galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LAS SANAS COSTUMBRES DEL ABUELO

Los tiempos que corren nos invitan a aliviar tensiones y a reducir el stress emocional de la ajetreada vida urbana, buscando refugio en el medio natural.

Unos, los que pueden, encuentran en el pueblo el lugar donde vivir. Otros, los más comunes mortales, se conforman con la sanación preventiva en las nuevas casas de reposo.

Unos y otros han contribuido a recuperar aquellos paraísos perdidos cuando el abuelo inició el éxodo gallego a América. Porque…

Aunque hay cientos de pueblos abandonados en la jungla rural gallega, son cientos, también, los paraísos recuperados para eso que la modernidad dio en llamar turismo rural.

Se trata no solo de buscar el alojamiento adecuado para un fin de semana, sino también de imitar las sanas costumbres que tenían nuestros abuelos, cuando vivían en la pequeña aldea.

Esto es… caminar, perder la mirada en el paisaje, vaciar la mente, conversar, comer sano y hacer caso al maestro que estuvo en China y nos habla ahora del desarrollo interior mediante el yoga o el Taichí.

Así no solo recuperamos la vieja aldea o la casa de nuestros ancestros. También recobramos la salud y reconquistamos los pequeños placeres que nos enseñó la gente que hizo posible la grandeza de esta Tierra.

Por ejemplo.

Seguir el río que canta hasta llegar al bosque encantado.

Admirar como la fraga viste con maravillosas degradaciones su verdoso tapiz.

Dejar que la luz de la naturaleza nos sorprenda con colores irrepetibles, a pesar del clima.

Inhalar el aire de esta atmósfera cambiante que no hiere la vista, porque no se lo permite la bruma mansa que todo lo humedece.

Y al final, subir a la roca primigenia para casi tocar el cielo con las manos. Desde aquí hay seguir la huella del corzo majestuoso y el vuelo del águila sobre la ladera.