galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LOS PERSONAJES DE NUESTRA HISTORIA

El primero de nuestros grandes mitos es honrado hasta en el himno de Galicia: Breogán, hijo de Brath, gran conquistador que fundó la ciudad de Brigantia –la actual Coruña-, en donde construyó el faro más antiguo del mundo, el que hoy conocemos como Torre de Hércules y que es Patrimonio de la Humanidad.

Breogán es el gran Caudillo galaico del que presumimos.

Pero antes, habría arribado Noé con su arca a Noia, villa que funda en honor de su hija Noela. Por eso a la ría se le dice por los poetas épicos de la zona “el mar de Noé”.

Como Teucro, arquero de Troya e hijo de Telemón, fundaría Pontevedra para complacer a su amor, una leucoiña de Cíes, leyenda que figura en los anales de la capital de las Rías Baixas.

De la era romana los gallegos mitificamos a un emperador, a Cesar Augusto creador de la Gallaecia y fundador de la ciudad de Lugo.

Pero los grandes personajes de la mitología gallega, especialmente vinculados a nuestros más significativos territorios, son los héroes, nobles y religiosos medievales.

Maeloc, obispo y caudillo de las tribus bretonas que huyendo de los anglos y los sajones fundaron la Britonia gallega, que existe aún  en la memoria de las buenas gentes que habitan entre el Mondoñedo de Cunqueiro y la fuente que da origen al Miño, la Fontmiñá

Pedro Madruga, señor de Soutomaior, conde aventurero cuyas hazañas le hicieron perdurar en el tiempo y que en recientes estudios realizados por el historiador Alfonso Phillipot se habla de que pudiera ser el mismísimo Cristobal Colón.

A Cedeira llegó huyendo de los amores de la princesa Ginebra Lanzarote De Lago, caballero inglés de la Tabla Redonda,  que fundó allí  linaje. Los De Lagofueron hidalgos muy principales del Reino de Galicia”.

Fernán Pérez de Andrade, O Bó, cuyas obras públicas permanecen en pié en los territorios que baña el río Eume.

Gelmirez, obispo al que debe Compostela las más brillantes páginas de su historia y de sus tradiciones; cuyo trabajo ha sido vital para el desarrollo de la tradición xacobea.

Este fue lego pero antes guerrero. Osorio Gutierrez de apellidos y titulado Conde por sus conquistas terminó su vida para convertirse en Santo por aclamación popular.  El Conde Santo que dice la tradición en Lourenzá.

Don Gonzalo, el santo obispo que ejercía la mitra de Mondoñedo, capaz de hundir con sus oraciones a la flota normanda en la Ría de Foz.

Otro Obispo, Sisnando, fue el creador del mito de A Lanzada, donde aún hoy Nosa Señora salva náufragos y cura el meigallo de infecundidad.

Sancho Sánchez de Ulloa, primer Conde de Monterrei, fue aventurero en Méjico y posterior generador de gran parte de la riqueza del gran valle…

Por Valdeorras anduvo el legendario Caballero Roldán, de vieja estirpe francesa, guerrero enamorado que pretendió el desencanto de su princesa. Pero la leyenda continúa viva y la princesa sigue convertida en piedra, esperando tal vez la llegada de un nuevo caballero que venza el maleficio…

Doña Urraca, que se movió por Galicia de fortaleza en fortaleza en busca de amores nunca bien entendidos.

Entre el Cantábrico y los bosques de la antigua Britonia se hallan las villas y aldeas posadas en el regazo verde del valle que baña un río que es de oro  y que dio de beber al Mariscal Pardo de Cela, antes de que surgiera  la primera gran negra sombra, en la medieval noche da Frouxeira, cuando –según escribió el poeta Cabanillas- “a Patria escravizaron os reises de Castela”.  El Mariscal es, sin duda, uno de nuestros grandes héroes medievales.

Ya en la era moderna, Cachamuiña, sería  el héroe de la Reconquista de Vigo al que aún hoy en día se rinde homenaje. Al igual que a  Sir Johnn Moore, en  A Coruña.

Dicen que en el Val Miñor la gente nació con vocación de emigrante aventurero porque desciende del conde don Diego Sarmiento de Acuña, primer embajador de España en Inglaterra.

Las Islas Sisargas son la Grande, la Chica y la Malante. Esconden leyendas que señalan al pirata Drake y a los normandos invasores.

A medida que recorremos la Tierra Única y releemos su historia, descubrimos la riqueza del paisanaje a lo largo de los siglos. Seguramente me he dejado en el tintero, esta vez, a alguno de los más importantes. ¡Te hablaré de él otro día!