galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LAS FUNDACIONES

Los pioneros fueron aquellos indianos que volvieron a casa con los bolsillos llenos y cargados de generosidad para con su tierra. Ellos fueron los que crearon las primeras fundaciones en Galicia.

Lo hacían con cualquier motivo, porque lo principal era demostrar el éxito obtenido en las Américas y al mismo tiempo obtener beneficios fiscales. Aquellas fundaciones recibieron el reconocimiento general, puesto que suponían, en todos los casos, un beneficio para todos.

A las fundaciones de los indianos se deben muchas de las escuelas de finales del siglo XIX y  principios del XX, algunas aún en pié, como los edificios de las dos que creó, al volver de Cuba, el gran benefactor de la villa de Cee, Fernando Blanco de Lema.

El gran edificio que Blanco levantó en 1881 es ahora un instituto de enseñanza secundaria y un pequeño museo de material didáctico de aquella época. Conserva una interesante colección. Se trata de algunos cuadros,  instrumentos musicales y aparatos científicos. Las escuelas creadas por la Fundación Fernando Blanco permitieron el desarrollo cultural de la villa.

Hay en Galicia muchas fundaciones creadas por indianos que están aún registradas, aunque la mayor parte de ellas no están activas. Algunas son muy curiosas, como la que se creó en Arnoia para instalar la torre y el reloj de aguas. Se llamaba así porque marcaba las horas de regadío que pertenecían a cada finca. Su construcción fue costeada por gentes del municipio que emigró a Buenos Aires para evitar arcaicas disputas y pleitos motivados por el uso del agua.

Otro caso curioso es el del Patronato creado por emigrantes de Aranga para dignificar a Fonte de Fervenza, en honor de la Santa Cruz, protectora contra las enfermedades del ganado.

En el registro autonómico de fundaciones están anotadas actualmente 660 fundaciones o patronatos, pero en una de cada seis no consta actualmente ningún tipo de actividad, por lo que no pueden aprovechar ninguna ventaja fiscal. El Registro de Fundaciones es único a nivel autonómico y depende de la Consellería de Presidencia de la Xunta de Galicia.

Las fundaciones mantienen actualmente su filosofía, la esencia, el principio de ayudar sin esperar nada a cambio, pero han cambiado mucho. Los campos en los que trabajan son ahora más diversos y el desarrollo económico ha tenido mucho que ver con la creación de las más recientes.

Hoy en día las fundaciones se han modernizado. A los indianos, se les unió, en primer lugar la iglesia, luego personas acaudaladas y familias ricas; y en la actualidad, las fundaciones son cosa de empresas, universidades, bancos e incluso de las administraciones públicas.

Por eso sus objetivos suponen un cambio cualitativo. De la dedicación a la educación y a la cultura, las fundaciones gallegas se han transformado en patronatos dedicados a la cooperación al desarrollo, a la preservación del medio ambiente y a impulsar el progreso local y autonómico.    

La fundación más antigua de Galicia es el Ropero Escolar de la Escuela de Lejo en la diminuta aldea de Neira de Xusa, en el ayuntamiento de Baralla (Lugo), que ponía prendas de abrigo a disposición de la gente con menos recursos. Fue creada en 1760. La mayoría de instituciones que la siguen en la cronología están vinculadas a hospitales, asilos o colonias de estudiantes, vinculadas muchas veces a personajes muy populares de esa etapa del país, como Juana de Vega.

Casi 150 de las fundaciones abiertas en Galicia se constituyeron a partir del 2003. Al sector público de la comunidad, impulsadas por el propio Gobierno gallego, pertenecen 66.  Su funcionamiento está regulado por la ley que la Xunta aprobó en diciembre de 2006 para todas las fundaciones declaradas de interés gallego.

El principal beneficio fiscal que tienen las fundaciones es un tipo impositivo especial, del 10%, para el Impuesto de Sociedades, con la excepción de las donaciones y subvenciones, los rendimientos de patrimonio o las rentas derivadas de adquisiciones o de transmisiones de bienes o derechos de la institución. Del IVA están exentas sólo en determinadas prestaciones de servicios educativos, culturales, sociales, deportivas o de asistencia sanitaria.

El proceso de disolución es tan complicado como el de creación, tiene que hacerse ante notario, por eso hay muchas que siguen inscritas aunque no funcionen.