galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

MIGUEL CANCIO, EL VIEJO PROFESOR FREEKE.

DE REVOLUCIONARIO A ESTRELLA DE LA TELE

       ¿Sabes? Hubo una época en esta Galicia nuestra en la que los curas echaban a palos de las playas a los nudistas. Sí, de las playas nudistas. No, si Franco ya había muerto y en Vigo andábamos todos locos ya con la “movida”; además Felipe González iba camino de la Moncloa…

        La gente que quería tomar el sol en pelotas iba o al arenal de Barra o al de Baroña, al lado del famoso castro. Pero estas cosas de los “modernos” no sentaban bien al clero, capaz de organizar aún al pueblo. Y siempre se armaba la marimorena… 

          Pero en esto, de “entre las tetiñas y las piroliñas free” surgió Miguel Cancio, ilustre profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad de Compostela; y se convirtió en líder de la revolución del desnudo playero.

           Fue el adalid del destape, defensor de una naturaleza sin vergüenza y de un paisaje marinero en cueros. Y presume –alguna vez lo hizo conmigo en la tele- de haber abierto el camino a miles de personas que hoy practican el nudismo en medio centenar de playas de la costa gallega.

           Yo había visto aquel programa del inolvidable Fernando Tola, “Si yo fuera presidente”, en el que un grupo de gallegos salieron en pelotas para defender su derecho a ser nudistas en las playas acotadas de Galicia. La estrella fue Cancio, por su empatía y por su verbo fácil…

           Te digo que aquel día nos apabulló a los televidentes; llegamos, incluso,  a ver normal que se entrevistase en la televisión única a unos señores desnudos, imagínate que bueno sería el argumentario expuesto.

           Aquel grupo, en el que también estaba el cámara de TVE Galicia Sanz de Siria, se decían llamar “Cuiños, Tetiñas, Piroliñas y Carrachudiñas Free”, aunque pronto tomaron el serio nombre de “Coordinadora Nudista Ecológico Radical”.

            Cuando ibas a la playa nudista, micrófono en ristre, todos te respondían…

             —- Somos jóvenes, nudistas, estamos en contra de lo convencional y nadie nos para. Por eso estamos aquí, desnudos…

             Recuerdo que  Miguel Cancio me dijo aquella vez en la tele:

             —- Estamos viviendo un gran cambio social y nosotros queremos romper los tabúes carcas de otra época… El naturismo es una reivindicación de libertad personal.

             Por aquel entonces, ya entendí mucho mejor al profesor que al cura que se escudaba en el “movimiento vecinal” para echarlos a palos y a pedradas de Baroña.

             Un querido amigo común lo definió hace poco como el “freeke” de la tele, porque es protagonista de un divertido programa de Correo Televisión, dirigido por Luís Ríal, el incombustible.

             Puede que Miguel Cancio transmita esa imagen en las distancias largas, pero yo creo que es un científico del humor. Porque no pronuncia palabra sin pensarla aunque sea una regocijante frase sobre la ancestral tradición.

             Para mí Cancio es un personaje único, un “antropólogo de la parranda” al que le encanta utilizar el lenguaje popular, ese vocabulario más gallego que Castelao,  pero pronunciado en medio de frases en castellano, su idioma habitual.

             Recuerdo otro día que lo entrevistamos en “Desde Galicia para el Mundo” sobre el Entroido. Lo recuerdo porque, del carnaval gallego y sus diferentes muestras habló poco, pero sí de sus paganas creencias en las que basaba la celebración…

              —- Esta es la fiesta del pecado, de la “cachuchiña” y el amor furtivo que surge bajo un disfraz…

              Este Cancio es un sociólogo inteligente que le gusta más la tele que comer con los dedos. Si a veces hace el ridículo lo hace a propósito, para que…

               —- La gente habla mucho de mí, unas veces bien y otras mal. Pero si no hablan de ti es que estás muerto.

               Y yo le respondí aquello tan sabido de…

               —- Sancho, los perros ladran; luego cabalgamos…