galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

MAGIA Y LEYENDA DEL PICO SACRO

Pocos montes existen en Galicia con tal número de historias y leyendas como el Pico Sacro. Me acordé de él en esos días de tormenta. Ya sabes, unos rezan a Santa Bárbara cuando truena y los otros miramos al cielo para contemplar la belleza de los rayos. Estos días pasados, si te fijabas, los rayos y truenos se veían y escuchaban entre el Monte Castelo y el Monte Sagrado. Pasaban por encima de Compostela sin interesarse por la ciudad que despierta cada año la atención de más de cinco millones de personas.  

Me acordé entonces de lo que me contó un pastor allá por los setenta, cuando por primera vez subí a la cumbre de Pelayo, que es como le llamaba aquel hombre a este mágico lugar.

—–   Hai moito nubarrón negro, dises tormentosos… ¿Non cre?

—– Aquí estamos protexidos das tormentas pola enerxía do Pico que as manda hacia a Serra da Loba e mais hacia o Candán. Non teña medo, oh; aquí non cae un raio.

Y efectivamente, la tormenta de aquel día de agosto se fue directamente hacia la cordal central galaica y yo contemplé uno de los espectáculos más grandiosos de mi vida. 

Verás. Este lugar cobró fama a partir del año 814, cuando Teodoro y Atanasio, sus discípulos, enterraron entre la espesura del bosque el cuerpo del Apóstol Santiago. Una noche, el eremita Paio, también conocido por Pelayo, vio desde el monte al que se había retirado una serie de resplandores que señalaban el punto exacto donde se hallaba enterrado Santiago, el apóstol conocido como Hijo del Trueno. Aquel ermitaño estaba en el Pico Sacro y el bosque era el del Monte Libredón, ubicado en el punto exacto en el que está emplazada la Catedral de Santiago. 

Yo reviví con aquella tormenta la sensación de paz que sintió el eremita Paio, que nunca imaginó que aquellas luces iban a provocar el nacimiento del Campus Stellae, una nueva Ciudad Santa que crecería entorno a una Catedral magnífica, que sería visitada por millones de peregrinos procedentes de todo el mundo.   

Cuando ascendí al Pico Sacro con mi nieta Alicia, dominadora del arte del encuadre fotográfico, llevaba yo en la mochila una serie de leyendas que fuí corroborando a medida que llegué a cada lugar.

Dejando al margen la moderna capilla de San Sebastián, de escaso interés tanto histórico como arquitectónico, lo primero que te llama la atención es un pasillo entre dos rocas muy curioso. Parece como si una parte de la cumbre fuese dividida en dos por un rayo, pero yo creo en lo vivido y en el pastor de los setenta… Seguro que ya está en el cielo.

Así que le hago caso a los historiadores y me quedaré con que por allí anduvo también la Reina Lupa y esa es la “calle” que le dedicaron las gentes de la modernidad.

El pasadizo termina en una cueva y ahí está el umbral de la leyenda… Dice que el Pico Sacro fue erigido por un extraño Mago y si no fue así tampoco importa mucho porque estás en el mejor balcón de la comarca de Compostela.

Esta es la leyenda. Al lugar llegó un noble señor en busca de la sabiduría y se encontró con un Mago físicamente horroroso… Era el ser mas feo que había visto en su vida y para colmo tenía una sola pata… de caballo. Vagaba por aquel sitio con un enorme libro en las manos que golpeaba de cuando en vez… Y cuando esto hacía, de la cueva salía un monstruo que lo adoraba,  pero al que el noble tenía miedo, mucho miedo…

El Mago le dijo un día…

—– Solo encontrarás el saber si abandonas esos miedos y te conviertes en un noble valiente… Para ello estudia el cielo.

El noble se pasó las noches mirando las estrellas y cuando el verano traía tormentas las alejaba con el pensamiento.

Cien años y un día después, el Mago le entregó una flecha y le dijo…

—– Lanza la flecha de la muerte, pero no tengas miedo porque allá donde caiga morirá tu cuerpo pero tu alma cobrará la paz y la sabiduría que andas buscando.

La flecha cayó muy cerca del río Ulla, en el valle cercano. Cuando la luna se posó sobre ella creció el Monte Sagrado en cuyas entrañas guardó oro y piedras preciosas hasta que llegaron los romanos, que expoliaron el mayor tesoro de la historia de Galicia…

También se cuenta que al final de la cueva están los cadáveres de los “mouros” muertos en gran batalla contra los cristianos. Que las almas del Purgatorio vienen a redimirse rindiendo homenaje en procesión al ermitaño Paio. Que en la cueva se esconde una gran anaconda protectora del territorio del último dragón. Que las tormentas nacen en la cueva y suben silenciosas hasta el cielo para formarse mas allá de Lavacolla…

Leyendas aparte, será bueno que conozcas este lugar que te permite contemplar lo hermosa que es la comarca de Compostela, al margen de que tu cuerpo…

—– Abuelo, lo de la energía es verdad. Mira, tengo electricidad en las manos…

—– Yo creo que también, Alicia, me parece que también…

Eso explicaría el porqué la gente de los alrededores sube al Pico  Sacro al menos una vez al año y celebra en torno a la ermita de San Sebastián una romería.

Por cierto. Yo en Donosti era de los que iba a contemplar como caían los rayos sobre el Cantábrico, detrás de la Isla de Santa Clara, que aunque no es gallega, tiene magia y también leyenda.