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LULAVAI, MÚSICA PARA VIVIR UN SUEÑO

Un viejo amigo de la radio me descubrió a LULAVAI. Me hizo retroceder en el tiempo para recordar cómo se fue de Milladoiro Rodrigo Romaní, padre de la criatura junto a Antón Seoane, en aquellos felices setenta, en los que el folk emergió en Vigo desde la ría hasta Carral, trepando sus empinadas calles a ritmo de gaita, arpa y acordeón.  

Nunca lo entendí hasta que un día del siglo XXI me contó Rodrigo “que se estaba haciendo mayor y estaba perdiendo otras historias”, que por eso había dejado atrás veinticinco inolvidables años de música folk.

No sabe bien la gente, incluso a estas alturas, la importancia que tuvo el hecho de que Rodrigo Romaní se pasase a la enseñanza para que el arpa céltica cobrase el valor cultural que hoy tiene. Rodrigo formó a varias generaciones de jóvenes y fruto de sus clases nació Sondeseu, el vivero de formaciones basadas en el arpa y las voces como Lulavai.  

Su primer trabajo discográfico fue “CorDasVerbas”, en el que interpretaban temas tradicionales mezclados con alguna composición del grupo. Apenas había transcurrido un año desde su formación, en el 2005, cuando se publicó este álbum, muy bien recibido por la inmensa minoría de melómanos del folk que se escucha en este país.     

En enero de 2016 el cuarteto femenino Lulavai decidió sorprendernos con “Lémbrame un soño”, su segundo trabajo discográfico. Nos lo presentaron en el Auditorio de Vigo en uno de esos conciertos en los que estás como en tu casa, muy a gusto, en la intimidad de una música que solo se comprende así, de tú a tú.

Estoy escuchando aquel disco mientras escribo esto y las composiciones me suenan a viejo folk céltico, de ese que aquí no arranca pero que resulta una delicia en los pubs tradicionales de Dublín. Aquí, en el país, quizá tengamos que darle tiempo al tiempo, para la normalización de la música popular.

Por eso creo que Lulavai tienen mérito, mucho mérito. Es la música, como te contaba, de la inmensa minoría, de la que quizá no dé para comer aquí… pero es la que enriquece el arte y por lo tanto al artista. Es cultura, mis amigos.

¿Y quiénes son ellas? Pues, cuatro arpistas nacidas a la sombra de “Sondeseu” en el Vigo culto, con unas increíbles voces para este tipo de música que terminará siendo popular, muy popular, te lo advierto.

Se llaman Paula Oanes, Lorena Reinaldo, Josefa Fernández y Elena Paz. Cuatro intérpretes y cuatro autoras capaces de entusiasmar con melodías intimistas que ya sonaron en el Festival de Lorient. A estas alturas, el grupo tiene en su haber conciertos en todo el norte de España y en media Europa.

Su música es diferente, tiene duende y si cierras los ojos verás cómo no escuchas, solo bailas con ninfas sobre la superficie del lago de los nenúfares.

Porque lo que sí consiguen estas cuatro arpistas es que vivas tu propio sueño…