LOS BALTARES

A ver si me explico. Esta gente está acostumbrada a que la adoren como a dioses terrenales capaces de repartir el bien y el mal, según el grado de afecto que le demuestres. Nacieron poderosos y cuando se miran al espejo se ven sentados en un trono, con corona y cetro, rodeados de vasallos que les llaman “mi señor” y aceptan todos sus mandatos aunque no los consideren acertados. Son el prototipo de lo que en la modernidad se considera, en política, un cacique.

Pese a que ya traspasé el umbral del invierno,  te digo que no me acuerdo de otro presidente de la Diputación de Ourense que no sea un Baltar. Baltar pai o Baltar fillo. Por más que hago memoria, solo me salen un José Luís y un José Manuel. Los Baltares. Dos caciques cuyas posesiones se extienden a lo largo y ancho de una de las más bellas provincias de la Galicia única.

Baltar Pai fue el rey del enchufismo aunque, eso sí, favorecido por el carácter ourensano, bonachón, conformista y si me apuras hasta sumiso…

—– O Sr. Baltar é moi bó. Ó meu fillo meteuno na Deputación…

Son palabras de un paisano de Nogueira de Ramuín con el que departí una tarde, tras un rodaje, en el Monasterio de Santo Estebo de Ribas de Sil. Ese día, don José Luís había comido con todo el equipo del DGPM y yo le preguntara por su trombón…

—– Eu por mín tocaría nunha banda pero non teño tempo…

En el PP, en Santiago, recuerdo a Jesús Pérez Varela jurando en arameo por el ridículo de aquella “caravana electoral” en la que don José Luís tocaba el trombón y su corte gritaba…

—– Si no eres del pepé jodete, jodete…

De esos métodos quiso desmarcarse José Manuel Baltar, el heredero; a este le gustan más los Beatles que el trombón y cuando le piden un favor de esos por los que condenaron al padre contesta dando largas…

—–  Xa veremos.

Luego, tanto a propios como extraños, José Manuel les aplica el reglamento con lo que, supuestamente desapareció el enchufismo de antaño… en la misma Diputación que ahora rige una persona con los mismos genes y perteneciente al mismo partido, del que también es el presidente. 

Pero esta semana parece que cambió el concepto y la provincia donde el PP tiene un mayor número de fieles seguidores comienza a expresar su indignación por un presunto abuso de poder, denunciado por una mujer ante la Fiscalía. Según esa acusación…

José Manuel Baltar Blanco le ofreció trabajo fijo en la Diputación a cambio de favores sexuales. Ella dijo que había accedido y que ambos llegaron hasta la cama de un hotel ourensano, donde practicaron sexo.

La mujer no solo se limitó a la denuncia sino que exhibió públicamente mensajes de móvil y grabaciones de conversaciones que dejan a Baltar Fillo a la altura del betún, porque relatan hechos sucedidos durante los últimos cinco años.

El presidente de la Diputación de Ourense y del Partido Popular en la provincia lo negó todo en los medios de comunicación y llegó a afirmar…

—- Este es un tema privado por el que no voy a dimitir.

No deja de ser curioso que el hombre que quiso romper con el pasado de su padre despidiendo a 32 trabajadores caiga en un error que enloda su futuro político.

A José Manuel Baltar no le va a resultar sencillo seguir al frente del organismo provincial, ni siquiera del partido. El martes, cuando el Pleno de la Diputación trataba sobre su reprobación, abandonó el salón de sesiones con todos los de su grupo.

El Pleno, de carácter extraordinario, terminó celebrándose porque la oposición tenía quórum suficiente. Pero, eso sí, Baltar Fillo se salió con la suya: no dio ni una sola explicación sobre la denuncia que le acusa de ofrecer trabajo a cambio de sexo.  

A todo esto, Feijóo, Presidente y Líder, dice que esperará a que se pronuncie la Justicia.