galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LOS RUMANOS DE LA TERRA CHÁ

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Dicen que en Rumanía aún nacen los niños con alma errante porque descienden de aquellos gitanos de noble transitar por la vieja Europa. Es posible, pero me cuesta creer que aquella raza por la que suspiraba la Literatura romántica, haya sobrevivido al exterminio nazi,  al racismo europeo y al rechazo social generalizado que sufrió ese pueblo, en cuyo espejo se pueden mirar muchos otros, especialmente el nuestro.

A pesar de que su país es una de las grandes sorpresas de los viajeros que buscan cultura en el centro del continente, el pueblo rumano sufre la fama de los países donde se refugiaron los señores de la guerra, de los que se nutren actualmente las mafias que operan por toda Europa y de las que tampoco nos hemos librado los gallegos.

Pero confundir a una treintena de desgraciados con quienes llegaron en busca de la vida a este país es como ver en los gallegos que emigraron a América a los españoles colonizadores, protagonistas de las matanzas de indígenas.

Hoy quiero dar la bienvenida a mi tierra a todos los inmigrantes, vengan de donde vengan, porque con ellos creceremos. Especialmente a los rumanos, gente que trabaja de sol a sol por un salario muy inferior a los que marcan nuestras leyes laborales.

El ejemplo está en Pacios una hermosa parroquia de Begonte, cuyos montes comunales se han convertido en un mar de plástico, en el que la empresa Surexport cultiva fresas, frambuesas y arándanos. Cuando la gente de la zona comenzó a trabajar en los invernaderos no tardaron nada en despreciar el trabajo, “por fatigoso y poco rentable”, según te cuentan los propios begantinos.

Así que la empresa los fue sustituyendo por trabajadores de Rumanía, la mayor parte mujeres, que forman hoy una colonia de setenta personas. No sé hasta qué punto influye en la economía de Pacios, pero estoy seguro de que contribuyen modestamente a que este pueblo  de la Terra Chá cobre vida y mire hacia el futuro.

Hoy te pido que no despreciemos a nadie por su procedencia, antes al contrario, tendámosle nuestra mano, que es gente de bien y traen paz. Nada tienen que ver con los soldados reconvertidos en delincuentes.

Por último… ¿Las autoridades laborales se han preocupado por saber si las condiciones de estos trabajadores son las mismas a las que, por ley, están obligadas todas las empresas? La Consellería de Traballo debiera de inspeccionarlas porque mucho me temo que no cumplen con las normas.   

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