galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

NOS ROBAN LAS CAMPANAS

“…Cando de lonxe vos oio, penso que por mín chamades e das entrañas me doio.”

No me extraña que Rosalía de Castro escribiese uno de sus mejores poemas en su primitiva residencia de Soigresa, como cuentan algunas crónicas literarias. Te digo que es de afortunados asomarse al balcón de Bastavales y comprobar con que arte el actual campanero repica las campanas… Cuando es romería suenan a muiñeira.

¡Imagínate que sinfonía sería capaz de interpretar su tatarabuelo, el maestro de su abuelo, que fue el de su padre, que a su vez fue el suyo!

Resulta que nos están robando las campanas y con ellas se llevan esa música de aldea que a veces suena a muerte y otras a vida. Así que, estos ladrones se apropian de nuestras almas por unos kilos de bronce.

Por llevarse se llevan hasta el espíritu de la romería que los muy cobardes procuran las capillas y ermitas de los santos y vírgenes de nuestra devoción. Esas que esconden a veces las nubes en la cumbre del monte próximo, cerca del lugar donde nace nuestro pequeño río, el que baja rumoroso, en fervenzas, cantarín y trepidante.

Esas capillas y ermitas, de las que nuestra historia escribió legendarios relatos que aún contamos los abuelos,  son el objetivo de los cafres que por no respetar no respetan ni el paisaje sagrado.

La semana pasada dejaron desnudo el campanario de la capilla de la Virgen del Monte Torán, próxima a Bamiro en Vimianzo, en torno a la que se celebra la romería que adelanta el verano de la Costa da Morte. Cuentan los viejos que “O monte Torán todos os tolos van” (en busca de remedio para sus cabezas). Pero también es un lugar propicio para el amor, de ahí que se diga otro refrán: “quen non atope parella no Monte Torán non o fará en todo o verán”.

Este es solo un ejemplo de lo que son capaces algunos indeseables. Pero el mapa de los campanarios sin campanas ya se extiende por las cuatro provincias gallegas y el año pasado se contaron más de veinte robos. El más audaz fue sin duda el de Noicela, en Carballo. Llegaron tres delincuentes con una furgoneta, un domingo a mediodía, bajaron la campana más pequeña y se fueron con ella en una furgoneta.

—- Pero… ¿Para qué quieren las campanas?

La Guardia Civil cree que las utilizan para fundirlas y obtener unos euros por el bronce. Por eso está investigando a empresas y personas que utilizan este metal.

Pero según la Fiscalía que protege el patrimonio histórico artístico algo hemos avanzado en los delitos contra la propiedad. Desde que en mayo del 2014, robaron en la ermita de Castenda, cerca de A Vila de Abade, municipio de Tordoia, nada menos que una imagen barroca y algunas piezas religiosas de oro y plata, los obispados guardan todo objeto de valor en otros templos mejor protegidos o en las casas rectorales.