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PACO AMOEDO, UN DEPORTISTA EJEMPLAR

Hace treinta y cuatro años que tenía treinta. Esto es… cuando apenas se había iniciado la década de los ochenta y en Vigo emprendíamos aquel proyecto de radio libre para todo el Noroeste. Recuerdo que fue una tarde-noche de septiembre cuando pisé por primera vez aquel gimnasio en donde, la gente que se iniciaba en el boxeo, compartía ring con los campeones. Le llamaban “Saudade”.

Pensaba yo entonces que el boxeo era un deporte dañino, que dejaba a sus practicantes sonados para siempre y que los boxeadores eran unos pobres tontos con mucho músculo que apenas sabían articular una frase. Esta era la imagen que ya se empezaba a transmitir para que los chavales se dejasen de peleas y jugasen a otra cosa.

En esto conocí al artífice de todo aquello, al hombre que había forjado a los grandes campeones gallegos. Tras unas dos horas de conversación supo contarme el boxeo como deporte, destacar sus valores y convencerme de que su práctica causaba los mismos accidentes que podían ocurrir en cualquier otra competición profesional. Así que, lo que iba a ser un reportaje demoledor casi se convirtió en una loa, porque rocé el ensalzamiento de aquellos boxeadores de la “cuadra” de Paco Amoedo, un hombre cuya historia sucedió siempre en un cuadrilátero.

Dice él, Paco, que es un adicto al boxeo y debe de ser verdad, porque nadie que le conozca le imagina en otra actividad deportiva…

—- Es que empecé a boxear a los 14 años y este deporte se me metió de tal manera en el cuerpo que, cuando me retiré, seguí vinculado a él como entrenador.

Y ahí sigue. A sus 74 –no le hables de jubilarse- verás a Amoedo al pie del cañón en lo que ahora es el Polideportivo “Saudade”. Todo un ejemplo de actividad. Uno de los pocos de mi quinta de los que hacen bueno aquello de “mens sana in corpore sano”.

Si te fijas en él lees en sus ojos sus recuerdos: los de los combates de los grandes púgiles gallegos, aquellos campeones de España, de Europa, del Mundo Hispano… Carlos Miguel, Pedro Ferradás, Roberto Domínguez, Lee Manuel, Iván Pozo, por citar a los más sobresalientes.

Aquellos campeones llenaron cientos de veces el Pabellón de las Traviesas y Vigo presumía de sus grandes veladas. Pero antes hubo una base…

—-  A los 15 años, en 1959, peleé por primera vez y para ello tuve que falsificar la firma de padre. Entonces la mayoría de edad era a los 21 años, así que con 15, imagínate. Te daban un documento de autorización para que lo firmase el padre o tutor. Mi padre no quería que yo boxeara, así que  falsifiqué la firma y cuando se enteró me dijo que me iba a mandar a la Guardia Civil, pero tengo el orgullo de decir que la velada en la que debuté fue la única que se celebró en el estadio de Balaídos.

Nunca llegué a verle boxear porque su carrera no pasó de amateur aunque tiene una pelea clavada en el alma…

—- Entonces había muy pocas oportunidades para pelear en Vigo, pero cuando sólo llevaba nueve combates me enfrenté a Aquilino Guarido, un púgil olímpico que estuvo en los Juegos de México con la selección española. Entonces no había tantos miramientos, porque hoy en día yo no metería a un chaval mío a pelear con un olímpico a no ser que yo vea que es un fuera de serie. Pero me enfrenté a él aquí en Vigo, hicimos combate nulo y en la prensa se dijo que el árbitro, que había venido de Salamanca por exigencia de Guarido, me había perjudicado a mí.

Paco Amoedo colgó los guantes a los 25 años para dedicarse única y exclusivamente al descubrimiento de boxeadores talentosos, a entrenarlos y a ayudarles a alcanzar la gloria. Su palmarés como preparador es impresionante…

 —- He tenido 66 campeones de España; hemos disputado 32 veces el Campeonato de Europa, que ganamos cuatro veces y empatamos una; y hemos participado en cuatro campeonatos del mundo, aunque no ganamos ninguno, no tuvimos suerte.

Todos sus chicos figuran entre sus favoritos pero yo recuerdo a un púgil de Marín impresionante, Pedro Ferradás. Llegó a ganar uno de sus muchos combates con la clavícula dislocada. Pedro fue varias veces campeón de España, campeón de Europa y también del Mundo Hispano.

Aunque para Paco Amoedo el que creó escuela fue Jorge Araújo

—- Para mí es la esencia del boxeo. Técnicamente era superior y tras sí dejó una estela que aprovecharon muchos de sus compañeros del gimnasio.

Te decía. Es de mi quinta y mientras yo pongo por delante muchos reparos para hablar de futuro, Paco Amoedo tiene la mente tan limpia que incluso te cuenta el de sus chavales, los de ahora, los más jóvenes del “Saudade”…

—- No quiero que nadie se moleste, por eso no voy a dar nombres, pero ahora mismo entrenan en el gimnasio cuatro chavales muy buenos, con un gran futuro por delante. Hay buena cantera.

—- ¿Y qué falta?

—- Pues apoyo institucional para celebrar veladas de boxeo.

Y yo diría que el apoyo de la televisión, porque en deporte no se compra lo que no se ve…

Entre mis recuerdos destaco una mañana en Prado del Rey,  cuando Luís Solana comandaba RTVE, en la que no solo despreció el fútbol… sino que suprimió de pantalla los grandes combates boxísticos. Hasta su llegada, TVE ofrecía tanto los campeonatos de España como los grandes combates mundiales y las veladas más atractivas de los Estados Unidos, que HBO se encargaba de distribuir.

El mismo Solana recuperaría el fútbol pagando a las televisiones autonómicas el doble de la oferta inicial, pero jamás volveríamos a ver boxeo en una televisión pública española. Esa fue la causa de la mala prensa que tiene actualmente, pese a ser deporte olímpico.

A Paco Amoedo le considero uno de mis vigueses distinguidos, además de buen amigo. Estoy seguro de que un día de estos se cansará y dejará de acudir al “Saudade”, como hace todos los días, puntualmente, a las cuatro de la tarde. Seguro que el desprecio mediático y el desinterés de los prebostes del deporte gallego, acabarán hastiándole. Aunque a él se debe, también, el auge del boxeo femenino.