galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LAS TIERRAS DE MAELOC

Este silencio me conmueve, pero las nubes negras me hacen pensar en los paisajes de agua que me estoy perdiendo, mientras, de cuando en vez, los truenos de la tormenta me estallan en la cabeza para que piense.

Las cuatro paredes de la estancia donde me tiene preso esta pandemia repiten las mismas historias de mis viejos libros y hasta la música folk que suena me invita a imaginar algunas de las sendas que encaminaron mis pasos cuando aún era tiempo de otoño.

Así que, si me lo permites, volveré a verter sudores de salud en la ruta medieval que conduce a las Tierras de Maeloc. Además de obispo fue caudillo y sus dominios se extendían entre los ríos Eo y Miño.

Ven conmigo y seguirás la senda mágica que se pierde entre paisajes de río grande y ancestrales muestras etnográficas. Tomaremos la antigua vía del tren cantábrico, para atravesar la reserva de la Biosfera y encaramarnos al castro magnífico que preside los lagos legendarios y el bosque sagrado de los bretones. 

Una Ruta Mágica

LA BRETOÑA

Unos llegaron  navegando aguas cantábricas en veleros de aventura,  construidos de cuero.  Y otros caminando por las reales sendas  de la Asturias del siglo IV, que cinco siglos más tarde serían también rutas peregrinas, en las que quedaron marcadas las huellas del santo Francisco,  el de Asís.

Los primeros fueron celtas romanos de la Isla de Britannia.  Los otros celtas bretones, cristianos de Bretaña. A ambos pueblos celtas, se debe  la creación de la  Britonnia de Galicia. Es decir, de la Bretoña.

Cruzaron con osadía el Eo y los montes de Trabada,  buscando la vida en el horizonte que comprende la Sierra da Cadeira y el Macizo de A Toxiza. Construyeron Iglesia y su Monasterio Máxime  en Santa María que aún hoy se apellida de Bretoña.

Y tuvieron como principal obispo de su historia a Maeloc, al que la leyenda convirtió también en caudillo, capaz de enfrentarse al enemigo vikingo y poseedor de los secretos del Bosque Sagrado.

TARAMUNDI

Taramundi es la Asturias tradicional verde y piedra. Una postal de media montaña para quienes sentimos pasión por la naturaleza.  Paisaje y tradición recuperada de forma integral. Un entorno único en el que cobran valor los viejos oficios artesanales.

Turismo Rural. El emblema de la «patria querida», la que  se pierde en el silencio de los verdes prados, que únicamente rompe el río pequeño. Valle bonito. Etnografía colgada del techo del cielo, por encima del agua, en el lugar que llaman Esquíos. O en la pequeña aldea de Teixois, en donde los molinos nos recuerdan el ingenio de sus habitantes.

Buena gastronomía y casas que son de amigos, para confraternizar. Lugares de ensueño para ir a pié o a caballo. En bici o en coche.

Sol y sombra. A veces niebla y a veces lluvia. Y agua cristalina, de ríos, afluentes del Eo. Para admirar o para pescar, que también llevan truchas.

Taramundi es el pequeño paraíso asturiano y la puerta que abre el paso a la Galicia de Maeloc.

RIO EO

Nace de las entrañas de la pequeña sierra de Baleira y muere en el Cantábrico, entre la gallega Punta da Cruz y la asturiana del Niño do Corvo. Extiende su poder entre el grandioso escenario de la montaña inicial y la atmósfera húmeda que crea cuando se vuelve ría.

Desde Fonteo al mar crea en el trayecto los valles más hermosos de Piquín, Riotorto, A Pontenova y Trabada,  organizando el paisaje más intenso y mágico de estas tierras.El Eo recibe agua pura y saludable de los pequeños ríos para ser morada de la trucha y del salmón que persiguen los expertos pescadores. Va descubriendo poco a poco rincones ignorados. En cada tramo va dejando un rastro de espacios con encanto y frondosas riberas de árboles propios.

Y es al Eo a quien se debe la expresividad cromática de estos lugares, cuando es primavera en las Tierras de Maeloc.

A PONTENOVA

En las riberas del Eo creció la villa que posee el más envidiable patrimonio etnográfico. Distinguirás A Pontenova por las chimeneas de la antigua fundición de Vilaoudriz que aún sobresalen por encima de su paisaje urbano, mientras la Ferreiría de Bogo muestra su curioso sistema de aprovechamiento de las aguas para que su mazo funcione. Y en la bella proximidad, molinos, hórreos, cruceiros y mas ferreirías y fraguas.

Es territorio de iglesias románicas con retablos barrocos, como la de Foxas; pazos bien conservados como el de Vilaxe o rutas verdes que conducen por la antigua vía férrea minera hasta Ribadeo.

Por aquí pasaba la real senda de la Bretoña que es el actual Camino Norte de Santiago. No hay peregrino que perdone aquí una buena trucha…  

RIOTORTO

Así se llama un pequeño río y de él ha tomado el nombre este territorio que agrupa a más de cien lugares. En uno de ellos, en Ferreiravella, está “la casa de los ferreiros”, que también aquí han sabido conservar la artesanía del hierro, con todo su encanto.

Riotorto es tierra plácida y sosegada. Su mejor perspectiva es la natural, las aldeas, los valles y las laderas de las sierras de Meira y Lourenzá, que le ponen límite.

El paisaje y la belleza de sus ríos invitan a caminar hasta el monte Carracedo, un mirador clave en la Galicia de Maeloc, desde el que se alcanza la lejanía del Cantábrico, los picos de Ancares y el valle del Masma.

FONTMIÑÁ

Aquí crece el Miño lento, vago, como si se conformara con permanecer remansado en esta pequeña laguna porque desconoce aún su rumbo. Parece increíble que estas aguas resulten ser la linfa materna del padre de los ríos gallegos a los que acoge en su seno fluvial, desde el norte hasta el sur, cuando nos separa del Portugal vecino.

La  laguna que refleja un bello paraje de prolijo tapiz vegetal. En sus orillas respiras la atmósfera húmeda de la gándara típica gallega, de hidrografía indecisa,  pero de perfecta y admirable belleza,  sobre todo si el verano está próximo. Porque entonces, el verde boscoso viste sus llamativas degradaciones cromáticas y la superficie del agua brilla como la plata.

A PASTORIZA 

Los montes y bosques de A Pastoriza están sembrados de historia y en ellos escribieron Maeloc y sus britonios las páginas más brillantes. Cuando te encaramas a ellos imaginas miles de celtas cristianos llegando desde la Britannia y desde la Bretaña, que este fue el mayor asentamiento de Galicia, en el siglo IV.

Es un territorio con mucha magia y lleno de leyendas, en el que los ríos menores y el propio Miño dibujan fluviales paisajes míticos con molinos en Anllo o también de pesca y playa, en hermosos lugares de la mayor Reserva de la Biosfera de Europa.

Tierra celta magnífica y muy relevante en la Galicia de Maeloc, que organizó toda su vida cultural y social en torno al Monasterio Maximum, ubicado en la ciudad de Bretoña, que conserva nombre y templo en la actualidad.

Aunque solo quedan en pié la portada de entrada y las piedras de acceso al campanario, con la figura del Ángel Protector…

LA FANTASÍA

También he subido al mirador de la sierra: todo cuanto alcanza la vista va de castro en castro y en el círculo de los castros está escrita la leyenda. La fantasía popular escribió que vaga por aquí el alma de Teodosio, emperador de Roma, nacido en el pequeño lugar de Coea que es para algunos la antigua Cauca.

También hay quien ve volar al Ángel Protector del Monasterium Maxime de la Britonia por encima del castro de los castros, el de Viladonga.

Ahí la Cova da Vela esconde el misterio de una gallina que puso huevos de los que nacieron polluelos de oro. Incluso algunos creen escuchar cacareos y píopíos al fondo de la cueva.

Pero si nada de esto ocurriera y solo de leyenda se tratara, siempre habrá merecido la pena vivir la fantasía de la Tierra… desde el mirador de la Sierra.

MEIRA

Desde la Sierra se alcanza todo el territorio. Es hermoso y verde. Un bosque autóctono y mil espacios de agua. Senderos entre árboles que dan sombra. Flores al pie del camino y sobre todo luz de primavera. Desde la sierra se alcanza la extensa Tierra de Maeloc, a la que también pertenece Meira.

Porque fue celta y cristiana. Los monjes de San Benito y de San Bernardo protagonizaron su primitiva vida cultural y su monasterio fue Colegio Mayor de Filosofía.

Iglesia y Monasterio, aún hoy conforman una plaza hermosa. Es el centro de la villa.

En Meira también es un deber reencontrarse con el Eo, creador de un entorno natural de importancia comunitaria.

…Y LOS LAGOS.

Posiblemente el trayecto final mereciera un poeta.  Porque es el espacio de agua capaz de crear el verde-hierba de los prados de paisaje reposado, incitante y solitario, al lado mismo del generoso lago en donde se remansa el río, reflejo de la flora de ribeira que habla de una naturaleza  en estado puro.

En el País de Maeloc abundan los paisajes de agua. Humedales y lagunas que prolongan su belleza más allá del curso de los ríos. 

Esta vez  reciben la especial caricia de la luz primaveral,  para mejor reflejar la extraordinaria belleza que expresa la geometría de los árboles de sus riberas. Y así nos procuran los signos que hacen posible la vida feliz.