galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LOS REFUGIADOS SIRIOS DE LUGO

¡Que poco generosos somos! En esta Galicia que tan orgullosa se siente de aquellos pioneros que cruzaron un océano en busca de la vida… parece que nos hemos olvidado de nuestra condición de emigrantes. Es que, ¿sabes?, aún no somos capaces de mirarnos en el espejo de los refugiados sirios y ocupar por un momento su lugar. Retroceder con sus pensamientos en el tiempo para retornar en su memoria a aquel hogar feliz que destruyeron las bombas de la maldad. Ver en sus ojos el trayecto de guerras que tuvieron que recorrer para llegar a esta paz, tras cruzar el mar que ahora llaman de la muerte.

Tengo para ti una misión, hermano, que es probable que ignores las circunstancias de dos familias sirias que llegaron a Sarria, la noble vila nova que fundó el rey Alfonso IX hace casi 800 años; esa misma villa hospitalaria de siempre que a lo largo de ocho siglos acoge a peregrinos llegados de medio mundo por el Camino de las Estrellas.

Verás, a esta villa lucense de Sarria hace dieciocho meses que llegaron dos familias sirias. Huyendo del mal se refugiaron aquí, a mediados del 2016, con un programa de Cruz Roja. Una de ellas se fue para la capital, para Lugo y la otra se quedó en Sarria. Ahora les dicen que se acabaron las ayudas y que tendrán que pagar esos pisos donde viven. Que ya se agotaron todas sus posibilidades. Y yo no me lo puedo creer, que son víctimas de los malos tiempos que corren en Oriente Próximo, el de mis cuentos infantiles,  no malhechores huidos por sus fechorías.

Me dicen que los niños están escolarizados en Sarria y en Lugo, que se han adaptado perfectamente a nuestro entorno y ya hablan indistintamente español y gallego. Pero a los mayores les cuesta aprender una de nuestras dos lenguas y eso dificultó sus posibilidades de conseguir un empleo.

—–  Los que viven en Sarria han trabajado de forma intermitente: ella como voluntaria en el comedor escolar, donde consiguió el dinero para adquirir una máquina de coser para que su marido, sastre, pudiera hacer pequeños trabajos, que finalmente nadie le ha encargado.

Eso cuenta Jorge Casanova, mi colega.

La situación de la familia que vive en Lugo es peor aún por las graves lesiones que la guerra infirió al padre, con una mano medio inutilizada.

Vivían ambas en Homs, una ciudad que quedó completamente derruida por los bombardeos. Pasaron varios años en Libia y hasta aquí les trajo Cruz Roja con un programa de adaptación que resultó corto por las circunstancias y que caducó a primeros de año.

Otros refugiados sirios aquí llegados inicialmente prefirieron Alemania, en donde dicen que el trato a esta gente ha sido impecable,  por eso tramitaron su traslado, pero según Fadile Chami

—- La situación de estas dos familias es desesperada y precisan de las administraciones una salida viable a su futuro.

Yo ya te dije que no confío para nada en las administraciones, pero sí en la gente, en la buena gente de Lugo. Por eso me dirijo a ti, compañero. Lo mejor que podrías hacer en tu vida es ayudar a estas dos familias dándole trabajo y ayudándoles en su integración. Piensa en tu colega, aquel que se fue a Alemania en los sesenta porque aquí no ganaban para comer. Seguro que tú los comprendes.

—- ¿Y cómo doy con ellos?

A través de Fadile Chami, que pertenece a la Asociación de Solidaridad Gallego-siria Sawt. En el ayuntamiento de Sarria saben de ella. Y también en el de Lugo.