galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

NARCOS, LOS DE SIEMPRE.

Vicente Otero “Terito”

Han vuelto a primera página. Los narcos, los de siempre. Historias pasadas, del presente y del futuro. Los protagonistas de la Galicia siciliana…

—- Pero no ves que un paquete de un kilo de coca o de caballo no abulta nada y con el tabaco para sacar cuatros duros hay que llenar camiones…

La explicación se la dio Sito a Terito. El capo de los capos del contrabando de tabaco de batea prohibió traer las drogas de la muerte a la ría de Arousa, pero… ¡No le hicieron caso!

—- Mira que la ambición rompe el saco…

—- Nos jugamos igual la cárcel, don Vicente. ¡Iguaal!

Así empezó todo. Con Oubiña, Charlín y Miñancos. Fueron los pioneros del tráfico de estupefacientes y aún son los tres presuntos capos de la droga dura en España. A ellos debemos la “generación perdida”, cientos jóvenes que murieron con una jeringuilla clavada en el brazo.

Luego vinieron otros como aquel abogado de narcos que ni siquiera era gallego, Pablo Vioque, cuya ambición le reconvirtió en traficante. Nacieron los clanes familiares porque los hijos crecieron y entraron en el negocio. También alguna de las matriarcas, como Esther Lago, ayudó en lo que pudo, por supuesto en nada bueno.  

El desembarco de la droga fue el mayor desastre que sufrió la ría y muchos pulpeiros de A Illa aún te cuentan como pasaban como balas las lanchas entre las bateas del mejillón.

En Vilanova, Cambados, Vilagarcía… se veían demasiados coches de lujo. Y motos. Gente sin oficio se hacía chalets y alguno hasta compró el gran pazo. Había dinero a espuertas. Algunos bancos lo blanquearon y se montaron negocios-tapadera. En toda la comarca se notaba cierto florecer de la economía.

Todo el mundo sabía lo que pasaba, pero nadie hablaba del tema. Los capos presumían en público de tener comprados a los políticos pero estos nada decían. Pocos se atrevían a escribir del tema y casi nadie investigaba, que la corrupción llegó incluso a la Guardia Civil…

Carmen Avendaño

Hasta que el caballo mató a los dos hijos de mi admirada Carmen Avendaño. Ella tomó la bandera de la lucha contra el tráfico de drogas, arriesgando su vida y moviendo Roma con Santiago.

A Vilagarcía llegó entonces el juez Vázquez Taín y empezó a investigar por su cuenta, con unos cuantos agentes de su confianza. Buscó pruebas y actuó con dureza. Fue el primer juez que lo hizo y hay que reconocérselo.

Todos los padres y madres de jóvenes de la época le debemos asimismo un homenaje a Felipe Suárez, un periodista de la SER, ahora jubilado, que puso voz a los débiles en aquellos tiempos en los que la vida de un informador no valía nada.

Carmen, José Antonio Vázquez Taín y Felipe Suárez son tres nombres clave en la lucha contra los narcotraficantes de Arousa.

Luego llegó Baltasar Garzón y su Operación Nécora obligando a los narcos a cruzar la ría. La heroína –esa asesina que cuentan está volviendo- pareció desaparecer del ambiente, pero siguió entrando cocaína y con el siglo vino el pastilleo.   

Carlos Sedes, director de “Fariña”.

A la coca le llamaron los narcos “Fariña”, de ahí el libro de Nacho Carretero, un boom editorial a los dos y pico años de su publicación, por mor de un secuestro estúpido, que al periodista le vino de maravilla y no te digo nada a Antena 3.

Que un juez de Collado Villalba ordene la retirada de los puestos de venta de un libro… porque dice el pájaro de Bea Gondar que atenta contra su “honor”, ¡Manda carallo! Bea fue alcalde de O Grove de la Alianza Popular de Manuel Fraga y era entonces, junto a otros muchos, el recaudador intermediario de fondos para el partido.

El caso es que, en 1991, arrestaron en Madrid a un colombiano que viajaba en un coche previamente alquilado por Bea Gondar, con 20 kilos de cocaína.  El ex político grovense fue condenado por blanqueo de capitales y narcotráfico. Estuvo en la cárcel de Alcalá-Meco hasta que su sentencia fue revocada por el Tribunal Supremo por defectos de forma en la instrucción.

Hay varios libros que cuentan y muy bien la historia de la “fariña”, pero nunca una serie de televisión resultó ser el relato fiel de un tiempo, de unos personajes de terror, de una trama criminal o de la corrupción política en una comarca a la que todo el mundo llamaba la Sicilia gallega.

Aunque a mí no me guste que de mi país se resalten sus aspectos negativos, esto ocurrió siempre, permíteme que, como profesional de la televisión, me sienta muy orgulloso de Carlos Sedes, el artífice principal de esta serie de Antena 3, en la que la inmensa mayoría de los actores y el personal técnico son gallegos. Entre todos han logrado el producto televisivo del año. Esto, en mis tiempos, hubiera sido una quimera.