galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

MOISÉS MUÑÍZ – Cardiólogo y político

A Moisés le fascinaba A Lanzada. Siempre decía: «Al otro lado está Venezuela»

—- Querido Moisés que estás en los cielos. Tengo que decirte que he dejado de fumar hace ya diez años, casi tantos como los que pasaron desde que tú viajaste al espacio…

Tenía que escribirlo, perdonadme. Porque era un cardiólogo eminente y muy insistente. Y cada vez que me veía con el pitillo en la boca me recordaba lo que ahora recuerda el gobierno con cierto cinismo en las cajetillas de las que se beneficia; es decir, que el tabaco mata.

A mi amigo Moisés le mató el infarto que me pronosticaba en Caracas y en Galicia. Cuando yo iba o cuando él venía. Porque siempre he procurado su amistad y su bonhomía. Ambas cosas quedaron para siempre en mi corazón y en mi mente.

Y digo que no hay derecho que uno emprenda viaje a los cuarenta y piquito, como dicen por allá. Porque Moisés era de los que olía a joven y a muchos años de vida en la Caracas aquella, aún sin Chávez.

A todo esto, amigos míos,  no os dije de quien se trataba. Pues… de un gran médico entre los médicos y de un político honesto y cabal entre los políticos de hace una década. Que ya es ser.

Me lo presentó mi primo Álvaro una noche en El Portón de los Piñeiro. No se me olvida el momento porque la tormenta tropical nos dejó sin la actuación de los Barreiro y terminamos todos cantando a pelo las canciones del primer disco de A Roda.

Moisés era entonces secretario general del PSOE para, si no recuerdo mal, América Latina y Felipe González le profesaba mucho afecto. Lo sé porque una vez llevé a Moncloa sus saludos y el presidente se encargó de decírmelo. Cuando se lo conté aquel día en la Hermandad Gallega Moisés, me dijo:

—- Pues yo con Felipe solo estuve una vez, aquí, en Caracas, cuando vino en visita oficial…

Era tan buena gente este Moisés que le propusieron ser diputado en Madrid y contestó:

—- ¡Si aún fuera en Galicia…!

Conozco a gente de aquel PP de Fraga que le adoraba y si no votaban lo que él les pedía… sí iban a los actos que organizaban los socialistas en el teatro de la Hermandad Gallega o en los salones del Caracas Hilton.

—- ¡Qué tiempos, Moisés! Aún recuerdo el día que me llevaste a aquel mitin en Caracas. A mí, que no voy a ningún mitin en Galicia…  Recuerdo que, aquella vez, para compensar, Luís Devesa nos llevó a cenar a un sitio de esos de los que te olvidas el nombre pero nunca la buena compañía.

Moisés había nacido en Dena pero se fue a Caracas antes de la adolescencia, según creo, por lo que aquí dejó a los abuelos y una vida por vivir. Su biografía la hizo corta el maldito infarto que él conocía tan bien.

Pero por Caracas aún dicen, a veces, que por él hubiera merecido la pena ser socialista…

Moisés Muñiz, mi amigo inolvidable. El otro día recibí un mail de Pepe Posada que decía:

—- Si aún hablan de ti es que no has muerto del todo…

Y en Caracas todo el mundo habla de ti cuando ve a alguien fumando…