galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

MENORES ¿TOROS SÍ, FÚTBOL TAMBIÉN Y CONCIERTOS NO?

FOTO

Por Viridiana Sicart

Creo que vivo en el país de las contradicciones. Y no lo digo yo, me lo dice la coherencia. La RAE define la violencia como una acción violenta o contra el natural modo de proceder. Teniendo en cuenta esta definición no comprendo cómo en España dependiendo de la Comunidad Autónoma un niño puede acudir a ver los toros con sus padres o a un partido de fútbol, pero no puede ir a ver un concierto.

El debate sobre los menores que acuden a las plazas de toros se ha reavivado esta semana tras la foto que publicó en una red social, el torero Fran Rivera donde se le ve toreando con una vaquilla ensangrentada con su hija de cinco meses en sus brazos. Se puede estar a favor o en contra de los toros, pero nadie lo puede considerar un ejemplo o algo educativo para un niño.

Existen leyes para proteger a los animales y desde pequeños nos enseñan a quererlos y a cuidarlos, ¿pero se permite que un niño acuda a una plaza de toros para ver cómo lo matan? Yo no voy a juzgar a quienes sean partidarios de los toros, aunque evidentemente a mí me parece una salvajada, y por lo tanto creo que no se puede considerar parte de la cultura española ver cómo se maltrata a un animal. Me pregunto de qué forma podemos explicar a los más pequeños que hay que cuidar al gatito y al perrito, pero al toro hay que matarlo.

Deberíamos de reflexionar sobre qué está fallando en la sociedad, qué educación nos gustaría que recibieran nuestros hijos y los valores que queremos inculcarles. Lo que sí tengo claro es que la música es cultura, no existe violencia y además fomenta la comunicación entre padres e hijos, ya que los menores de 16 años que pueden asistir a los conciertos dependiendo de la Comunidad tienen que acudir acompañados de sus padres o de un tutor  convirtiéndose en una buena manera de conocer tanto el ambiente, como los amigos de nuestros hijos. La música, sí es educativa y fomenta habilidades como por ejemplo la sensibilidad, que por cierto, falta nos hace.

17 CIELO CÁRDENO