galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LOS RESTOS DEL “CLAUDILLO”

Mi inolvidable Lindrín, que fue guardapesca de Chelo y taxista de Coirós, me contó en la hermosa orilla del Mandeo que una vez le había llamado don Claudio a Franco…

—- ¿E iso?

—- E que tododiós lle chamaba Claudillo i eu non tiña confianza con il.

¡Quien me diera conocer la opinión de Lindrín sobre lo que hay que hacer con los restos de Franco! Seguramente estaría mucho más acertado que esa cantidad ingente de expertos que van a conseguir que se los lleven a la Almudena para que la catedral de Madrid se convierta en punto de peregrinación del fascismo mundial.

—- Hombre, no tanto…

—- ¡Es el único dictador, innegable autor de crímenes de lesa humanidad, al que aún se le rinden honores!

Verás. Esta semana se ha reunido la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin. La exhumación “que obviamente no pasa por la Almudena”, según Calvo, -ni por Ferrol según el Concello-, fue uno de los temas tratados. Pero…

Ocurre que a los políticos se les escapa que el panteón de la catedral madrileña,donde está enterrada Carmen Polo– es propiedad de la familia del dictador, que en su día lo compró a la Iglesia y puede utilizarlo para su deudo, sin que nadie lo pueda impedir…

—- ¿Nadie?

—- ¡Salvo el Gobierno! Por razones de seguridad, el Consejo de Ministros  puede prohibir la inhumación en ese lugar.

Así que todo está en manos de Pedro Sánchez. Incluso los privilegios de los que goza el Vaticano como estado en esta España de la controversia.

Porque la vicepresidenta también habló con el mandatario eclesiástico de los impuestos que tiene que pagar la Iglesia por su patrimonio, cuya exención fue gracia concedida en vida por el hombre cuyos restos son objeto de tanta discusión.

—- Y ahí sí que el Gobierno tiene la sartén por el mango, por mucho que el cardenal Osoro se empeñe en decir lo contrario.

Así que, lo que tiene que hacer el Gobierno español con esos huesos es lo que hicieron los alemanes con Hitler y los italianos con Mussolini: quemarlos, subir las cenizas a la estratosfera y soltarlas para que el mal no se expanda por el planeta. Quiera o no quiera la familia, cuyo patrimonio debiera haber sido confiscado ya hace cuarenta años y algunos de sus miembros juzgados por delitos varios. 

Por cierto. Si creías que a Franco le ponían los salmones en el anzuelo de su caña hombres rana de la Marina estás equivocado. Me dijo Lindrín que, tres meses antes de que fuese a pescar, el Mandeo se vedaba de todo tipo de pesca…

—- E cando viña o claudillo estaba cheo de peixes. Picábanlle ata un neno.