenía razón el desaparecido colega, profundo conocedor de la Galicia más próxima a la Catedral de Santiago; porque Teo es un municipio atractivo por sus pueblos, por esas aldeas y campos que nuestros abuelos lloraron desde la Argentina del siglo XIX y principios del XX. Son pueblos de postal, rodeados de flora autóctona y con un encanto sublime. Por eso no se olvidan nunca cuando se dejan para siempre. Hay alguna aldea recuperada para el turismo… ideal para sosegar alma y cuerpo, aunque yo prefiero caminar por las riberas del Ulla, en el Sirimbao.

Se trata de un refugio de pescadores cuyo entorno domesticó el hombre pero el paisaje de siempre aún se saborea como el salmón sabroso que puebla este río.

Pero hablando de grelos te diré que en Cacheiras, la parroquia más poblada del municipio, preparan una tortilla exquisita con huevos de casa y esta verdura, a la que pueden añadir o no patatas. Es de las mejores tortillas que te pueden ofrecer.   

BOQUEIXÓN

Aquí me protege la sombra del Pico Sacro, el mismo que veo desde mi Monte San Marcos. A los pies de este gran símbolo predomina el color verde de los prados y esos pequeños lugares habitados en los que encuentras a esa gente con iniciativa, capaz de asumir el futuro.

Sentado en la cima recordarás que el Códice Calixtino fija en estos lugares los  dominios de la Reina Lupa, a quien Atanasio y Teodosio, los discípulos del Apóstol Santiago que llevaban su cuerpo para ser enterrado en el Campus Stellae, le pidieron unos bueyes y un carro. La “raíña” los mandó subir al Pico Sacro habitado solamente por dos toros bravos y un dragón. Pensaba que estos animales acabarían con ellos. Sin embargo, los discípulos del Apóstol dieron muerte al dragón y los toros se volvieron mansos. Por este milagro, la Reina Lupa se convirtió al cristianismo.

Otra leyenda cuenta  como Titán abrió con su espada la brecha que divide en dos la cima y se escribieron múltiples versiones sobre los tesoros nunca encontrados que supuestamente se hallan aún en dos cuevas de la cumbre.

Esta vez buscaremos un restaurante típico en Lestedo para, después de tanto caminar hasta el Pico Sacro, darnos el gustazo de ser muy tradicionales y comer los grelos con lacón y un buen chorizo casero. Este tipismo lo completaría yo con sus famosas filloas que hasta tienen fiesta propia.

TOURO

Hay en medio del valle una aldea pequeña con sabor a manzana y a cereza silvestre,  rodeada de prados con vacas guapas y campos cultivados por nuevos tractores…

Esto es lo que se admira en la lejanía de Touro, que posee la belleza del inolvidable territorio rural de nuestros ancestros; y sin embargo está aquí, en la proximidad de Compostela.

Por la piel de su paisaje se deslizan ríos pequeños que van a morir al Ulla, creador de la húmeda atmósfera y del grandioso espectáculo del agua y su acuarela de espejos. El río crea la frontera y el bosque mágico de sus ribeiras separa la humilde casa del emigrante aún ausente, del gran pazo recuperado para el turismo.

En los entornos mimados por el hombre hallamos la vida en calma de Touro.

El más sabroso revuelto de grelos que probé en mi vida fue en un restaurante de la capital municipal, una noche en la que me acerqué a saludar a Luís Aguilé, que actuaba en “Luar”, el más longevo programa de TVG. De esto ya llovió y siento  no recordar el nombre del establecimiento. 

OROSO 

En el municipio de Oroso hallamos un paisaje vital, reverdecido por los prados y el fruto de los agros cultivados. Los pueblos se miran en los espejos del Tambre, creador de la naturaleza perfecta en sus riberas, donde crecen aún carballos viejos y alisos.

Es en Sigüeiro donde el río mejor alfombra de estrellas el espacio, para crear el grandioso espectáculo de la luz sobre el agua, y así provocar la esencial placidez de una tarde de ocio.

Pero existen también viejas aldeas que escuchan su propio silencio, en la humilde frontera que las separa del paisaje urbano de Santiago. En ellas aún es posible la luz de los cielos limpios, de las flores de cristal, de las aves que vuelan sobre el río, y de los mil rayos del sol bailando sobre el espacio.

Los grelos saldrán a recibirte porque hay puestos de venta en la carretera; pero te recomiendo que pruebes las croquetas de grelos de un viejo restaurante modesto en las cercanías de la Estación, en donde además, te ofrecerán unas deliciosas truchas del Tambre. 

A Baña, Ames, Teo, Boqueixón, Touro y Oroso son municipios próximos a Compostela en los que el grelo es lo más sabroso de su huerta, en esta época del año. Hay más de cien restaurantes en donde probar el grelo, como plato compañero de algo más… aunque los grandes chefs de nuestra nueva cocina siempre le echan imaginación para que esta modesta verdura ocupe un lugar de honor en cada plato, descubriéndonos su perfecta conjunción con todos los sabores de Galicia.