galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

MARÍA CASTRO – Desde el paraíso.

María Castro desde el paraíso.

Aquel día en Playa América,  recién entrada aún en la primavera de la vida, destacaba sobre el grupo de guapas modelos en bikini elegidas entre las preferidas por Shelmark. Ella, María Castro, ya iba para actriz entre lo dulce y lo sexy, según la veas ahora en gallego o en español. Porque…

—- Yo necesito sentir Galicia, su esencia, allá donde quiera que esté.

Tengo claro que es una de las pocas actrices gallegas, melosa por naturaleza, como el país. Por eso me gusta más que ninguna otra de las jóvenes actrices de por aquí.

María Castro es una maestra presentadora, de esas que se hicieron a sí mismas en los veranos de la TVG, de plaza en plaza y de playa en playa. Creo que ahí empieza todo hasta llegar a la Puerta del Sol para dar las campanadas, después de alcanzar el “Paraíso sin tetas”.

La pelirroja de los ojos que deslumbran…

Hoy en día, esta María la viguesa, la pelirroja de los ojos que deslumbran, tiene encandilada a la parroquia juvenil española, que la sigue y la quiere.  Pero detrás de esa gracia, también verde como el país, hay un esfuerzo personal que le sitúa sobre las tablas del Reina Victoria y de otros teatros ibéricos para que se consagre en lo más puro de las artes interpretativas.

—- Es decir, María, el triunfo sobre el propio triunfo…

—- Sí, pero no sin un gran esfuerzo personal y muchos equilibrios. Porque siempre recuerdo que yo entré en un mundo de mayores con solo 18 años y muy pronto tuve que poner los pies en la tierra.

María Castro es muy famosa, pero no se nota; sobre todo en Vigo, entre su gente; o en Compostela, por donde pasea siempre que puede. A veces deja que mande la maestra que lleva dentro y se siente muy responsable ante la vida pública. Otras, el espíritu es de la gimnasta disciplinada y hace mil equilibrios en el variopinto mundo de la popularidad:

—- Pretendo que mi vida siga siendo igual que hace diez años, cuando no me dedicaba todavía a esto…

Diez años con una trayectoria de vértigo, en el que la ficción podría tragarse a la joven realidad. María  fue niña en TVG, en “Platos Combinados”; interpretó a Jessica, la mala pécora de “Sin Tetas no hay paraíso”; se atrevió con un personaje de época en “La Ratonera”… El resto, los programas, la popularidad… seguro que es producto de todo ese esfuerzo, porque…

—- Claro estudiamos personajes, hablamos en público, ensayamos, reímos, lloramos… ¡Es un tremendo bagaje el que adquieres en el día a día! ¡Pero es ficción! La realidad es que el único papel verdadero es el de ser María Castro. Ese no se interpreta, se vive.

Y se vive muy bien, sensatamente, en la frontera de los treinta, cuando la mujer te fascina porque sabe combinar en la mirada inocencia y poder.

María Castro tiene muchas películas por hacer y no te extrañe que dé un salto al Hollywood de los sueños, cualquier día de estos. Que por algo fue gimnasta y ejerce de gallega;  de esas que solo se pierden entre la niebla de un pasado conocido a través de del relato de algún emigrante retornado.

María Castro también es… única.

A veces manda la maestra que llevo dentro…