galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LAS FLORES DEL BAIXO MIÑO

UN BELLO MUNDO BAJO PLÁSTICO

El Baixo Miño es una de las más fértiles e interesantes comarcas gallegas: Tui, Tomiño, O Rosal y A Guarda conforman una de las regiones más prósperas y de mayor futuro, tanto por su riqueza natural como por sus atractivos turísticos.

Tui es ciudad monumental, una de las antiguas capitales del Reino de Galicia, muy rica en patrimonio histórico, entre el que destaca su hermosa catedral, de singular armonía, una entremezcla de románico y gótico.

O Rosal es el valle fértil de la eterna primavera, incluso cuando mil gotas de lluvia caen sobre los pétalos de su símbolo, la rosa. También crecen allí las cepas del vino albariño más famoso.

A Guarda es villa marinera que podemos contemplar desde la atalaya celta del monte sagrado, el Tecla.

Y Tomiño es la capital del Valle Verde, que comparte el  paisaje miñoto con el Portugal amigo, sobre todo en Goián, villa con medieval fortaleza de especial interés histórico. En Goián se celebra anualmente la Feria del Viveirismo.

Los viveros abundan en esta Galicia fronteriza y en su vecino Portugal; es industria de larga trayectoria en estas tierras en las que crece de todo. Por ser fértiles y por gozar de un clima de privilegio que mantiene el ambiente con altas temperaturas medias, durante todo el año.

Y también porque aquí habita gente emprendedora que ha sabido crecer con sus cultivos. Se refieren estos, mayormente, a las plantas ornamentales, a los árboles para repoblación y a la semilla de flor. Hay medio ciento de empresas a uno y a otro lado del Miño con importantes cifras de facturación e incluso de exportación.

Estas empresas suponen empleo y riqueza para una comarca en la que también crece el cooperativismo agrícola, de ahí la proliferación de invernaderos en el paisaje.

Aunque quizá el “viveirismo” del Baixo Miño deba su desarrollo al carácter residencial de toda la comarca, una de las elegidas por los urbanitas que buscan su paraíso en los aledaños de la gran ciudad.

Apenas veinte minutos separan Vigo de Goián, uno de los lugares preferidos para las viviendas residenciales y  en donde abundan hermosos jardines privados.