MÚSICA Y PAISAJE

Mientras en la escuela municipal suena la gaita, bien acompasada por la percusión, en el local social de la asociación de la villa ensayan la banda y la coral; al mismo tiempo cientos de jóvenes  van al conservatorio de la ciudad próxima, del que saldrán nuevos músicos cada año para nutrir las dos orquestas sinfónicas.

Galicia es música clásica, popular o moderna. Y lo es, como vemos en el pórtico de la catedral compostelana, desde aquellos tiempos iniciáticos de los caminos de cultura que nos unen a la vieja Europa.

El gaiteiro es el mito quizá más antiguo, como la romería ancestral; pero no deja de serlo el ritmo de importación de la verbena interminable nacido de aquel viaje de ida y vuelta que hicimos a las Américas. Porque esta es una tierra donde la religión y la fiesta caminan juntas; el más rico folklore emerge de una taza de vino en una taberna tradicional; los cantores de las mil primaveras ponen música a la palabra; y la rebeldía juvenil cobra forma de guitarra.

ESCUCHAR Y SENTIR

La gaita es de madera de aliso, árbol que crece húmedo en las riberas de los mil ríos y su construcción es todo un rito que solo pueden realizar los lutieres de nuestra cultura. Asociados a la gaita suenan nombres en todo el mundo artístico tan importantes como Carlos Núñez,  X. Manuel Budiño, Susana Seivane o Cristina Pato.

Y grupos como Milladoiro, Luar na Lubre, Doa… Nombres de éxito que se escuchan próximos, cada año, en los grandes festivales europeos.

Son los gaiteiros de la modernidad que quizá tengan mucho que ver con aquel quinteto tradicional tan antiguo como la romería más pretérita.

BEBER Y CANTAR

Luego están los vinos, que son la esencia folklórica del país. Pueden ser alegres como una muiñeira o tristones como un alalá; según se nos vuelva la noche divertida o llorona… así será la canción, en la taberna, donde suenan los cuarenta principales de la música popular.

Cuando un grupo de amigas y amigos se juntan, ya se sabe, el vino afina los instrumentos y da tono a las gargantas. El folklore llena de vida el alma y el aire de ritmo. 

LA REBELDÍA

La música joven, esa que tiene la dureza de un menhir y el ritmo cósmico de la piedra galaica, también nos distingue desde los tiempos de Siniestro Total y la gran movida.

La espiral del arte juvenil, en solitario o agrupado, es la mágica aventura de guitarristas y cantores que nos devuelven hoy, de nuevo,  la fama.

Lo hace Xoel López, por ejemplo, que bucea con su estilo en la vieja estirpe anglosajona… Heredeiros da Crus,  creadores del rock de la rebeldía… O Los Suaves, vivos aún tras muchos años de heavy metal.

BAILAR Y BAILAR

Aquí bien sabemos que aquel importado ritmo tropical, sigue siendo el gran éxito en la verbena interminable de cada verano, cuando se enciende la noche para cambiar el paisaje urbano habitual y para que la villa se convierta en un nido de luciérnagas.

Porque, mientras el espíritu del viejo indiano se va de copas, la verbena interminable -que es fiesta con nombre de santa patrona-, pone luz de guirnaldas en la oscuridad para que la orquesta nos contagie la música que llegó de América…

Estamos, dicen, en el “trópico de grelos”. La Orquesta Panorama, una de las cuatrocientas del país, ha sido elegida como la mejor de España. Pero París de Noia y Olympus compiten en calidad interpretativa y puesta en escena… muy dignamente. Todos coinciden en que estas tres son únicas.

TODOS A CORO

Pero aún hay más: una cantera de cantores de la que lo mismo sale un animador de orquesta, una soprano o un tenor. La buena Coral de Galicia tiene raíces en La Habana, en los sones de la saudosa habanera. Por eso su cantar es de marea, va y viene como las olas de la playa.

Dicen que hay en el país más de trescientas corales, lo de cantar es una gran disculpa para ser feliz. Pero solo unas pocas tienen ese halo de míticas que concede el paso del tiempo. En Ourense, la Coral de Ruada; en Ferrol, Toxos e Froles; y en Vigo, la Casablanca.

LOS MAESTROS

Y luego, está la aldea y la necesidad de convivir. En ambas cosas tiene su origen la Banda, nacida con frescura popular para la fiesta. Para la religiosa y para la pagana. Para la procesión y para la sesión vermut.

Pero aunque los antiguos músicos de banda cambiaban el sacho por el saxofón, los de ahora van a la escuela de música del municipio y son la base del futuro de nuestras dos grandes orquestas sinfónicas…

La Real Filharmonía son sede en Santiago de Compostela y la Orquesta Sinfónica de Galicia, con base en A Coruña; ambas en plena temporada de conciertos que les llevará un año más por toda Europa.

Ya ves. El paisaje nos muestra la más rica cultura musical porque la música está enraizada en la propia Tierra Única.