NO HAY MAL QUE…

Las «ferias de la modernidad» no notan la crisis.

Si fuéramos ricos podríamos cambiar de coche y de casa a mejor precio, porque es ahora más barato…

Si pertenecemos a ese grupo que los economistas llaman clase media, con casa y coche, podremos vestir ahora mejor y más variado, porque hay mas ofertas…

Y si solo somos meros  resistentes a esta situación de crisis podremos notar más abundancia  en la cesta de la compra por los grandes descuentos, pero también llevarnos a casa cosas menos necesarias.

Un escenario de crisis agudiza el ingenio y hay gente que hasta se beneficia de ella. Por ejemplo los mercadillos, que disparan sus ventas…

Los expertos dicen que este es un problema que comenzó siendo exclusivamente financiero y  terminó siendo de mercado.  Entonces, para resolverlo, si es que puedes, te animo a ir de compras, porque todo está más a nuestro alcance; al menos, más que hace un par de años…

Dicen los concesionarios de venta de automóviles que, tras la caída del mercado en un 40 por ciento, este es el mejor momento para aparcar definitivamente nuestro viejo coche y aprovecharnos de las ofertas, que nos permiten cambiar nuestro vehículo por otro de la misma marca ahorrándonos un veinte por ciento del precio final.

En el mercado inmobiliario hay verdaderas oportunidades, tanto en lo que se refiere a pisos como a casas o chalets. Se cuenta que el precio de la vivienda ha caído aquí entre el 15 y el 30 por ciento.

Te bastará visitar alguna de las agencias de tu entorno para comprobar que hay mil oportunidades para cumplir un sueño.

Las rebajas sobre rebajas son la constante del pequeño y mediano comercio de ropa, e incluso de los grandes almacenes. Descuentos anunciados de hasta un 70 por ciento nos permiten llenar el armario para primavera, verano, otoño e incluso el invierno.

Así que, entra en cualquiera de tus tiendas de moda preferidas y vístete de los pies a la cabeza por menos de la mitad del precio de otras temporadas.

Aunque las oportunidades, están en esas ferias de la modernidad que hacen su agosto los fines de semana. Estos vendedores de los mercadillos, como te decía,  están encantados con la crisis…

Los economistas dicen que las situaciones de desaceleración económica llegan al “super”  más pronto que a otros establecimientos comerciales, de ahí que también las ofertas supongan toda una estrategia.

Y ojo con el marketing, porque podemos entrar en un hipermercado a por unos productos y salir con una serie de artículos que no teníamos pensado llevarnos. Si no acudes a comprar con un listado de necesidades, no te salvarás de aumentar tu cesta de la compra con artículos no previstos.

Mi abuela, que no era economista sino maestra de escuela del hambre franquista, te diría un refrán: “No hay mal que por bien no venga”.

Así que… ¡Anímate y si puedes compra!

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